Nuestra Señora de la Paz (¿finales del siglo XVI?). Procedente de la Iglesia Parroquial de San Julián y Santa Basilisa. Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz. Valladolid. |
Cuando se entra la Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz, el visitante no puede por menos sentirse impresionado por la riqueza espiritual y patrimonial o artística que encierra esos muros. Los conocidos "pasos" procesionales de Gregorio Fernández o de sus seguidores, como Andrés de Solanes, que forman parte de nuestra Semana Santa, la reliquia del Lignum Crucis expuesta en artístico relicario captan pronto la atención del devoto o del visitante. Otras devociones han encontrado su sitio en este templo, como Nuestra Señora de la Soledad, imagen que participaba también en Semana Santa y ójala algún día lo haga de nuevo; Nuestra Señora del Carmen, imagen que contó con su propia Cofradía en este templo; el Cristo del Humilladero; Nuestra Señora del Perpetuo Socorro; y, en la segunda capilla del lado del Evangelio, nos encontramos una imagen de la Virgen con el Niño, de vestir, con el evocador título de Nuestra Señora de la Paz.
Si bien es cierto que es una advocación que cuenta con numerosas representaciones y distintas variantes, parece ser que el origen hay que buscarlo en la ciudad de Toledo. Así, en la instauración de la devoción y fiesta de Nuestra Señora de la Paz hay que tener presentes tres hitos:
- Descensión e imposición de la casulla a San Ildefonso, arzobispo de Toledo. Este hecho habría sucedido el 18 de diciembre del año 645 pero pasó a celebrarse el 24 de enero, al día siguiente de la fiesta de San Ildefonso, en 1085, tras la reconquista de la Catedral, como se explica en el siguiente punto.
- Recuperación de la Catedral durante la Reconquista de Toledo en 1085, aunque la ciudad ya era cristiana, la Catedral seguía siendo mezquita. Tras una revuelta popular cristiana sofocada por el rey, el pueblo musulmán milagrosamente entregó la mezquita para que se le devolviera su culto cristiano. Este hecho tendría lugar en los días 23 y 24 de enero, en los que se conmemora la muerte de San Ildefonso (23 de enero) arzobispo de Toledo y la Descensión de Nuestra Señora e imposición de la casulla a San Ildefonso (24 de enero) y se volvió a consagrar el templo catedralicio a Santa María. Se agradeció a la Virgen por restablecer la paz y por haber sucedido en la fecha de su fiesta, se acordó que se venerase en lo sucesivo con el nombre de Nuestra Señora de la Paz.
- Creación de la festividad de Nuestra Señora la Paz en 1369, por el Arzobispo de Toledo Gómez Manrique, como acción de gracias a Nuestra Señora por la ayuda recibida durante el asedio que sufrió la ciudad de Toledo en la guerra entre don Enrique de Trastámara y don Pedro el justiciero. Este hecho supuso la extensión del culto a Nuestra Señora de la Paz.
La Imagen de Nuestra Señora de la Paz, hoy en la Penitencial de la Santa Vera Cruz, puede datarse hacia finales del siglo XVI aunque es cierto que parece haber sufrido intervenciones posteriores, hecho frecuente en este tipo de imágenes de vestir. Aparece de pie, en su mano izquierda porta la imagen del Niño Jesús (que levanta su mano derecha en actitud de bendecir y en la izquierda sostiene un orbe), mientras, la Virgen, en su mano derecha, que adopta la postura se sostener algo, tradicionalmente porta un banderín con la palabra “PAZ” (como ocurre con otras del mismo tema o advocación: Santa Cruz del Retamar, en Toledo; Alcobendas, en Madrid; Zaragoza, imagen ofrecida el 30 de abril de 1957 por el pueblo de Alcobendas, germen de la actual Cofradía de Nuestra Señora de la Paz y la Merced, que se funda el 14 de septiembre de 1977, etc.), alusivo a su advocación, pero no se descarta que en otros tiempos tuviera otro atributo. La imagen se presenta sobre una peana de ángeles atlantes.
En cuanto a su ubicación original, consta que una imagen de Nuestra Señora de la Paz recibía culto en la Iglesia Parroquial de San Julián y Santa Basilisa, emplazada en la confluencia de las calles de San Ignacio con Encarnación, detrás del Monasterio de San Benito El Real. Esta advocación mariana recibía allí culto ya en la segunda mitad del siglo XVI, puesto que en esta parroquia se fundó una Cofradía en su honor, cuya Regla fue aprobada el 5 de enero de 1598. Aunque de la Cofradía trataremos más adelante.
Durante los siglos posteriores, la Cofradía de Nuestra Señora de La Paz, en la Parroquial de San Julián y Santa Basilisa, siguió celebrando sus cultos, funciones y otros festejos en honor de su Titular. Por ejemplo, en 1654 celebraron dos festejos de toros en la Rinconada (Canesi, Tomo I, Pág, 178).
En la centuria siguiente se renovó su capilla en la Parroquial, celebrándose funciones y procesión para su colocación:
“Capilla de Nuestra Señora de la Paz. Año de 1736, dia 8 del mes de Setiembre, se coloco en su capilla nueva a Nuestra Señora de la Paz en San Julian; hicieron una procesion por San Benito á la plaza, Ochavo, Especería y á casa; al otro dia celebraron una funcion con misa y sermon, y S.M. patente; asistieron las cofradías de la parroquia y la hermandad del Corazón de Jesús” (Ventura Pérez, Diario de Valladolid. Pág. 137).
La Imagen de Nuestra Señora de la Paz debía salir habitualmente en procesión, como puede deducirse de otra noticia aportada por Ventura Pérez:
"Colocacion de Nuestra Señora de la Compasion
Año de 1739, dia 2 del mes de Febrero, colocaron á Nuestra Señora de la Compasion en San Julian, en el altar mayor, por la hermandad de la Caridad. Asistieron las cofradias de las parroquias, y fue la procesion por donde acostumbra la de la Paz: estuvieron las calles bien colgadas; hubo al otro dia muy buena funcion de iglesia y al mismo tiempo colocaron en dicha iglesia á San Juan Nepomuceno"
(Ventura Pérez, Diario de Valladolid. 161-162).
Cuando este mismo autor describe el traslado de los Santos de San Miguel y San Julián a la que fuera iglesia de los jesuitas (San Ignacio) el 11 de noviembre de 1775, no menciona entre las imágenes que formaron la procesión, la de Nuestra Señora de la Paz. Sin embargo, en el informe sobre las Cofradías y Hermandades realizado por aquellos años, al hablar de las Cofradías establecidas en San Miguel y San Julián (apartado distinto al de la Vera Cruz, que figura como anexo a dicha parroquia) se dice:
39. Cofradía de nuestra Señora de la Paz: su regla no tiene fecha, y resulta haberse aprobado por el Provisor en 5 de Enero de 1598: sus Cofrades son de varios oficios. Los efectos son tres censos, que sus réditos producen 200 reales, y lo restante hasta 800, que es el último cargo, lo producen las demandas que piden por veredas, y las caxillas en varias casas: se invierten en una funcion a nuestra Señora, otra de Animas, sufragios, propinas y refrescos.
Se ha considerado esta Cofradía como gremial, además que sólo tendría la aprobación eclesiástica, lo que en cualquiera de las dos circunstancias la llevaría a su extinción en 1785. No obstante, en épocas posteriores volvería a contar con Cofradía o bien Asociación piadosa.
Otro tema a considerar es cuándo llega esta imagen a la Penitencial de la Santa Vera Cruz, y tal vez algunas pistas las proporcione la llegada a este templo de ciertos bienes procedentes del Convento de la Merced Descalza, entre ellos, el retablo en el que recibe culto actualmente. Para ello, es mejor recurrir al libro de María Antonia Fernández del Hoyo "Patrimonio perdido. Conventos desaparecidos de Valladolid", quien al tratar de las capillas que se encontraban en el lado de la epístola de este templo conventual señala:
Capilla de Nuestra Señora de la Soledad.- Era la segunda que se abría en este lado de la epístola. Desconocemos quiénes fueron sus propietarios o, incluso, si los tuvo. Se cerraba mediante reja y en ella existía «un cuadro de pintura que representa una procesión con Nuestra Señora de la Soledad», con una inscripción debajo: «Colocóse la milagrosa imagen de Ntra. Sra. de la Soledad en este convento el año de 1644 día primero de mayo con asistencia de las comunidades Descalzas y para honra y gloria de Dios y de su Santísima Madre de la Soledad dio esta pintura un devoto por muchos beneficios que tiene recibidos de SM tiene cuarenta días de indulgencia».
La imagen a que la pintura anterior alude, era la escultura, de vestir, que, como se ha dicho al hablar del Ecce Homo, se depositó en la iglesia de las Angustias durante la primera exclaustración, llevándose luego a San Juan de Letrán al restaurarse la vida conventual. Fue inventariada en 1837 y todavía permanecía allí en 1900, ocupando el retablo del crucero de la epístola. Por el contrario, el retablo que la albergó originalmente se vendió a la iglesia Penitencial de la Vera Cruz, junto con otro dedicado a San Juan Nepomuceno. (Pág. 580).
Y, en el mismo lado de la epístola:
Capilla de San Juan Nepomuceno.- Esta capilla o la siguiente dedicada a San Antonio de Padua fue reformada en 1656, conforme traza del maestro Juan García de Haro, por el albañil Juan Fernández Lobete.
Su retablo, al igual que el de la capilla anterior, se vendió a la penitencial de la Vera Cruz, donde se conserva todavía colocado en la segunda capilla del lado del evangelio. Catalogado como obra «rococó, de mediados del siglo XVIII», en su ático «hay un relieve dentro de un marco de rocallas, representando a un santo rey ante su confesor, probablemente San Juan Nepomuceno». (pág. 852)
Los mercedarios descalzos salen de su convento en 1809, convento que quedó completamente destruido. Cuando, en 1814, regresan a la vida conventual lo harán en San Juan de Letrán, llevando allí algunas de las imágenes y enseres que había depositado en otros templos (como la Vera Cruz, las Angustias, etc.), vendiendo algunos de ellos. Puede pensarse que en estos años sea cuando llegue a la Vera Cruz la imagen de Nuestra Señora del Paz y que incluso se funde nuevamente la Cofradía o Asociación Piadosa de Nuestra Señora de La Paz (recordemos que son los años de la Guerra de la Independencia).
Actualmente, el retablo se completa con dos tallas de San José y San Antonio de Padua.
Avanzando el tiempo, hay referencias a la presencia en la Vera Cruz de una Cofradía o Asociación Piadosa de Nuestra Señora de la Paz en los años 1861 y 1863:
“[…] hay además la Asociación Piadosa de Nuestra Señora de la Paz, que antes estaba en San Miguel” (pág. 185). . Valladolid. Hijos de Rodríguez-Editores. 1861.
Al hablar de la Iglesia de la Cruz “Esta agregada á la parroquia de San Miguel, y usa pendon verde en las procesiones. En ella se hallan las cofradías de la Vera Cruz y Ntra. Sra. de la Paz” (Pág. 68). Guía del viajero en Valladolid: contiene todas las noticias necesarias... (1863) - I.M.B. Valladolid: Imprenta de D.F.M. Perillán, 1863.
Aunque estos debieron ser los últimos años de su existencia. Aún así, esta imagen debía ser conocida y gozaba de devoción en la ciudad, pues era una de las que visitaba la Archicofradía de la Corte de María, concretamente el día 29 de cada mes. Ya a principios del siglo XX (1906), Pérez Rubín dice: "Tuvo la iglesia de la Vera Cruz una Asociación de Nuestra Señora de la Paz" (Pág. 51).
Sólo unos años más tarde, la imagen de Nuestra Señora de la Paz fue portada por la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz en la Procesión de la Minerva u Octava de la Parroquial de San Miguel y San Julián. El Diario Regional de 13 de junio de 1914, publica la crónica de la Procesión de Minerva en San Miguel y recoge las imágenes que formaron en el cortejo precediendo al Santísimo Sacramento: Nuestra Señora de la Paz – que se venera en la iglesia de la Cruz-, San Miguel Arcángel, San Julián y Santa Basilisa, San Antonio, Nuestra Señora del Rosario y el Santísimo Sacramento, escoltado por la guardia civil, llevado bajo palio por el celoso y virtuoso cura ecónomo, don Daniel Llorente.
Detrás marchaban la cofradía de la Santa Vera Cruz y la Sacramental de San Miguel con mazas y cetros.
En los años 40 del siglo XX, época de la posguerra civil y años de la II Guerra Mundial, se funda una Asociación de Señoras con esta imagen como titular en la Penitencial de la Santa Vera Cruz, que llegó hasta los años 60. Celebraban un triduo en enero como preparación a la Fiesta de Nuestra Señora de la Paz. Por ejemplo, del 22 al 24 de enero de 1943, la Asociación de Nuestra Señora la Virgen de la Paz, celebró en la Vera Cruz un triduo “para impetrar el fin de la guerra”. Los cultos se desarrollaron por la tarde, con Exposición de S.D.M., Rosario, preces del triduo, sermón a cargo del R.P. Cristóbal Bueno, Misionero del Corazón de la María, Reserva y Salve Solemne. El triduo siguió celebrándose los años siguientes teniendo presenta la fecha de la festividad, 24 de enero, la mayoría de las veces era entre el 22 y el 24, aunque hubo ocasiones en que se desarrolló del 24 al 26 de enero, como ocurrió en 1955.
Así, organizado por esta Asociación de Señora de Nuestra Señora de la Paz, aparece publicado en la prensa hasta bien entrada la década de los 60. En enero de 1963, la Corte de María visitaba a la Virgen de la Paz de la Vera Cruz el día 29. Se anuncia el triduo, del 22 al 24 de enero, organizado por la Asociación de Señora de Nuestra Señora de la Paz, con los mismos cultos que se han visto en otras ocasiones.
Estos serán los últimos años de esta Asociación y los cultos pasarán a ser organizados por la Cofradía Penitencial de la Vera Cruz. Ya en el Diario Regional de 24 de enero de 1967 aparece: "La Cofradía de la Vera Cruz celebra hoy a las siete y media de la tarde, en honor de la Santísima Virgen de la Paz, los siguientes cultos: Exposición, estación, rosario, oración por la paz, bendición y reserva; a continuación, misa en su altar, finalizando con la Salve".
O años más tarde, el 24 de enero de 1970, la Cofradía de la Vera Cruz celebra cultos en honor de Nuestra Señora de la Paz. A las 8 de la tarde, misa, preces para implorar del Altísimo la paz y Salve.
Esta Imagen de Nuestra Señora de La Paz, privada del Niño y del característico banderín o estandarte, presidió (sólo en aquella ocasión) el altar levantado por la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz con motivo de la Procesión del Corpus Christi el 6 de junio de 2010, año en que se recuperó la tradición de los altares en esta Procesión. En el mes de mayo, mes de María, es colocada en el presbiterio del templo penitencial.
En cuanto al ajuar de esta imagen, como de muchas otras de vestir que hay en Valladolid, agradezco a D. Jorge Ramírez Núñez, buen conocedor de este tema, algunos datos que hacen referencia a que esta imagen conserva algunos rostrillos del siglo XVIII, y que su vestido, con diseño de Melchor Gutiérrez San Martín y bordado por Rosa María Garrocha y Angelines Linaje, estuvo expuesto en 2013 en la exposición del "Colectivo Bordado en Oro".