jueves, 12 de diciembre de 2019

LA HERMANDAD FERROVIARIA DE LA SAGRADA FAMILIA, VALLADOLID.

Considerada como la primera Hermandad de estas características y con este título que se fundó en España y a la que pronto se imitó en otros lugares -como es el caso de Palencia, siendo la segunda, cuyos estatutos se aprobaron en mayo de 1938, según explica Diego Quijada Álamo (1)-, la fundación de la vallisoletana puede datarse a finales del año 1937 en un acto celebrado en los Talleres de la Compañía del Norte.

Hasta ese momento, a pesar de las referencias a iniciativas de diversa índole que partían desde los ferroviarios o incluso desde su sindicato, no hay menciones a una Hermandad Ferroviaria con el título de la Sagrada Familia como ya empieza a ocurrir tras el citado acto de diciembre de 1937 y se convierte en constante a partir de 1938.

El Diario Regional de 18 de diciembre de 1937, en su última página anuncia “En los Talleres de la Compañía del Norte se va a entronizar la Sagrada Familia”, acto que tendrá lugar unos días después, el 24 de diciembre, a las 11 de la mañana, celebrándose una Misa de Campaña presidida por el Arzobispo de Burgos, el Doctor Castro (Manuel de Castro Alonso, arzobispo de Burgos entre 1928 y 1944). Recordemos que en estas fechas que estamos tratando ya había fallecido el Arzobispo de Valladolid, D. Remigio Gandásegui (†16 de mayo de 1937) y aún no había tomado posesión su sucesor Mons. Antonio García y García (que lo hará el 8 de abril de 1938). 

A través de la crónica del acto religioso-patriótico, publicada en el Diario Regional de 25 de diciembre de 1937, se puede intuir que éste sería el germen y casi acto fundacional de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia. Los actos del día habían comenzado con el recibimiento del Arzobispo de Burgos. Posteriormente se ofició la Misa de Campaña, a cargo del Párroco de Las Delicias, por entonces, Mariano Miguel López y terminada la misma el Dr. Castro, arzobispo de Burgos, procedió a bendecir un grupo de la Sagrada Familia que sería posteriormente entronizado. Otro momento destacado de la jornada fue la lectura de la fórmula de consagración del personal ferroviario de los Talleres Principales del Ferrocarril del Norte de Valladolid a la Sagrada Familia realizada por D. Daniel Álvarez, Jefe de Talleres. A continuación se transcribe la formula de consagración publicada en la prensa:

Amantísimo Jesús, que consagraste con tus inefables virtudes y ejemplos de vida doméstica y sobre la familia que elegiste en la tierra, mira con benignidad a estos tus hijos, a sus familias y casas que postrados ante Ti y a tu Sagrada Familia sus hogares y talleres. Tómalos por tuyos, líbrales de los peligros, socórreles en sus necesidades, bendice sus esfuerzos y haz que, como Tú en el taller de carpintero, se santifiquen en el trabajo, cumpliendo la ley y alejando todo pensamiento de envidia, odio y venganza, no piensen más que en servirte en esta vida para después gozarte eternamente en la gloria. Amén”.

De este primer grupo escultórico no conozco descripción e ignoro su paradero actual. En cualquier caso no se puede identificar con el existente en la Parroquia del Carmen de Las Delicias que, como veremos, se bendice en el año 1946.

El mismo Diario Regional, en su edición del 26 de diciembre de 1937 (Temas locales) se hace eco de este acto augurando que sería imitado en otros lugares y sugieren la creación de una capilla en los propios talleres y la celebración de conferencias, actos que se irán haciendo realidad ya en las primeras semanas de 1938 y por ello es por lo que se puede decir que este acto de 24 de diciembre de 1937 probablemente constituya el acto fundacional de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia en Valladolid, aunque unos días más tarde hubiera un posible decreto de erección de la Hermandad y aprobación de estatutos. El tema de la capilla y las conferencias se repite unos días más tarde en la misma sección de Temas Locales del mencionado Diario (5 de enero de 1938) donde retomando esas sugerencias se anuncia que efectivamente se va a erigir una capilla en los Talleres de la Compañía del Norte y que se están buscando a varias personas para impartir conferencias.

Al día siguiente, 6 de enero de 1938 y los sucesivos se anuncia la celebración de una Eucaristía de los ferroviarios en honor a la Sagrada Familia en la Parroquia de San Andrés, a celebrar el domingo siguiente a la Epifanía (por entonces estaba establecida la fiesta de la Sagrada Familia en ese domingo). Por ser el primer anuncio merece la pena reproducirlo “Los ferroviarios celebran con una misa la fiesta de la Sagrada Familia.- El próximo domingo, fiesta de la Sagrada Familia, celebran los ferroviarios una misa solemnísima en la iglesia parroquial de San Andrés. En la misa predicará el R. Padre Ángel María Gómez, religioso dominico del Convento de San Pablo de esta capital y cantará una escogida capilla. La comisión organizadora que nos visitó ayer para darnos cuenta de esta fiesta, invita por nuestro conducto a todos los ferroviarios de Valladolid, para que acudan a la fiesta religiosa en honor a sus Santos Patronos” (Diario Regional, 6 de enero de 1938, pág. 2).

Después de los actos religiosos de los Patronos, de la Sagrada Familia -este primer año una Misa, en los sucesivos se ampliará a la celebración de un triduo-, comenzarán las citadas conferencias: la primera de ellas tuvo lugar el domingo 23 de enero de 1938, pronunciada por el Rector de la Universidad D. José María González de Echevarri. Luego habrá otras conferencias celebradas en el Teatro Pradera, a lo largo de varias semanas para terminar el 10 de abril con unos ejercicios espirituales (práctica cuaresmal que se verá en los años siguientes).

En el Diario Regional de 4 de febrero de 1938 (última página) se anuncia para el siguiente domingo en el Teatro Pradera una conferencia para la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia con el título “Hermandad Política y Social en la Nueva España Nacional-Sindicalista” a cargo del abogado D. Sebastián Criado del Rey y es interesante hacer notar que, al menos en este Diario, es la primera vez que aparece en prensa el nombre como Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia.

Aunque se había dado la fecha de 10 de abril para los ejercicios espirituales, lo cierto es que se adelantaron unos días y del 22 al 26 de marzo de 1938 hubo unas “Santa Misiones para ferroviarios” en la Parroquia de San Andrés y el día 27 Misa de Comunión General. A partir de este último domingo de marzo la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia comenzará a celebrar Misa semanal dominical a las 10 de la mañana en la Parroquia de San Andrés. 

Llegados a la primera Semana Santa desde su fundación no hay mención a su participación en la Procesión entonces llamada del Santo Entierro (hoy Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor). Los dos pasos que históricamente se vincularon a la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia, es decir ¡Sitio! (Sed Tengo) y posteriormente la Exaltación de la Santa Cruz (nombres dados en esa época) figuran aquel año de 1938 así en el programa de la prensa:

La Exaltación de la Santa Cruz, precioso y movidísimo paso, lleno de dramatismo, al cual asistirán los caballeros y jóvenes de la Acción Católica Diocesana”.
“¡Sitio!”, o sea, el Señor, ya crucificado, a quien un sayón alarga una esponja empapada en hiel y vinagre, mientras los soldados al pie de la cruz sortean la túnica del Salvador.
Alumbrarán tan hermoso paso los alumnos del Instituto Católico de Artes e Industrias (I.C.A.I.) y los ingenieros procedentes del mismo quienes forman la Hermandad de San Fructuoso actualmente refugiados en nuestra hospitalaria ciudad”.

Podría ser que algunos miembros de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia pertenecientes también a la Acción Católica acompañasen con la medalla de la Hermandad alguno de los pasos, tal vez a la Elevación y de esta primera vinculación podría venir el nombre de la posterior Cofradía, no obstante, la asignación de un paso a la Hermandad como tal será posterior.

Ya que se menciona la medalla, ésta presentaba forma oval, en una de sus caras el grupo titular, la Sagrada Familia, aunando las escenas del Hogar de Nazaret y taller de carpintero, en la que Jesús, aún niño, ayuda a San José como carpintero mientras María parece estar dedicada a la costura, en la parte superior, rayos de luz en referencia a las otras dos personas de la Santísima Trinidad revelan la naturaliza divina de Cristo. La otra cara de la medalla representa una locomotora (¿tal vez el modelo 4648?) ante una cruz con la leyenda “HERMANDAD FERROVIARIA DE LA SAGRADA FAMILIA VALLADOLID”.

Antigua medalla de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia, de Valladolid.

Ya en 1939 van aumentando los cultos, como se había indicado. En enero celebraron un triduo los días 5, 6 y 7 preparatorio a la fiesta de la Sagrada Familia que fue el día 8, teniendo los cultos en la Parroquia de San Andrés. De hecho, cabe mencionar que aunque ya se entronizase posteriormente el grupo de la Sagrada Familia en la Parroquia de las Delicias, los cultos se repartían entre San Andrés y Las Delicias e incluso algunos años en el Santuario Nacional de La Gran Promesa. Siguen también los ejercicios espirituales en Cuaresma y otro dato sobre su vinculación con la Parroquia de San Andrés es su participación en la Octava de dicha Parroquia (que tenía lugar el segundo domingo después del Corpus Christi, cuando esta solemnidad era en jueves).

Junto a los mencionados actos y cultos, la Hermandad también instaurará una Misa de difuntos en el mes de noviembre.

Estandarte de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia, Valladolid.

En la fiesta de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia celebrada tras el preceptivo triduo en enero de 1940 tuvo lugar la bendición del estandarte de dicha Hermandad, a cargo de D. Faustino Herranz en representación del arzobispo que no pudo estar presente por estar en Palencia para asistir al sepelio del Obispo de dicha localidad. La madrina de la bendición fue la esposa de D. Daniel Álvarez Lorenzo, Jefe de los Talleres Principales. De este mismo año es su participación ya en Semana Santa. El Diario Regional de 17 de marzo de 1940  indica que el Arzobispo ha concedido a la Hermandad acompañar el artístico grupo escultórico “Sed de Cristo en la Cruz”.
Por otro lado, en el Corpus de 1940 sale por primera vez la Hermandad de la Sagrada Familia (desde los talleres RENFE), acompañando a las Cofradías de Nuestra Señora del Carmen (Delicias) (El Norte de Castilla, 23/05/1940, contraportada).

 Así pues, a partir de este momento tenemos como actos habituales de esta Hermandad:

Enero: Triduo y fiesta titular de la Sagrada Familia.
Cuaresma: Ejercicios espirituales.
Semana Santa: Acompañamiento del paso “Sed Tengo”.
Solemnidad del Corpus Christi: Acompañamiento a las Cofradías de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen (Delicias).
Segundo domingo después del Corpus Christi: Octava en la Parroquia de San Andrés Apóstol.
Julio: Procesión de Nuestra Señora del Carmen (Delicias). 
Noviembre: Misa de Difuntos.

Junto a ellos, podemos citar otros actos o cultos extraordinarios como fue el caso, el 14 de julio de 1940, de una Misa de Acción de gracias en San Andrés por el viaje de peregrinación a Zaragoza.

Que aquel acto de diciembre de 1937 tuvo especial relevancia en la historia de la Hermandad es prueba lo que se celebra en 1941. El Diario Regional de 15 de julio de 1941 recoge “El acto del domingo de la Hermandad F. de la Sagrada Familia. Esta Hermandad Ferroviaria añadió una página brillante, émula de aquella del 24 de diciembre de 1937, en que por primera vez trocó en templo la amplísima nave de Talleres, para entronizar allí, en la mansión del trabajo, a la Sagrada Familia”. Efectivamente, el domingo 13 de julio de 1941 se celebró en los Talleres un acto de renovación de aquella consagración del 24 de diciembre de 1937, al que asistieron el Sr. Arzobispo y altas personalidades. Dicho acto comenzó con una Misa rezada, oficiada por el Arzobispo en el recinto de los Tallares Principales. Seguidamente renovación del citado acto de consagración de los trabajos ferroviarios a la Sagrada Familia “dando gracias a Dios porque puede ser escuchado por los compañeros readmitidos recientemente y por los de nuevo ingreso poniéndose en relieve el espíritu de perdón que debe reinar en la nueva España, principal objeto de esta fiesta” (Diario Regional, 11/07/1941) y tras la misma se procedió a la entrega por el Excmo. Sr. Arzobispo a los jefes de los diferentes Servicio de las imágenes que han de ser entronizadas en cada uno de ellos. Todo ello concluyó con una peregrinación que partiendo desde los Talleres continuó por las calles Portillo de la Merced, Estación, Gamazo, María Guerrero, López Gómez, El Salvador hasta el Santuario Nacional de La Gran Promesa.

El siguiente hito, tras su participación en las procesiones de Semana Santa será la constitución en 1944 de la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y la asignación de este paso para su acompañamiento en las distintas procesiones en las que participe. Esta vinculación de una Hermandad Ferroviaria con la Semana Santa se da también en otras localidades.

Llegamos al año 1946 cuando se bendice el grupo titular que actualmente se encuentra al culto en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Delicias). Este grupo se bendice el 17 de enero de 1946 en el Santuario de La Gran Promesa durante el primer día del triduo que dedicaba la Hermandad Ferroviaria a su titular, “Con este motivo [está hablando del triduo] el Excmo y Revdmo. sr. arzobispo, que asistía a los cultos, bendijo un magnífico grupo escultórico de la Sagrada Familia que ha de servir en adelante a la devoción de la citada Hermandad” (El Norte de Castilla, 18 de enero de 1946, pág. 4). Unos días más tarde, el domingo 20 de enero, es trasladado procesionalmente desde el Santuario de La Gran Promesa hasta la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Delicias). Finalmente, su altar de bendijo el 27 de octubre de 1946 en el marco de una peregrinación de Hermandades Ferroviarias al Santuario de La Gran Promesa. Este altar se encontraba en el crucero, lado del Evangelio, en cuyo arco aún es posible ver pinturas alusivas -herramientas de carpintero y el Hogar de Nazaret-. Cabe citar, en recuerdo de estampas añejas hoy desaparecidas que este altar estaba flanqueado por las imágenes de Nuestra Señora de Fátima (acompañada por los pastorcillos) y Nuestra Señora de Lourdes, una lástima que estas imágenes no estén al culto, como otras tantas en dicha parroquia. A partir de este momento, la Misa de Difuntos del mes de noviembre, y otros cultos –aunque no todos- comenzarán a celebrarse en la Iglesia de Las Delicias. Desde el año 2013, el estandarte de la Hermandad y el grupo titular de la misma (a excepción del año 2019 que únicamente fue la imagen del Niño Jesús de dicho grupo escultórico) pueden contemplarse también en el altar que con motivo de la Solemnidad del Corpus Christi levanta la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores en el recorrido de la procesión.

Pinturas del arco de la primitiva capilla de la Sagrada Familia.
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Delicias).
Valladolid.

"La Sagrada Familia" (1946).
Grupo titular de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia.
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Delicias).
Valladolid.

A la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia le unió durante tiempo una relación con el Colegio de la Sagrada Familia, que en los primeros años estaba en la calle Pedro de La Gasca y cuyo coro actuaba en algunas funciones de la Hermandad, teniendo también la propia Hermandad algunos detalles para con ese Colegio.
Años más tarde, hay referencias a la existencia de un coro propio de la Hermandad, así por ejemplo, en febrero de 1954, durante la Misa oficiada por el Arzobispo en la Penitencial de la Santa Vera Cruz con motivo de la finalización de las obras de restauración de dicho templo, intervino la “Masa Coral de la Hermandad de la Sagrada Familia”. Dos años más tarde, en 1956, esta coral con el nombre de orfeón canta la Misa que se celebró el 29 de junio de 1956 en la Iglesia del Cerro de los Ángeles, en Madrid, en el marco de la XI Asamblea de la Federación Nacional de Hermandades Ferroviarias Católicas. Tras la Misa, tuvo lugar ante el monumento al Sagrado Corazón de Jesús la consagración de las Hermandades ferroviarias en el centenario de la devoción al Sagrado Corazón. (ABC. 27/06/1956, pág. 40). Esta noticia es importante no sólo por la actividad de la propia Hermandad en esos años, también porque remite la noticia de estar en esa Federación de Hermandades la cual celebraba asambleas nacionales de forma periódica. 

Durante los años 50 y gran parte de los 60, la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia seguirá con los cultos y actos vistos hasta ahora, pero a mediados de los 60 va decayendo la actividad de la Hermandad… sirva como ejemplo que el triduo en honor a su titular que se celebraba en el mes de enero (y del que hay noticias aún en 1964) se reducirá a una Misa en el día de la fiesta (ej., 1967, en la Gran Promesa), siendo de las últimas noticias que se encuentran en la prensa.

A finales de esta década cambiará en el calendario litúrgico la fecha de celebración de la fiesta de la Sagrada Familia. Así, en 1969, se decreta que la Sagrada Familia se celebre en el domingo de la Octava de Navidad, mientras que el domingo siguiente a la Epifanía pasó a recordarse el Bautismo del Señor, como ocurre en la actualidad.


CONSTITUCIÓN DE LA COFRADÍA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ.

Erigida como cofradía penitencial en el seno de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia, la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz se funda el 18 de marzo de 1944. Sus primeros estatutos, que pueden consultarse publicados por Luis de Frutos en su libro “Las Delicias, mi historia del barrio”, dan clara idea de su vinculación a la Hermandad Ferroviaria. Por ejemplo:

Art. 2.d.- Se encargará de la limpieza del Altar y adorno del mismo, para lo cual nombrará dos camareras entre las Hermanas de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia. (Nota: Por estas fechas habrá que entender que se trata del altar del Santo Cristo de la Buena Muerte, al que la Cofradía comenzó a sacar en Via Crucis ese mismo año; su capilla, la primera del lado de la epístola según se entra por la puerta principal, conserva pinturas alusivas, la cruz con sudario y corona de espinas con clavos).

Art. 3.- Podrán pertenecer a esta Cofradía los miembros de la Hermandad Ferroviaria que lo soliciten, y a juicio de la Junta Directiva de la Hermandad se hagan acreedores por su religiosidad y pureza de costumbres. 

Art. 4.- Serán considerados cofrades honorarios todos los que paguen una cuota y asistan a los actos piadosos de la Cofradía, y cofrades activos, todos los que perteneciendo a la Hermandad Ferroviaria se obliguen a todos los actos necesarios de la Cofradía.

Art. 6.- La Junta Directiva estará formada por: 
Un Director espiritual designado por el Prelado.
Un presidente, Vicepresidente, Tesorero, Secretario y cuatros Vocales.
Todos los nombramientos, excepto los dos primeros, serán elegidos en Junta General y propuestos para su aprobación, previo informe de la Junta Directiva de la Hermandad Ferroviaria al Prelado.

Art. 7.- Todos los acuerdos que estimen necesarios los cofrades se discutirán en Junta General, con la aprobación de la Junta Directiva de la Hermandad serán sometidos al VºBº del Prelado.

Art. 14.- En caso de disolución de la Cofradía, los bienes que posea pasarán, previa autorización del Prelado, a la Hermandad Ferroviaria, sin perjuicio de peculiares disposiciones canónicas sobre determinados bienes.

"Santísimo Cristo de la Buena Muerte".
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Delicias).
Valladolid.

En dicho año de 1944, el Arzobispo asigna a la Cofradía de las Siete Palabras que acompañe el paso “Sed Tengo” (en origen encargado por la Insigne Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno) siendo así el tercer paso que alumbrará esta Cofradía ya establecida en la Parroquia de Santiago Apóstol. Por su parte, el mismo arzobispo -Antonio García y García- otorga el acompañamiento del paso de la Elevación de la Cruz (obra de Francisco de Rincón, 1604, para la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión) a la nueva Cofradía del mismo nombre. Ambos conjuntos procesionales conservados en el Museo Nacional de Escultura, si bien es cierto que el Cristo original del paso de la Elevación se encontraba en la clausura del Monasterio de San Quirce y Santa Julita, identificado como un San Dimas, así que en el paso figuraba otro Crucificado procedente igualmente de la Penitencial de la Pasión –el Cristo del Calvario-.En 1949 la Cofradía sustituye la medalla de la Hermandad Ferroviaria por una medalla propia de la Cofradía.

"La Elevación de la Cruz" (Francisco del Rincón, 1604).
Valladolid.

Tal vez y aunque sea conocido, convenga hacer un breve repaso a la historia del paso de la Elevación de la Cruz. Como se ha dicho, es obra de Francisco del Rincón, datado en 1604, por encargo de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo (denominación actual de la Cofradía). Este paso supone un hito importantísimo en la escultura procesional, pues será el primero en madera policromada, tamaño natural y compuesto por varias esculturas. Se compone de un total de ocho tallas, Cristo en la cruz, los dos ladrones esperando el momento de su crucifixión (cuyas cruces figuraron durante años tendidas en el suelo del paso) y cinco sayones que se afanan en levantar la cruz. El paso se armaba para las procesiones de Semana Santa y fuera de esas fechas el historiado se encontraba en una sala (como informan los reconocimientos de 1802 y 1815) mientras que la imagen de Cristo Crucificado se disponía en la Sala de Cabildos o Sala de Juntas. Hacia 1842 sería recogido el historiado (sayones, Dimas y Gestas) y llevados al Museo Provincial de Bellas Artes. Más tiempo permanecería el Cristo en su lugar, al menos hasta 1926, momento en que se cierra la Penitencial de la Pasión y su patrimonio se dispersa por algunos templos.
Durante varias décadas estuvo sin salir el paso de la Elevación que será “reconstruido” en 1927 con todo el historiado custodiado en el Museo y un Cristo vivo procedente también de la Penitencial de la Pasión (aunque realmente era del Paso Nuevo de Nuestra Señora y San Juan, hoy llamado Cristo del Calvario) acompañado en la Procesión del Viernes Santo de aquel año por socios de la Juventud Católica. Meses después, el 2 de octubre de 1927, se funda la Cofradía de los Legionarios Católicos que acompañaron el paso de la Elevación; una Cofradía con una existencia efímera cuyo hábito se componía de túnica negra con capa, capirote, cíngulo y guantes blancos, y en el costado izquierdo la Cruz de Calatrava en color azul.
En 1993 Luis Luna Moreno identifica el Cristo de la Elevación en la clausura del Monasterio de San Quirce, una talla que hasta entonces se pensaba que representaba a San Dimas. Será en 1994 cuando el Cristo de la Elevación salga por primera vez en el paso para el que fue tallado, recuperándose el montaje original.


Retomando el hilo de la entrada, además de acompañar este paso de la Elevación en la Procesión del Viernes Santo, la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz comenzará a celebrar el mismo año de su fundación un Via Crucis por las calles de las Delicias portando a hombros el Cristo de la Buena Muerte (también llamado Cristo de Las Delicias). Este Via Crucis se celebrará, aunque no figuraba en el programa oficial de Semana Santa de Valladolid, desde 1944 a 1950; a partir del año siguiente -1951-, el barrio de Las Delicias y desde la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen acogerá la Procesión de Nuestra Señora de la Amargura -desde 2015 llamada de la Amargura de Cristo- (ver entrada) en principio formada por, siguiendo la denominación de aquellos años:  Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz, con la “Elevación de la Cruz”(Francisco del Rincón, 1604) paso que participó en esta procesión hasta 1999, Cofradía El Descendimiento con “El Monte Calvario” (Juan Alonso Villabrille y Ron, segundo cuarto siglo XVIII) y la Cofradía del Santo Cristo del Despojo, con “Nuestra Señora de la Amargura” (Juan Alonso Villabrille y Ron, segundo cuarto siglo XVIII, imagen que participó hasta  1999, siendo sustituida posteriormente por otra imagen de nueva creación). Así, una vez que el Cristo de la Buena Muerte dejó de acompañar a la Dolorosa de la Santa Vera Cruz y tras suprimirse este Via Crucis, dicho Crucificado se perdió temporalmente para las procesiones de Semana Santa de Valladolid, hasta que tras la fusión de la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz con la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad (enlace) en 1994 se recupera la práctica del Via Crucis procesional (ver entrada), aunque cambiando el día al Viernes de Dolores, al tiempo que también se recupera para las procesiones dicho crucificado acompañado de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Ese mismo año, la Procesión de la Nuestra Señora de la Amargura pasa a celebrarse por el centro de la ciudad.

En estos primeros años 90, la Cofradía bendice el 28 de marzo de 1992 una primera imagen para sus cultos, un Cristo Crucificado, con el nombre de “Santo Cristo del Amor”, obra de Amparo de Torre. Este Crucificado, actualmente en el local-sede de la Cofradía de la Exaltación, estuvo expuesto desde ese momento hasta la bendición del actual Cristo de la Exaltación (1999) en la primera capilla a contar desde el crucero en el lado del Evangelio, donde actualmente figura la I Estación del Via Crucis y que en otros tiempos era la capilla dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. Este Cristo del Amor participó en 1992 y 1993 en sendos Via Crucis que la Cofradía celebró en la Plaza de Nuestra Señora del Carmen.

Además del paso de la Elevación de la Cruz (Viernes Santo) y las imágenes del Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de los Dolores (Viernes de Dolores), la Cofradía porta también a su imagen titular, el Santísimo Cristo de la Exaltación, obra de Francisco Fernández Enríquez y Rubén Fernández Parra, bendecida por Mons. José Delicado Baeza –Arzobispo de Valladolid-  el 6 de noviembre de 1999, en la Procesión de la Amargura de Cristo (Jueves Santo). Algunas de estas imágenes han protagonizado o participado en salidas extraordinarias, como Nuestra Señora de los Dolores en uno de los altares levantados en el recorrido de la Procesión Triunfal con motivo de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de las Angustias (3 de octubre de 2009) o la más reciente Procesión Extraordinaria con motivo del 75 aniversario fundacional de la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz (ver entrada).



Junto a estas salidas procesionales cabe recordar finalmente que con motivo de la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz la Cofradía organizó una procesión que fue autorizada para celebrarse por primera vez en el año 2008. Aquel año, salió el 14 de septiembre, día de dicha festividad, portando a hombros la imagen del “Santísimo Cristo de la Exaltación” que se venera en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen. Aunque desde aquella fecha no se ha vuelto a celebrar.


En 2019, y en el marco de su 75 aniversario fundacional, los cultos del Triduo del mes de septiembre, dedicado a la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores ha contado con un besapié al Stmo. Cristo de la Exaltación, primera vez que se realiza este acto (14 de septiembre de 2019) y un besamanos a Nuestra Señora de los Dolores (15 de septiembre) si bien el besamanos a la Stma. Virgen ya se había recuperado en 2018. Con motivo de estos cultos y actos se dispuso un montaje con ambas imágenes en el espacio que en otros tiempos ocupó el retablo de la Sagrada Familia.




De una forma muy visual, las décadas de historia de ambas asociaciones –Hermandad Ferroviaria y Cofradía de la Exaltación- quedan aunadas en el espacio destinado al culto de sus titulares en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, concretamente en el baptisterio. En dicho recinto se exponen tanto el grupo de la Sagrada Familia como las imágenes de Nuestra Señora de los Dolores y el Santísimo Cristo de la Exaltación. Una última reflexión sobre las dos primeras (a las que se uniría el Cristo de la Buena Muerte, actualmente en el presbiterio) es que los lugares donde las vemos en la actualidad no son sus ubicaciones originales. Como ya se ha indicado, la Sagrada Familia tenía su retablo en el crucero, al lado del Evangelio. Por su parte, las imágenes del Cristo de la Buena Muerte (el Cristo de Las Delicias) y la Virgen de los Dolores tenían su respectivas capillas en el primer tramo a contar desde la entrada del templo, al lado del Evangelio la Virgen y al lado de la Epístola el Cristo, como aún manifiestan las pinturas alusivas en los arcos, ambos espacios cerrados por una balaustrada de la que también quedan huellas en el suelo de ambas capillas. Así pues y tomando como referencia la siguiente planta, la Sagrada Familia estaba en el espacio señalado con 1, Nuestra Señora de los Dolores en el espacio señalado con 5 y el Cristo de la Buena Muerte en el espacio 6.

Disposición de las capillas según pinturas (aunque hubo cambios): 1)Sagrada Familia; 2) Sagrado Corazón; 3) Santa Teresa de Jesús; 4) Glorioso Patriarca San José; 5) Nuestra Señora de los Dolores; 6) Santísimo Cristo de la Buena Muerte; 7) San Antonio de Padua; 8) Nuestra Señora del Pilar; 9) Inmaculada Concepción y 10) Santiago Apóstol. Se alteró el orden entre Santa Teresa y San José y por otro lado entre Virgen del Pilar y San Antonio.

Pinturas del arco de la primitiva Capilla del Cristo de la Buena Muerte.
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Delicias).
Valladolid.

Pinturas del arco de la primitiva Capilla de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad.
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Delicias).
Valladolid.

Lo cierto es que sería interesante, como se ha indicado en otras entradas sobre esta Parroquia, replantearse la distribución de las imágenes nuevamente en sus capillas, y el retorno del Bautismo de Cristo al baptisterio, donde cobra todo su significado esta pintura. Tal vez trasladar el retablo neogótico –en principio, único testimonio de los que hubo- y buscar otro de similar estética y características para colocar ambos en el crucero y volver a disponer allí los grupos de la Sagrada Familia y Santiago Apóstol, incluso con las otras imágenes que los acompañaban (Virgen de Fátima, Virgen de Lourdes, San Miguel y Fernando III el Santo); ello podría permitir el regreso del Bautismo a su capilla, dejando en dicho espacio las mismas imágenes y altares que hay en la actualidad (especialmente Cristo de la Exaltación y Virgen de los Dolores), manteniendo el ámbito devocional de la Cofradía aunque se optase por dotar de un testimonio de la Sagrada Familia ya fuera por medio del estandarte o por un grupo de menor tamaño (como antes hubo una Virgen del Carmen). Ello aún permitiría que los antiguos espacios dedicados a la Virgen de los Dolores y al Cristo de la Buena Muerte, queden libres en la actualidad para, como ocurre en distintas épocas de año, montar altares para novena, carrozas y andas. E incluso replantearse la colocación del monumental Via Crucis, con las medidas de conservación necesarias, en su lugar de origen para evitar ser tapadas algunas estaciones en distintas épocas del año. A la postre, volver en cierta medida, no en su totalidad pues parece imposible, a una visión que tuvieron nuestros mayores de aquella parroquia, desde los años 40 a los 70 (antes de la reforma), visión que dicho sea de paso es recordada con añoranza por quienes la conocieron y de la que se privó a futuras generaciones…aunque esto último pueda cambiarse.








BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS

ALONSO DE FRUTOS, Luis: Las Delicias, mi historia del barrio. Valladolid, 2001. Págs. 279-280

QUIJADA ÁLAMO, Diego: «Horizontes abiertos» en los ferrocarriles de Castilla: Trayectoria del Inspector Principal de la Renfe, Luis Miguel González (Alar del Rey, 1900 – Palencia, 1972), en PITTM, 87, Palencia, 2015, pp. 185-218, ISSN 0210-7317. (1).

PRENSA LOCAL: EL NORTE DE CASTILLA Y DIARIO REGIONAL.

HEMEROTECA ABC.

PROGRAMAS DE SEMANA SANTA DE VALLADOLID.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

LA CORONACIÓN DE ESPINAS. A PROPÓSITO DEL IV CENTENARIO DE SU REALIZACIÓN.


"La Coronación de Espinas".
Fuente: Archivo Municipal de Valladolid.
Identificador: MC 00011-106.

En las décadas de los años 10 y 20 del siglo XVII, la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz acometió la renovación de sus conjuntos procesionales, sustituyendo los antiguos pasos de papelón y de pequeño tamaño (manteniendo, por fortuna, la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, vulgo La Borriquilla) por otros en tamaño natural tallados en madera y policromados siguiendo la tendencia iniciada por Francisco del Rincón en su paso de la Elevación de la Cruz para la Cofradía Penitencial de la Pasión.

Así, en fecha indeterminada, si bien se piensa entre 1615 y 1617 se realizaría el paso del Azotamiento, en 1623 el Descendimiento y hacia 1627-1628 el paso del Prendimiento y Oración del Huerto. De estos tres conjuntos se conserva algo de documentación, ya sea directa o indirecta que revelan la autoría de los mismos: la carta de obligación firmada por Gregorio Fernández para la realización del Descendimiento se reconoce el propio escultor como autor del paso del Azotamiento, además en cuanto a su cronología se puede citar el dato que el 22 de junio de 1619, la Cofradía solicitaba del Papa Paulo V "indulgencia y jubileo, a imitación de la llaga que a Nuestro Señor Jesucristo le hicieron en sus sagradas espaldas, para el Eccehomo de la columna que la dicha cofradía tiene en su altar de la iglesia" que demostraría la existencia de la talla en esos momentos y que ya gozaba de importante devoción; por otro lado, diversos pagos consignados a Andrés de Solanes, según la documentación aportada por D. Jesús Urrea Fernández, demuestran la autoría de este escultor sobre el paso del Prendimiento y la Oración del Huerto.

Pero, en este periodo de tiempo del que estamos tratando, la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz encargó un conjunto procesional más: la “Coronación de Espinas”. Un paso del que hasta el momento sólo cabe moverse en el campo de las hipótesis y atribuciones, tanto en su autoría como en su cronología.

En cuanto a su autoría, la más extendida es la atribución a Gregorio Fernández si bien es cierto que en los últimos años también se ha propuesto, por ejemplo D. José Ignacio Hernández Redondo, la figura de Andrés de Solanes como posible autor del conjunto procesional.

Lo referente a su cronología es igualmente motivo de debate, pues hay quienes lo suponen –por ejemplo Martín González- hacia el año 1620 ó 1622 o en cualquier caso entre la realización del Azotamiento y la del Descendimiento, o bien otros lo datan posterior a 1624.

Supongamos que fuera de Gregorio Fernández: llama la atención que en la carta de obligación para la realización del Descendimiento (fechada el 16 de junio de 1623) pusiera como referencia para la tasación las figuras del Azotamiento… “por cuya obra madera y talle y demas manufactura e trabajo de las dichas siete figuras del dicho paso se me a de dar la cantidad de maravedís que Francisco Diez platero de oro vecino desta ziudad dijeren que valen más cada una que cada una de las figuras del paso que hize para la dicha cofradía del Azotamiento de Nuestro Señor tasandose en mas valor y trabajo de cada una de las dichas figuras que allare e de azer della que hize del dicho paso del Azotamiento de manera que para el dicho paso qne ansí me obligo de azer del santo Descendimiento se me ha de dar y pagar todo lo que se me dio por el otro paso que ansí hize del Azotamiento para la dicha cofradía con el más valor quel dicho Francisco Diez dijere vale cada una de las dichas siete figuras que ansí me obligo de azer para el nuebo paso del Descendimiento”. Si la Coronación fuera posterior al Azotamiento y previo al Descendimiento sería más lógico pensar que las tallas que sirvieran de referencia para el nuevo paso fuesen las de la Coronación en lugar que las del Azotamiento. Por otro lado, aún moviéndose en la autoría de Gregorio Fernández, pueden plantearse dudas a la realización después del Descendimiento, pues recordemos que este paso del Descendimiento fue motivo de pleitos entre Cofradía y María Pérez -viuda de Fernández- quien en su testamento (fechado en 1661) señala que la Cofradía aún tenía una deuda de 1.000 ducados por el paso del Descendimiento, pudiendo esta circunstancia frenar nuevos contratos entre escultor y Cofradía. Incluso años más tarde, en 1667, hay nuevas referencias a que aún queda por resolver esta deuda.

La otra hipótesis sobre su autoría, más reciente, y probablemente más fundada, recae en Andrés de Solanes: discípulo de Gregorio Fernández al que unió una gran amistad y que trabajaron juntos en diversos proyectos incluso cuando Solanes ya era maestro independiente, incluido (en los años 30 del siglo XVII) el modelo de un paso procesional para la Penitencial de La Piedad, pero también en retablos, ya fuera en Valladolid o para otras localidades, como es el caso del Convento de Aránzazu en Vitoria, donde sirviendo a su maestro, sorprendió la muerte a Solanes en diciembre de 1635. Es más que probable o casi seguro que de ser obra de Solanes también interviniese Fernández, puede que en el diseño del paso procesional. Tal vez esta colaboración, unido a la hipótesis planteada por la deuda del paso del Descendimiento, introdujese a Solanes en la escultura procesional vallisoletana y fuera el precedente para posteriormente contratar, también con la Vera Cruz, el paso del Prendimiento y la Oración del Huerto entre 1628-1629, monumental conjunto en el que bien podría haber intervenido Fernández en su diseño. Si la Coronación de Espinas fuese obra de Solanes podría datarlo posterior al Descendimiento. Consta que en 1626 Solanes ya se había independizado y tenía taller propio, aunque continuaba colaborando estrechamente con Fernández. Así las cosas, la Coronación podría ser datada entre el Descendimiento (1623-1624) y la Oración del Huerto (1628-1629), tal vez entre los años 1625-1626.



COMPOSICIÓN DE LA CORONACIÓN DE ESPINAS.

El paso de la Coronación de Espinas sirvió de modelo para otras localidades, como ocurrió con otros pasos de Valladolid. Así sucedió en el caso de Nava del Rey (Valladolid) y en especial con la copia contratada en 1675 por el escultor Francisco Díaz de Tudanca para la Cofradía de Jesús Nazareno de León, paso desaparecido. Tudanca se obligaba a realizar una copia del paso de la Coronación de espinas de la Vera Cruz de Valladolid, lo que ha permitido conocer el número e identidad de las figuras del paso de Fernández: “Christo en su tórculo sentado con vestidura purpura como esta el de Valladolid, dos sayones que le estan coronando con sus orquillas, otro sayon que esta delante de rodillas dándole la caña, otra figura detrás que está mirando la ejecución del castigo, este representa un juez del senado”.

De las cinco tallas del conjunto original, han llegado hasta nuestros días cuatro, desapareciendo uno de los sayones, éstas son: Cristo coronado de espinas (en la Penitencial de la Santa Vera Cruz), sayón arrodillado, sayón bizco que ciñe la corona y el juez del senado o llamado tradicionalmente como Pilatos, las tres tallas del “historiado” se conservan en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y la última aún se puede ver en las procesiones dentro de la I Palabra.

Se ha considerado que los pasos de Semana Santa de Valladolid tuvieron su reflejo en el banco o predela del retablo mayor de la Catedral de Plasencia, encargado a Gregorio Fernández. Efectivamente, uno de los relieves representa la coronación de espinas, en la que se repite dos sayones ciñendo la corona y otro semiarrodillado o en genuflexión burlándose del Redentor, y se completa la escena con otros personajes, incluido el que podría ser el juez del senado. Este  relieve, así como el del azotamiento, son interesantes en cuanto a personajes y actitudes, así como ciertos detalles como las armas (lanzas) o la columna (en el azotamiento) que nos remiten a cómo podrían ser en su origen los pasos procesionales y tomarlos como modelo para la recuperación de estos elementos.

Es difícil saber el momento exacto en que comenzó a salir la imagen de Cristo sola, podría ser más que probable, aunque no lo cita el autor, que fuese en 1769 cuando se reducen los pasos del Azotamiento y Oración del Huerto, según relata Ventura Pérez en su “Diario de Valladolid”.

El caso es que luego, hablamos también del siglo XIX, la imagen saldrá sola, sin acompañamiento de sayones, configurando el paso que en las plantas procesionales se llamaba “del Coronado”, dicho sea de paso, denominación más correcta que Ecce Homo, pues ésta es la expresión dicha por Poncio Pilato al presentar a Cristo al pueblo, no en el momento del escarnio y coronación de espinas propiamente dicho.

Parece intuirse que en cierto momento del XIX, la imagen dejó de salir en procesión, o por mejor decir, que su salida no era tan continuada como otras imágenes de esta Penitencial, habría años que saliese y otros que no. Ya en el siglo XX se recuperó esta imagen para las procesiones sustituyendo al Cristo de la Humildad o del Gallo (José de Rozas, 1691) de la Cofradía Penitencial de la Piedad, que era acompañado por soldados del Arma de Artillería que tenían su cuartel en el antiguo Colegio de San Ambrosio. Hay fotografías e incluso filmaciones de la imagen del Coronado de Espinas de la Vera Cruz participando en procesión teniendo a su espalda la cruz con los atributos de la Pasión (como se puede ver en estas capturas del vídeo de Valladolidcofrade para conmemorar el bicentenario de la Procesión General del Viernes Santo) (enlace a vídeo).




El 19 de abril de 1946, Viernes Santo, se incluyen en la escena tres sayones para representar la Coronación de Espinas. No obstante, sólo uno de ellos correspondía efectivamente al montaje original del paso, mientras que los otros dos se identifican en la actualidad como parte del historiado de la Oración del Huerto. Estos tres sayones fueron eliminados en 1957, alegando que en solitario se realzaba más la figura del Señor. Lo cierto es que esa valoración se podría entender en aquellas circunstancias pero una vez identificadas correctamente las tallas que conforman el historiado del paso sería recomendable la recuperación del conjunto o montaje original como fue ideado por su autor, máxime cuando es el único conjunto de esta iconografía en la Semana Santa de Valladolid y, volvemos a recordar, sirvió de modelo a otras localidades. Por fortuna, la mayor parte del paso ha llegado a nuestros días y ello facilita que sea posible que sigan cumpliendo la función para la que fue creado, además que su uso responsable ayudaría a la conservación de las tallas, sobre todo las de algunos sayones.

Montaje del paso entre 1946 y 1957.
Fuente: Archivo Municipal de Valladolid.
Identificador: F 00079-050.



Desde entonces, 1957, la imagen del Cristo ha salido aislada, sin otras tallas y en contadas ocasiones se ha montado el montaje original, o lo que queda y está identificado como parte del mismo, pudiéndose citar:
  • Exposición “Gregorio Fernández y la Semana Santa de Valladolid. En el CCCL aniversario de su muerte”, Valladolid, 1986.
  • Pregón de Semana Santa de 1994 (en las Huelgas Reales, por Excmo. Sr. D. Emilio Zapatero Villalonga).
  • Exposición: Los sayones del paso "La Coronación de Espinas", en el Museo Nacional de Escultura, dentro del ciclo LAS FUNCIONES DEL MUSEO: RESTAURACIÓN. Capilla del Museo, del 15 de marzo al 15 de mayo de 2005.
  • “Gregorio Fernández. La gubia del Barroco” exposición temporal en la sede de la Penitencial de la Santa Vera Cruz (17 de enero a 17 de febrero de 2008).

Montaje de la Coronación de Espinas.
Pregón de Semana Santa de Valladolid, 1994.

La Coronación de Espinas.
Exposición "Gregorio Fernández. La gubia del Barroco".
Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz. 2008.

Por su parte, la imagen principal, Cristo coronado de espinas, también ha formado parte de diversas exposiciones como:
  • Imágenes de Ecce Homo en Valladolid. 2001.
  • El Árbol de la Vida, de Las Edades del Hombres, en la Catedral de Segovia, 2003.



CRISTO CORONADO DE ESPINAS
Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz. Colateral del Evangelio.
1,59 m. x 0,68 m. x 0,74 m.

En lugar de la denominación actual (Ecce Homo) que realmente no se corresponde al momento representado, o la denominación basada en la Hermandad que lo alumbra (Santo Cristo de los Artilleros), resulta más apropiada y tal vez sería deseable su recuperación, la denominación con la que se identificaba esta imagen en antiguas plantas procesionales: “Paso del Coronado”.  Así, sirva de ejemplo, hay testimonios a principios del siglo XIX, por ejemplo en la Junta de 17 de febrero de 1803 para componer las plantas de la Procesiones de la Jueves Santo y de la Cruz d Mayo (en la planta de 1802 no figura este paso), en el caso del Jueves Santo se menciona (Urrea y Martín González, pág. 215):
Paso de la Oración del Huerto.
Paso del Señor de los Azotes.
Paso del Coronado.
Paso del Descendimiento.
Paso de Nuestra Señora

Es más, incluso en los programas de Semana Santa aparecía en la Procesión del Santísimo Rosario del Dolor (Lunes Santo) como “Coronación de Espinas” denominando más al Misterio del Rosario que al propio paso, pero, aunque reducido a su imagen principal, puede que esa denominación, “Coronación de Espinas” fuese más acorde al episodio representado y a la historia de la propia talla.



El pasaje representado corresponde a los segundos improperios sufridos por Cristo en la Pasión. Los primeros se habían sucedido en las comparecencias antes Anás, Caifas y Herodes. Mientras, los correspondientes a la coronación de espinas, son ya bajo custodia del poder o autoridad romana. Así lo expresa San Juan “Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían: «¡Salve, rey de los judíos!». Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo: «Mirad, os lo saco afuera para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa». Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: «He aquí al hombre». Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: «¡Crucifícalo, crucifícalo!». Pilato les dijo: «Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en él». Los judíos le contestaron: «Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha hecho Hijo de Dios». Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más. Entró otra vez en el pretorio y dijo a Jesús: «¿De dónde eres tú?». Pero Jesús no le dio respuesta. Y Pilato le dijo: «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?». Jesús le contestó: «No tendrías ninguna autoridad sobre mí si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor». Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban: «Si sueltas a ese, no eres amigo del César. Todo el que se hace rey está contra el César». Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y se sentó en el tribunal, en el sitio que llaman «el Enlosado» (en hebreo Gábbata). Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos: «He aquí a vuestro rey». Ellos gritaron: «¡Fuera, fuera; crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿A vuestro rey voy a crucificar?». Contestaron los sumos sacerdotes: «No tenemos más rey que al César». Entonces se lo entregó para que lo crucificaran". (Juan, 19, 1-16).

Mateo y Marcos, por su parte también recogen esta escena:

Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Entonces los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: «¡Salve, rey de los judíos!». Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar” (Mateo, 27, 26-31).

"Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio —al pretorio— y convocaron a toda la compañía. Lo visten de púrpura, le ponen una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo: «¡Salve, rey de los judíos!». Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacan para crucificarlo". (Marcos, 15, 15-20).


El reconocimiento como el Mesías esperado, del que hablaban las Escrituras y la predicación del Reino de Dios (dejando a un lado el pasaje de los Magos ante Herodes preguntando por el rey de los judíos recién nacido) podrían ser base para entender este episodio. Los seguidores de Jesús seguirían un proceso de cambio de mentalidad y de un reino como se podría entender en la época (como forma política) pasaron a otro que trascendía al mundo. El mismo Jesús lo dirá “Mi reino no es de este mundo”. Ese cambio de concepción basado en la fe no lo tendrían los detractores de Jesús, quienes no seguirían sus enseñanzas y lo verían como forma política, con los atributos propios de esa dignidad que en el caso de este episodio se convirtieron en objeto de mofa, sustituyendo ricos mantos, coronas y cetros, por otros más humildes y dolorosos con intención ofensiva.

Pese a la crudeza del momento y en contraste con la burla, Cristo es representado humilde y sereno, una postura natural frente lo que le rodea. Sentado en un tórculo (frente a un trono regio) cubre su cuerpo con una capa o manto encarnado con amplios y angulosos pliegues que cae desde los hombros, por la espalda y se cruza sobre las piernas. Allí descansan la manos, en una de las cuales se coloca la caña (que da nombre a otra de las advocaciones por la que se conoce “Cristo de la Caña”). La corona, de espino natural y exenta, ha ido variando a lo largo del tiempo, incluso en alguna ocasión siendo sustituido por alguna metal. Rasgo típico de Gregorio Fernández, lo que puede hablar de su participación en la realización de este conjunto, o al menos de algún seguidor muy cercano a él e influido por el maestro gallego, es la espina que hiere y atraviesa la ceja izquierda. Hay otro recurso de la corona de espinas empleado por Fernández y es la herida de una de las espinas en la oreja izquierda, en el caso del Coronado, aunque es cierto que la caballera permite ver parte de esa oreja, no potencia dicho recurso, lo cual es llamativo si tenemos en cuenta que es bastante frecuente en otros Cristos de Fernández y éste es el episodio que lo justificaría.
Además el tratamiento de cabellos y barba, así como los mechones de pelo sobre la frente, aunque se inspiran en modelos de Fernández, difieren de otras tallas de Cristo encargadas al maestro, diferencia que se acentúa si se comparan con Cristos posteriores al Descendimiento de la Penitencial de la Santa Vera Cruz. Estos y otros detalles, como la gota de sangre en la nariz (que en Fernández se resuelve como reguero que baja desde la frente y se concentra la gota en la punta de la nariz) al compararlos con el Cristo de la Oración del Huerto parece presentar mayor similitud con la obra de Solanes.

Si la imagen del Cristo coronado de espinas puede presentar alguna duda en cuanto a autoría y mantenerse, en cierta medida, la atribución de Gregorio Fernández, no pasa lo mismo con el historiado del paso, al menos de las piezas conservadas (Pilatos y dos sayones). Por mucho que se quiera aducir que fueran obra de taller, otro tanto tendría que ocurrir con el historiado de otros pasos encargados a Fernández y lo cierto es que la diferencia entre sayones de pasos como Sed Tengo (Nazareno), Camino del Calvario (Pasión) y Azotamiento (Vera Cruz) si lo comparamos con los de la Coronación es mucho más que notable, aun teniendo presente lo grotesco y caracterización de personajes como “malos” en la catequesis que eran y son los pasos procesionales.

La imagen recibe culto, como se ha indicado, en el retablo colateral del lado del evangelio. Un retablo realizado hacia 1693 por Alonso de Manzano. Consta de dos cuerpos; el inferior con columnas salomónicas en dos planos y la hornacina para cobijar la imagen. El segundo cuerpo, con dos columnas salomónicas, en el centro una pintura de Andrés Amaya (1693) representando a San Francisco y Santa Teresa con flores en el suelo, un cordero y el escudo del Carmen coronado. Se remata el retablo con una cruz.

La imagen ha salido en alguna ocasión de forma extraordinaria, como el 23 de febrero de 2013 en el Acto de Meditaciones de la Pasión o Via Crucis con motivo del Año de la Fe, portado a hombros por cuadrillas mixtas de las Cofradías de la Vera Cruz y del Cristo de los Artilleros.

Meditaciones de la Pasión, Año de la Fe, 2013.

Meditaciones de la Pasión. Año de la Fe, 2013.


PILATOS
Nº de inventario CE0748.
Altura = 178 cm; Anchura = 104 cm; Profundidad = 80 cm.
Caracterizado por su vestimenta  de tipo oriental.
Actualmente forma en “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”, con un documento enrollado en la mano. De este modo es la talla que podría presentar más problemas para la recuperación del montaje original, además se da la circunstancia que junto al Cristo de los Trabajos son las únicas dos tallas que se mantienen desde el primer montaje de la I Palabra. No obstante, en atención a la recuperación de un conjunto histórico, que el paso del Coronado sale en más ocasiones en Semana Santa y que como se ha dicho, es el único conjunto de varias esculturas que representa el episodio de la Coronación de espinas, podría estudiarse la posibilidad de su sustitución en la escena del Calvario por otro sayón o personaje para recuperar el montaje original de la Coronación.

Primer montaje de "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
Cofradía de las Siete Palabras.
Valladolid.


Actual composición de la I Palabra.



SAYÓN BIZCO
Nº de inventario: CE0548.
Altura = 170 cm; Anchura = 105 cm; Profundidad = 95 cm.
De este sayón se modificó el giro de su brazo izquierdo y se sustituyeron las manos, perdiendo la primitiva postura de ceñir la corona de espino. Tras dichas modificaciones y desde los años 20 del siglo XX ha pasado por otros conjuntos procesionales como el primer montaje del Azotamiento de la Vera Cruz (con Agapito y Revilla), en Camino del Calvario y finalmente en  "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen",  hasta que -por motivos de conservación y estabilidad de la pieza- en 2005 fue sustituido por un sayón de la Oración del Huerto (el sayón de casco bicorne).

Sayón de la coronación en "Camino del Calvario".

También, y al igual que el sayón arrodillado, figuró en la Exposición “Almacén. El lugar de los invisibles” del Museo Nacional de Escultura. Además de las citadas anteriormente y de las reconstrucciones del paso.



En la actualidad, este sayón no forma parte de ningún paso procesional en la Semana Santa de Valladolid, conservándose en los almacenes de dicho Museo. Así la recuperación del montaje original no supondría inconveniente para otras Cofradías.


SAYÓN ARRODILLADO
Nº de Inventario. CE0549
Altura = 139 cm; Anchura = 77 cm; Profundidad = 130 cm.
Como en el anterior sayón, esta escultura también ha experimentado modificaciones, como nuevas piernas (algo desproporcionadas) y modificando su postura, que más bien podría ser en genuflexión (lo que nos remitiría de nuevo al relieve de la Catedral de Plasencia) o reverencia como señala Hernández Redondo; además también se sustituyó el brazo derecho, aunque en la última restauración se ha reintegrado el original.
Además de formar parte en las ocasiones que se ha expuesto el montaje original de la Coronación de Espinas, este sayón ha sido el que ha figurado correctamente en otras ocasiones en las que el Cristo haya sido acompañado por sayones.
Por otro lado, formó parte también del primer montaje de Las Lágrimas de San Pedro, en 1965. Este montaje primigenio pudo contemplarse por última vez en el Pregón de la Semana Santa de Valladolid del año 2010 en el presbiterio de la S.I.M. Catedral.

Primer montaje de "Las Lágrimas de San Pedro". Año 1965.
Fuente: Archivo Municipal de Valladolid.
Identificador: F 00075-004.

"Las Lágrimas de San Pedro" en el Pregón de Semana Santa de 2010.

También, y al igual que el sayón “bizco”, figuró en la Exposición “Almacén. El lugar de los invisibles” del Museo Nacional de Escultura.




En la actualidad, este sayón no forma parte de ningún paso procesional en la Semana Santa de Valladolid, conservándose en los almacenes de dicho Museo. Como ocurre con el sayón bizco, la recuperación del montaje original no supondría inconveniente para otras Cofradías.


BIBLIOGRAFIA

AGAPITO Y REVILLA, Juan: Las cofradías, las procesiones y los pasos de Semana Santa en Valladolid. Imprenta Castellana, Valladolid, 1925 

HERNÁNDEZ  REDONDO, José Ignacio: “La escultura procesional de la Cofradía de la Vera Cruz de Valladolid”, Actas del IV Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías de la Santa Vera Cruz, Zamora, 2009, pp. 149-172

LUNA MORENO, Luis y FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Mª del Rosario: Gregorio Fernández y la Semana Santa de Valladolid;[exposición] en el CCCL aniversario de su muerte, [Valladolid, Museo Nacional de Escultura, enero-febrero 1986;catálogo.

MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José y URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. Tomo XIV Parte Primera. Monumentos Religiosos de la Ciudad de Valladolid (Catedral, parroquias, cofradías y santuarios). Institución Cultural Simancas, Valladolid, 1985.

VV.AA.: Gregorio Fernández. La gubia del Barroco. Catálogo de exposición. Págs. 128-129. Valladolid, 2008.

Ceres.mce.es Red Digital de Colecciones de Museos de España (Museo Nacional de Escultura).

Programas de Semana Santa de Valladolid.

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