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domingo, 28 de octubre de 2018

LA REAL ARCHICOFRADÍA DEL CULTO CONTINUO A LA SANTÍSIMA VIRGEN O CORTE DE MARÍA. REAL IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MIGUEL Y SAN JULIÁN Y SANTA BASILISA.

Sobre las imágenes visitadas ver enlace


Entre las numerosas Cofradías y Hermandades que tuvieron como fin el culto a la Virgen María, se cuenta esta Archicofradía, muy extendida en otros tiempos, que tenía “por objeto el obsequiar y visitar diariamente á la Santísima Virgen en sus mas célebres imágenes, á fin de impetrar de esta poderosísima Reina una visita suya en la hora de la muerte en premio de esa piadosa devoción”.



EL ORIGEN DE LA ARCHICOFRADÍA DE LA CORTE DE MARÍA.

En principio, se vincula a los jesuitas por medio de las asociaciones de Hijas de María y los cultos de las Flores de mayo a la Virgen. 
Para encontrar sus orígenes hemos de trasladarnos a Madrid, a mediados de mayo de 1839, en una casa particular donde se reunían varias personas piadosas para obsequiar a la Santísima Virgen por medio de la devoción de las flores o mes de María. A estas reuniones fue invitado el P. Ramón García Leal, S.J. “el cual, a instancias de las señoras de la casa y de varias personas amigas, se encargó de dirigir los cánticos y obsequios que se hacían en dichas flores lo que quedaba del mes. Así lo hizo, y entre los varios obsequios que prescribía para el sorteo de la flor que se suele hacer para el día siguiente, uno de ellos era el que visitasen aquella imagen de María tenida en mas veneración de las muchas que hay en Madrid; é inculcando en los últimos dias á los concurrentes el que no se limitasen solamente al mes de mayo dichos obsequios, les propuso la idea que habia concebido de formar una Asociacion, para que cada dia uno de los asociados, segun les cupiere en suerte, visitase en nombre de todos la imágen de Maria que se le designase por medio de una papeleta; pensamiento que fué acogido con mucho gusto por varias decenas de personas que al instante se asociaron , y principiaron desde luego el 1º de junio de dicho año á obsequiar y hacer la corte á la gran Reina del universo, el dia del mes y á la imagen que á cada uno le cupo en suerte”.

Con estas palabras es como se cuenta en diversos devocionarios de esta Archicofradía el nacimiento de la misma. El caso es que poco tiempo después, dos o tres meses, la asociación había crecido tanto que se contaba por centenares sus asociados, por lo que se vio la necesidad de dividirla en Coros, como se mantuvo y extendió por otros lugares tiempo después, de acuerdo a una Instrucción publicada en la que describía su funcionamiento.


Así, la Asociación se divide en Coros llamados 1º, 2º, etc., compuesto cada uno de ellos por 31 asociados, correspondiendo uno para cada día del mes, para que según le cupiere la suerte, así por lo que toca al día como por lo que respecta á la imagen de la Santísima Virgen que haya de visitar y obsequiar, lo haga en nombre de toda la Asociación.

Igualmente se explicaba la forma de crear los Coros y el sorteo de imágenes a visitar y días: “se eligen las imágenes de la Santísima Vírgen mas célebres que se quieren visitar y obsequiar en la ciudad, villa, lugar ó monasterio en que se quiera formar un coro; se hace una lista de dichas imágenes, numerándolas desde el número 1º hasta el 31 , para que cada dia del mes tenga su imágen fija, y en caso de no haber los suficientes para cada dia, como sucede en los monasterios y pueblos pequeños, se vuelven á repetir las mismas, empezando desde la primera. El sorteo para saber cual imágen ha de visitar cada uno, se hace de la manera siguiente. En unas papeletas impresas que cuestan un real de vellón al año y aún con él se contribuye para que se puedan dar gratis a los coros compuestas de religiosas, se escriben los nombres de las personas que compongan el coro. Después se ponen en una mesita tantos papelitos como días tiene el mes numerados con el 1, 2, 3, etcétera luego se toma una papeleta cualquiera con el nombre ya escrito se saca un papelito de la mesita que supongamos que es el número 6 se mira qué imagen de la lista tiene dicho número y la que sea se escribe la papeleta de pichón como también el día 6 y el mes que sea y con esto ya queda sorteada y sabe el día 6 de aquel debe visitar a obsequiar en nombre todos los asociados a la Santísima Virgen en aquella imagen que tiene escrita en la papeleta y lo mismo se hace con todas las demás y como cuando no hay 31 asociados en un coro quedan algunos días en blanco es decir en que no hay quien haga la visita para esto se sortean dos suplentes Centros Asociados de aquel coro que se ofrezcan para hacerlo uno para los días pares y otro para los lunes para que obsequien el nombre de todos a la Santísima Virgen Reina y Señora del mundo hasta que se complete el número 31 entonces, correspondiendo un asociado para cada día del mes ya no son necesarios los suplentes a no ser que haya enfermos. De los 31 asociados que compongan un coro, se designa uno para director o encargado de hacer el sorteo de cada mes”.

En los libros que se publicaron se puede ver un ejemplo de las citadas papeletas en las que aparece el Coro, número, nombre de la asociada, la fecha de la visita (día, mes y año) así como la Imagen a visitar y el templo donde recibe culto, teniendo el encargo de rezar la Letanía y Salve en nombre de todos los asociados para alcanzar la gracia a la visita de María Santísima en el momento de su muerte.


Por otro lado, usaban como distintivo más propagado un escapulario azul en el que figuraba por un lado una representación de la titular de la Archicofradía y por otro lado el anagrama del Ave María, rodeado por una corona de laurel y rematada por corona real, en consideración como Reina del Cielo. En las cintas que une ambas caras, la inscripción CORTE DE MARÍA.


La Asociación fue creciendo por lo que acabó erigiéndose públicamente y dotada de indulgencias y otras gracias por los Papas Gregorio XVI y Pio IX, quien la elevó a Archicofradía en 1847.

La Real Archicofradía de la Corte de María (la Primaria, pues a ella se agregaban las fundadas en otras localidades) sigue existiendo, teniendo su sede en la Iglesia de San Ginés, en Madrid, donde celebra sus cultos, especialmente en el mes de mayo, con la fiesta de su titular el último domingo de dicho mes. Allí se conserva la imagen de Nuestra Señora de todos los Santos y Madre del Amor Hermoso o Virgen del Amor Hermoso, obra encargada por la Asociación de la Corte de María al escultor Mariano Bellver (1817-1876), teniendo origen como destino la Iglesia de Santo Tomás, en Madrid.

Junto a esta imagen, por su antigüedad es necesario recordar la talla de Nuestra Señora del Amor Hermoso, Patrona de Campaspero (Valladolid). Esta imagen original de Madrid sirvió de modelo a las titulares en otras localidades, algunas conservadas, dentro de las cuales cabe reseñar las realizadas por el escultor Ramón Álvarez citando las conservadas en Iglesia de San Vicente, Muga de Sayago (Zamora), Iglesia de Santa María Magdalena, Moraleja del Vino (Zamora), Iglesia de San Pedro, Matilla la Seca (Zamora) o en la Iglesia de San Pedro y San Ildefonso, Zamora. Otros simulacros de esta advocación encontramos en Burgos (obra de Salvador Páramo, siglo XIX), Haro (La Rioja), Borja (imagen datada en 1850), en la Parroquia de San Lorenzo (Huesca)…

"Nuestra Señora del Amor Hermoso" (agradezco esta fotografía a Miguel Herguedas).
Campaspero (Valladolid).


LA ARCHICOFRADÍA DE LA CORTE DE MARÍA EN VALLADOLID

Tuvo su sede en la Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa, donde se encontraba al culto la imagen titular o patrona de la Archicofradía, Nuestra Señora del Amor Hermoso. Por Casimiro González García Valladolid, sabemos que en “el crucero y costado del evangelio figura un gran retablo dorado, de dos cuerpos: en el primero hay una linda imágen, vestida, de la Madre del Amor Hermoso, y en el segundo San Juan Nepomuceno, de talla, cuerpo entero y tamaño natural, magistralmente modelado: lástima que no se sepa quién es el autor” (Valladolid, recuerdos y grandezas. T.I pág. 534). En la actualidad, la hornacina central de este retablo está ocupada por una imagen de la Inmaculada Concepción, del círculo de Pedro de Sierra (segundo cuarto del siglo XVIII) que también se la conoce como Virgen del Amor Hermoso, bien es cierto que hay diferencias tanto en el dato aportado por el cronista a principios del siglo XX (imagen vestida) como diferente iconografía.

Su instalación en Valladolid y la formación de los primeros Coros para las visitas, se produce antes de mediados del siglo XIX, así ya hay constancia que el obispo de Valladolid (entre otros muchos) en 29 de enero de 1845 concede 40 días de indulgencias “por cada Ave María, Salve, versículo de la letanía ó jaculatoria que recen los asociados ante la imagen de talla de la Santísima Virgen que posee la citada Corte de María bajo el título de Reina de todos los santos y Madre del Amor hermoso ó sus estampas” y otros 40 días “por rezar el santo Rosario ante la imagen de la Santísima Virgen precitada del Amor Hermoso, y otros 40 en la misma forma á los Rosarios y Coronas que usen los asociados”. Junto a este importante dato de las indulgencias (en los libros se menciona también las Indulgencias Plenarias concedidas por Pontífices), sabemos que en 1847 ya existen en Valladolid 6 coros. (Ramón Leal: Origen… pág. 43).

Podría ser que en cierto momento decayese o bien se viera afectado por alguna circunstancia y hace pensar en un periodo en que no haya visitas organizadas, aunque esto tampoco debería conllevar necesariamente la desaparición de la Archicofradía. Parece, y seguimos en el campo de las hipótesis, que se podría producir una reorganización en 1891, al menos en ese año se comienzan a publicar las visitas que se hacía a distintas imágenes, siendo el primer mes el de agosto. La hipótesis de su reorganización en este mismo año se puede ver reforzada porque en dicho mes de agosto parece que hay ciertas dudas en las imágenes que se van a visitar a partir de ese momento, quedando ya fijadas con seguridad en el mes siguiente, septiembre.

Agosto de 1891:
1.- Amor Hermoso en San Miguel, Asunción en Catedral y Virgen de San Lorenzo (San Lorenzo).
2.- Virgen de los Ángeles en Angustias y titular o la Purísima en la Victoria.
3.- ------
4.- Dolores en San Pedro, Purísima en el Salvador o Carmen en San Felipe Neri.
5.- Nieves, en San Andrés; Val en San Esteban o Rosario en Rosarillo.
6.- Guía en el Salvador; Carmen en Catedral o Asunción en San Ildefonso.
7.- Remedios en Magdalena, Carmen en la Cruz y Sagrario en Catedral.
8.- Paz en la Cruz, Rosario en San Miguel y Dolores en la Catedral.
9.- Nuestra Señora de la Soledad y Anunciación (ambas en Angustias).
10.- Pozo en San Lorenzo; Carmen en San Esteban y Natividad en Jesús.
11.- Sagrario, Dolores y Purísima (todas en la Catedral).
12.- Sagrario y Purísima en Catedral y Virgen de Sión en San Felipe Neri.
13.- Lourdes en San Ildefonso, Victoria (titular) y Purísima en Catedral.
14.- Descendimiento y Carmen en la Cruz y Rosario en Rosarillo.
15.- Misa cantada al Amor Hermoso en San Miguel.
16.- -------
17.- -------
18.- Salud en San Nicolás.
19.- Compasión en San Esteban.
20.- Guadalupe en San Andrés.
21.- Pozo en San Lorenzo.
22.- Valvanera en Salvador.
23.- Soledad en Jesús.
24.- Mercedes en San Juan.
25.- Anunciación en San Ildefonso.
26.- Carmen en San Felipe Neri (privilegiado).
27.- Inmaculada en San Felipe Neri.
28.- Esperanza en San Miguel.
29.- Paz en la Cruz.
30.- Angustias en Angustias.
31.- Patrona y tachado “Excelsa Patrona de esta ciudad en San Lorenzo”.

Y en septiembre de 1891:
1.- Virgen de San Lorenzo (San Lorenzo).
2.- Virgen de los Ángeles en Antigua.
3.- Nuestra Señora de la Soledad en San Esteban.
4.- Dolores en San Pedro.
5.- Nieves, en San Andrés.
6.- Guía en el Salvador.
7.- Divina Pastora en Santiago.
8.- Concepción, en la Catedral (Privilegiado).
9.- Rosario en Rosarillo (Privilegiado).
10.- Sagrario en Catedral (Privilegiado).
11.- Peña de Francia en San Martín.
12.- Pilar en Santiago.
13.- Remedios en Magdalena.
14.- Estrella en San Martín.
15.- Asunción en Catedral.
16.- Carmen en Antigua. 
17.- N.S. del Descendimiento en la Cruz.
18.- Salud en San Nicolás.
19.- Compasión en San Esteban.
20.- Guadalupe en San Andrés.
21.- Pozo en San Lorenzo.
22.- Valvanera en Salvador.
23.- Soledad en Jesús.
24.- Mercedes en San Juan.
25.- Anunciación en San Ildefonso.
26.- Carmen en San Felipe Neri (Privilegiado).
27.- Inmaculada en San Felipe Neri.
28.- Esperanza en San Miguel.
29.- Paz en la Cruz.
30.- Angustias en Angustias.
31.- Amor Hermoso en San Miguel.

Durante décadas se mantuvo esta relación de imágenes, en ocasiones cambiaba el lugar debido a circunstancias extraordinarias (ej. La Salud de San Nicolás cuando fue visitada en San Quirce por el incendio de la Parroquia). Ya en los años 40 del siglo XX, encontramos algunos cambios, cabe reseñar que el día 2 Nuestra Señora de los Ángeles y el día 16 la Virgen del Carmen eran visitadas en Las Angustias (recordemos que La Antigua estaba cerrada) y que el día 19, la Virgen de la Compasión había sido sustituida por el Inmaculado Corazón de María, en el mismo Santuario de La Gran Promesa.

Muchas de las imágenes aquí citadas aún son fácilmente identificables y están al culto, pero también hay otras que entrañan cierta dificultad, por ejemplo la visitada el día 3, Nuestra Señora de la Soledad en San Esteban o La Gran Promesa, o la visitada el día 14, Nuestra Señora de la Estrella en San Martín, que con el tiempo será reemplazada por la Quinta Angustia del mismo templo.

Posteriormente, habrá que tener presente que en 1951 se entronizan en el Santuario de La Gran Promesa las imágenes de la Virgen de la Paz y Buen Viaje de Antipolo (Filipinas) y Nuestra Señora de Guadalupe (América). Mientras, al año siguiente, 1952, se erige en Valladolid la Cofradía de Nuestra Señora de la Fuencisla, Patrona de Segovia, bendiciendo una imagen de la misma en San Felipe Neri el 17 de mayo de dicho año.

No obstante, en el mes de octubre de 1952, se siguen visitando las imágenes citadas en los días 3 (Soledad en Santuario), 7 (Divina Pastora, Santiago), 14 (Estrella en San Martín), 19 (Corazón de María en Santuario) y 26 (Virgen del Carmen en San Felipe Neri). Días 3, 14 y 26 son las mismas que en enero de 1953.

Diez años más tarde, y con los cambios mencionados, las visitas eran las siguientes, (es interesante porque es de las última relaciones completas que aparecen en la prensa).

En 1963:
1.-V. de San Lorenzo (idem).
2.- Ángeles en la Antigua.
3.- Antipolo (Santuario Nacional).
4.- Dolores (San Pedro).
5.- Nieves (San Andrés).
6.- Guía (Salvador).
7.- Carmen (Antigua).
8.- Inmaculada, Catedral (privilegiada).
9.- Rosario (Rosarillo, Privilegiada).
10.- Sagrario, Catedral (Privilegiada).
11.- Peña de Francia, San Martín.
12.- Pilar, Santiago.
13.- Remedios (Magdalena).
14.- Piedad (San Martin).
15.- Sagrado Corazón (Santiago).
16.- Lourdes (San Miguel).
17.- N.S. Descendimiento (la Cruz).
18.- Salud (San Nicolás).
19.- Guadalupe (Santuario).
20.- Montserrat (San Miguel).
21.- Pozo (San Lorenzo).
22.- Valvanera (Salvador).
23.- Soledad (Nazareno).
24.- Mercedes (San Juan Bautista).
25.- Anunciación (San Ildefonso).
26.- Fuencisla, San Felipe Neri (privilegiado).
27.- Concepción  (San Felipe Neri).
28.- Esperanza (San Miguel).
29.- Paz (La Cruz).
30.- Angustias (idem).
31.- Amor Hermoso, titular de la Archicofradía, en San Miguel.

Relación interesante porque vemos como en la propia Parroquia de San Miguel, sede de la Corte de María, se visitaban algunas imágenes que actualmente no están al culto como es el caso de Nuestra Señora de Lourdes (a la que rendía culto la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de la propia parroquia) o Nuestra Señora de Montserrat.

El último mes que se anuncian en prensa estas visitas es en enero de 1965, y ya no todos los días: no obstante, los que aparecen, siguen el mismo que en 1963.

Vemos una vez más que los años 60 fueron especialmente malos para este tipo de Cofradías y que se perdió una hermosa costumbre. Gracias a ella, conocemos algunas de las principales devociones marianas de la ciudad (algunas, porque es de notar que todas las imágenes visitadas son de templos del centro de la ciudad y no conventuales) muchas de ellas titulares de Cofradías y Hermandades que tampoco están activas en la actualidad. Hay algunas que ofrecen dudas como las citadas Soledad de San Esteban, Estrella de San Martín o Sión en San Felipe Neri, por poner un ejemplo, pero los textos de Casimiro González García Valladolid, especialmente, nos proporcionan datos, aunque sean breves. Tal vez, en estos tiempos en los que las Cofradías Penitenciales están adoptando titulares marianas, se podría volver la vista a estos nombres que hubo en Valladolid, para las nuevas imágenes (Afligidos, Sión, Estrella, etc).

Sobre las imágenes visitadas, consultar el siguiente enlace.


BIBLIOGRAFÍA.

LEAL, Ramón: Origen de la Asociación del obsequio diario de visitar a la Santísima Virgen o Corte de María en sus mas célebres imágenes, con algunas oraciones para visitarla. Impr. Herederos de la Vda. Pla. Barcelona, 1847.

GONZÁLEZ GARCÍA VALLADOLID, Casimiro: Valladolid sus recuerdos y sus grandezas: religión, historia, ciencias ... Imp. Juan Rodríguez Hernándo, 1900-1902. Valladolid.

Corte de María. Su origen, oraciones para la visita e Indulgencias concedidas. Imprenta de D. Eduardo Baeza. Segovia, 1832.

lunes, 10 de marzo de 2014

Nuestra Señora del Buen Consejo: una imagen desaparecida de la Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián


Nuestra Señora del Buen Consejo (Desaparecida)
Retablo del Relicario de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús.
Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa.
Valladolid.

Es preciso comenzar con un matiz respecto al título de la entrada. Se ha puesto como desaparecida de la Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa puesto que en las láminas o fotografías que se publican en el Catálogo de monumentos religiosos de Valladolid, el tomo referido a la Catedral, Parroquias y Santuarios de Valladolid, puede verse el retablo del Relicario de esta parroquia, aún presidido por esta imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo e incluso le acompaña una fotografía de dicha imagen, denominándola como Virgen con el Niño, sin especificar advocación.

Es de justicia agradecer la colaboración que aportan distintas personas para la realización de estas entradas, como he hecho siempre que se ha dado el caso, ya dice el refrán que “es de bien nacidos ser agradecidos” y en esta ocasión con mayor afán, ya que ha sido mi madre, Carmen, de origen madrileño, quien me ayudó a identificarla. Esperemos no errar en dicho intento.

Se trata de una devoción que se encuentra relacionada con los jesuitas, en el caso de la talla vallisoletana recordemos que la actual iglesia de San Miguel y San Julián fue templo de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús.

Retablo del Relicario con la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo.
Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa.
Valladolid.

El origen del culto jesuita a Nuestra Señora del Buen Consejo se encuentra en una imagen que se conservaba en Madrid, en una de las capillas del Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, templo que posteriormente fue Catedral de Madrid, hasta la consagración de la actual de Santa María la Real de la Almudena, y hoy es la Real Colegiata de San Isidro y Nuestra Señora del Buen Consejo.

La imagen había sido depositada en la iglesia de San Pedro y San Pablo, levantada por la Compañía de Jesús en 1567. A su lado se construirá el Colegio de la Compañía, fundado en 1603 por María de Hungría, hermana de Felipe II. Cuenta la tradición que en el año 1583, vivía en el Palacio de la embajada genovesa Don Ferrante de Gonzaga junto con su esposa Doña Marta Tana de Santena y sus hijos. El primero de ellos era un joven llamado Luis (Castiglione delle Stiviere, Lombardía, 9 de marzo de 1568 - Roma, 21 de junio de 1591) de clara inclinación a la vida religiosa pero que no sabía en que Orden entrar. Luis Gonzaga visitaba con frecuencia la Capilla de Nuestra Señora del Buen Consejo. El día de la Asunción, 15 de agosto de 1583, tras oír misa y comulgar escuchó la voz de la Virgen María por medio de aquella imagen del Buen Consejo que le dirigía estas palabras “Luis, entra en la Compañía de mi Hijo”. Tras renunciar a la vida de palacios y Corte, ceder sus derechos de primogénito en favor de su hermano Rodolfo en el Palacio de los Gonzaga de Mantua el 2 de noviembre de 1583 y salvar numerosos obstáculos, entró en la Compañía de Jesús el 25 de noviembre de 1583. En 1591 la peste atacó la ciudad de Roma, donde estaba Luis; contrajo la enfermedad al ayudar a un enfermo, cargándolo sobre sus espaldas para llevarlo al hospital donde él servía, falleciendo en la medianoche del 20 al 21 de junio de 1591. Fue beatificado por Paulo V el 19 de octubre de 1605 y canonizado el 13 de diciembre de 1726 por Benedicto XIII.

Consejo similar, de ingresar en la Compañía de Jesús, se repitió varias décadas después, el 25 de marzo de 1640, al Beato Diego Luis de San Vítores (Burgos, 12 de noviembre de 1627 – Tumon, Guam, 2 de abril de 1672).

La imagen representa a María en pie, sosteniendo en su brazo izquierdo al Niño Jesús, con su mano derecha toma en gesto amoroso la pequeña mano izquierda del Niño, quien con su mano derecha parece estar en actitud de bendecir. La imagen original se perdió en los sucesos de 1936, siendo la actual obra de Félix Granda, siguiendo el modelo de la desaparecida.

De la imagen madrileña desaparecida y su retablo se conserva un grabado pintado con acuarela, realizado en 1765 por Juan Minguet. El retablo se asienta sobre un zócalo que presenta puertas en los laterales. El banco o predela del retablo tiene en el centro el Sagrario, flanqueado por dos ángeles tenantes, a los extremos y subiendo desde el zócalo, recorriendo verticalmente el banco, se disponen dos estructuras escalonadas que sirven de peana a las imágenes de las calles laterales del cuerpo principal. En este cuerpo principal, aparece en el centro la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo, venerada por seis ángeles, en un camarín barroco, cuyo arco exterior arranca de dos pequeñas imágenes que representan a San José con el Niño y a San Luis Gonzaga; en las calles laterales, hay dos hornacinas, una a cada lado, con las imágenes de San Joaquín y Santa Ana. En el remate o cuerpo, superior, aparece en el centro el Espíritu Santo y el emblema de Ave María, y a los lados,  representaciones de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier.

Además de este grabado, hay una pintura, óleo sobre cobre, de Bartolomé Pérez de la Dehesa (1634-1698) en el Cleveland Museum of Art (ver pintura). Resulta aún más evidente la identificación de la imagen que se conservaba en Valladolid con esta advocación de Nuestra Señor del Buen Consejo a través de esta pintura. En un marco arquitectónico compuesto por dos estípites que soportan un arco de medio punto, en cuyo arranque hay dos angelitos con guirnaldas y una filacteria con el texto “N Señora del Buen Consejo”. En el centro aparece la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo, rodeada por ángeles, y arrodillados a los pies de la Virgen, dos santos jesuitas, identificados con sus nombres, San Francisco Javier y San Luis Gonzaga. Deteniéndonos en la imagen de la Virgen de esta pintura, aparece sobre una peana con tres cabezas de ángeles y la luna a los pies de María, y en el manto se observan semejantes emblemas del Ave María que los de la imagen de Valladolid.

Otros artistas trataron también el tema de este mensaje de la Virgen del Buen Consejo a San Luis Gonzaga, a veces visto como si de una aparición se tratase. Por ejemplo, en el Museo del Prado se conserva un boceto en papel realizado en lápiz, pluma y aguada, del siglo XVII, obra de Sebastián de Herrera Barnuevo, que recoge este episodio.

La devoción de Nuestra Señora del Buen Consejo estuvo también presente en el otro centro jesuita de Valladolid, el Colegio de San Ambrosio. En el Colegio de los Escoceses (instalado en Valladolid en 1771), la celda que fuera del Padre Luis de la Puente se encuentra convertida Oratorio. Esta estancia está presidida por un retablo mayor, de los años 70 del siglo XVIII.  En la pintura central aparece nuevamente San Luis Gonzaga ante Nuestra Señora del Buen Consejo, una inscripción a los pies lo aclara: “Nuestra Señora del Buen Consejo, por el que dio a San Luis Gonzaga de que entrase en la Compañía de Jesús, año de 1583”.

"Nuestra Señora del Buen Consejo con San Luis Gonzaga".
Retablo del Oratorio en el Colegio de los Escoceses.
Actualmente Centro de Espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús.
Valladolid.


sábado, 5 de enero de 2013

Cofradía del Santísimo Sacramento y Ánimas o Cofradía Sacramental de Minerva y Ánimas de la Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián. La Procesión de Octava de San Miguel.



Detalle del estandarte de la Cofradía Sacramental de Minerva y Ánimas.
Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa.
Procesión del Corpus Christi, 10 de junio de 2007.
Valladolid



Desde comienzos del siglo XVI se asiste en España a la fundación de numerosas Cofradías del Santísimo Sacramento, promovidas por Doña Teresa Enríquez, en virtud de la Bula Pastoris Aeternis (Roma, 21 de agosto de 1508) del Papa Julio II.


En 1538, fr. Tomás Stella, O.P. estableció en la Iglesia de Santa María Sopra Minerva de Roma una Cofradía del Santísimo Sacramento aprobada por la Bula Dominus noster Iesu Christus transiturus de hoc mundo ad patrem del 30 de noviembre de 1539, firmada por el Papa Paulo III. El origen de esta Cofradía se encuentra, como señala la propia Bula, en “algunos ciudadanos romanos y cortesanos devotos de Jesucristo, piadosamente considerando que el Santísimo Sacramento de la Eucaristía en las iglesias parroquiales de la dicha ciudad de Roma era tenido en lugares no tan decentes ni con el debido honor y reverencia que se requería, y cuando se había de llevar por la ciudad para la comunión de los enfermos era llevado por un capellán solo, sin palio, con poca veneración; y movidos por singular devoción, deseando proveer las cosas sobredichas y que se diese a tan santo Sacramento el debido culto y veneración según su posibilidad, ordenaron y establecieron una hermandad y cofradía, así de hombres como de mujeres, con título e invocación del Santo Sacramento del Sacratísimo Cuerpo de Jesucristo en la dicha iglesia de la Minerva”.


A esta Cofradía le fueron concedidos gracias, privilegios e indulgencias por los Pontífices, que eran extensivos a las Cofradías del Santísimo Sacramento que a imitación de ésta se fundaron en otros lugares, o bien las ya existentes que se agregaban a la misma.


Como se ha dicho, estas Cofradías de Minerva tenían las mismas obligaciones y se beneficiaban de los mismos privilegios e indulgencias que la de Roma. Entre las primeras, las obligaciones, según la bula de aprobación de Paulo III en 1539 estaban:

[…] procurasen que el Santísimo Sacramento, así en la dicha iglesia de Santa María de la Minerva, como en todas las otras iglesias parroquiales de Roma, fuese conservado y se conservase con aquella veneración que conviene, en lugares decentes y honestos, con lumbres encendidas de día y de noche, y si las rentas de las dichas iglesias para esto no bastasen, los mismos cofrades proveyesen de las cosas necesarias para lo sobredicho, y así mismo para comprar un palio para cada una de las dichas iglesias, con el cual fuese llevado el Santísimo Sacramento todas las veces que se hubiese de sacar fuera de la iglesia para comunión de los enfermos, y que el rector o presidente de cualquiera de las dichas iglesias o su lugarteniente, todas las veces que fuere necesario llevar el Santísimo Sacramento a casa de algún enfermo, fuese obligado a hacer tañer ciertas veces la campana de la iglesia para que los cofrades vecinos de la parroquia de la dicha iglesia supiesen eran llamados y convocados para acompañar el Santo Sacramento, y fuesen obligados por sí mismos, si legítimo impedimento no les ocupase, donde no por uno de los principales de su familia a acompañarle hasta la casa del dicho enfermo con candelas encendidas; y que las personas de la dicha cofradía, cofrades así hombres como mujeres, que fuesen en cualquier tiempo, cada domingo tercero de cada mes de todo el año fuesen obligados de juntarse en la dicha iglesia de la Minerva, y allí hacer decir una misa cantada o rezada y tener candelas encendidas al tiempo que se alzase el Santísimo Sacramento; y así mismo el primer día de viernes siguiente después de la fiesta de Corpus Christi de cada un año hacer una procesión fuera y alrededor de la dicha iglesia de la Minerva llevando el Santísimo Sacramento con toda veneración y devoción, con candelas encendidas […]


A las que hay que unir la obligación de rezar: Así mismo, los cofrades de la cofradía susodicha, así hombres como mujeres, fuesen obligados a rezar devotamente cinco veces la oración del Paternoster con la oración del Avemaría en conmemoración y reverencia del Santo Sacramento cada semana de todo el año. Y a las mujeres cofradas de la dicha cofradía, a las cuales era cosa no decente ir por las calles de la dicha ciudad de Roma, que todas las veces que oyeren el señal de la campana, hincadas de rodillas, rezando cinco veces como está dicho la oración del Paternoster con la oración del Avemaría alcanzasen y consiguiesen todas las gracias e indulgencias concedidas en cualquier tiempo a los cofrades de la dicha cofradía... 


Y en cuanto a las indulgencias que se conceden en esta Bula de 1539 se encuentran: Así mismo, a los dichos fieles de Jesucristo que entraren en la dicha cofradía del Santísimo Sacramento, en el día que entraren en la tal cofradía les concedemos y otorgamos misericordiosamente en el Señor indulgencia plenaria a manera de jubileo, y estando primeramente confesados y habiendo recibido devotamente el Santo Sacramento semejantemente indulgencia plenaria de todos sus pecados tres veces en la vida ...


Las cuales serían aplicables a cualquier otra Cofradía de estas características que se fundasen o se agregasen a la de Minerva: Y otrosí, porque la devoción de los fieles para tan santo y saludable Sacramento crezca con mayor fervor y los cristianos sean despertados y levantados por veneración de él y para otras semejantes obras de caridad, concedemos y otorgamos, establecemos y ordenamos que todas las otras cualesquiera cofradías, y cada una de ellas, bajo la invocación del Santísimo Sacramento, en cualquier lugar o ciudad instituidas, usen, gocen y consigan, y puedan y deban usar, conseguir y gozar por la autoridad sobredicha y tenor de las presentes letras, de los mismos privilegios, concesiones, indulgencias, facultades, gracias e indultos a la cofradía instituida en la iglesia de la Minerva por Nos concedidos y por conceder...


Este tipo de Cofradías, agregadas a la de Minerva, se caracterizaban por las siguientes funciones: 
  • Misa de Minerva.- Se celebra el tercer domingo de mes. En el momento de la Consagración los cofrades acompañan al celebrante con antorchas (velas, cirios, hachones) encendidos. Terminada la eucaristía se celebra una procesión con el Santísimo Sacramento bajo palio por el interior (es más habitual) o alrededor del templo, haciendo estación en distintos altares, tres normalmente. Termina con la bendición y reserva solemne.
  • Celebraciones de Semana Santa.- Vela ante el Santísimo Sacramento el Jueves Santo y Viernes Santo.
  • Solemnidad del Corpus Christi.- Fiesta principal y solemne de las Cofradías de esta advocación.
  • Procesión de Minerva.- Especialmente cuando el Corpus Christi aún se celebraba en jueves, al día siguiente, viernes, salían en procesión con el Santísimo Sacramento por las calles.



Para tratar de su implantación en Valladolid, habrá que tener presente primero la fundación de Cofradías Sacramentales en las parroquias de España, más concretamente el auge de estas fundaciones desde 1508 año en que D.ª Teresa Enríquez de Alvarado funda la Cofradía del Santísimo Sacramento en Torrijos (Toledo) y a partir de allí otras muchas en diversas ciudades y pueblos de España, de manera que pocos años después de su muerte (Torrijos, 4 de marzo de 1529) se afirmaba que en cada parroquia de la mayor parte de España, hay una Cofradía del Santísimo. 


Por diversas Bulas que se conservan en el archivo de la Parroquial de San Miguel y San Julián se puede precisar un poco más las fechas. Hay una Bula de Paulo III de 1534 a favor de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva (incluir el título de Minerva en este momento debe ser un error ya que la Cofradía de Minerva en Roma fue confirmada por Bula de Paulo III de 30 de noviembre de 1539; la Cofradía existía con anterioridad a la aprobación Papal, sin embargo fue instituida en tiempo de este Pontífice cuyo pontificado abarca del 13 de octubre de 1534 al 10 de noviembre de 1549, fecha de su muerte), de 1547 hay otra bula concediendo indulgencias; posteriormente, otra de Pío V concediendo indulgencias que data de 1567 y una más de Gregorio XV en 1621 concediéndola indulgencias, éstas dos con a nombre de Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva. (Censo-Guía de Archivos de España e Iberoamérica).

Según la información publicada en El Norte de Castilla, 16 de junio de 1922, su agregación a la de Minerva de Roma se produciría a finales de la década de los 60 del siglo XVI, por una Bula de San Pío V, de 26 de abril de 1568. Desde entonces vendría celebrando esta función en la parroquia, siendo acompañada en las procesiones por el resto de Cofradías y Hermandades establecidas en ella.

En el segundo cuarto del siglo XVIII, Manuel Canesi habla de esta Cofradía […] la de la Minerva se sabe ser la más antigua, que el Viernes de Corpus celebra una procesión muy solemne en honor a la Minerva en que va nuestra Señora de la Esperanza, que tiene su capilla al lado de la Epístola […] (Tomo I, Libro I, Cap. X, 179-181). Aunque parece ser que realmente se encontraba en el lado del Evangelio.
Hay que recordar que entre las Cofradías que existían en San Miguel, se encontraba la de Nuestra Señora de la Esperanza, fundada el 12 de septiembre de 1555, y que aún existía en 1792.


Durante el siglo XIX se siguió celebrando, incluso en momentos de situación complicada en el país y ciudad. Hay que destacar en este sentido el año 1808, como se recoge en “Noticias de casos particulares ocurridos en la ciudad de Valladolid” donde aparece: Minerva de San Miguel. La Sacramental de San Miguel que acostumbra en virtud de privilegio hacer su función de octava el día después de Corpus, no pudo con motivo de la estancia de los franceses, pero se verificó en el día 16 de Octubre de dicho año de 1808. (Valladolid, Diarios Curiosos, 1807-1841. Pág. 144). Según el mismo Diario, al año siguiente, en 1809, al hablar de la Procesión del Corpus (1 de junio) también se hace eco de: “La de San Miguel. Al día siguiente salió la procesión de octava de San Miguel, en la misma forma que otros años, habiendo acompañado parte de tropa francesa” (pág. 172).


Durante años, en este mismo siglo XIX parece deducirse que incluso la procesión del viernes siguiente al Corpus Christi tuvo que celebrarse en el interior de la iglesia. Así en 1872 la  procesión es por el interior del templo, y en 1874 se menciona como procesión “en derredor del templo”.


Una de las primeras ocasiones en las que se encuentra en recorrido de la procesión en la prensa local es en el año 1883 (indicando que es el recorrido de costumbre).- San Ignacio, San Benito, Milicias, Plaza de los arces, Zapico, Val, Especería, Platerías, Guadamacileros, Arces, Plaza de San Miguel y Concepción (El Norte de Castilla, jueves 24/05/1883, denominándola Real Sacramental de Minerva) aunque no salió por la lluvia.


El jueves 1 de junio de 1893, Solemnidad del Corpus Christi, se anuncia la Minerva para el día siguiente. A las 6 de la tarde, procesión recorriendo las calles San Ignacio, San Benito entrando en este templo donde saldrá después incorporándose una comisión de la VOT de Nuestra Señora del Carmen con su efigie pequeña, siguiendo por las calles de Milicias, Zapico, Especería, Platería, Guadamacileros, Damas, Arces, Plazuela de San Miguel, Concepción en dirección al templo, donde se concluye con la reserva.


En 1900 las crónicas recogen que “Rompía la marcha un piquete de la guardia civil, en pos del cual marchaban las imágenes de San Luis Gonzaga, Santa Basilisa y San Julián, San Miguel, San Antonio y Nuestra Señora del Rosario, á continuación el clero parroquial con cruz alzada, y el Santísimo Sacramento bajo palio”. “Una banda de músicos ejecutó varias marchas durante la procesión y cerraba el paso una compañía del regimiento de Toledo”. Apunta la crónica que los balcones estaban engalanados y se arrojaban flores al paso de las imágenes (El Norte de Castilla, 17 de junio 1900).

San Miguel Arcángel. Imagen Procesional.
Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa.
Valladolid


En 1904, las efigies fueron San Estanislao, San Luis, San Antonio, la Virgen, San Julián y Santa Basilisa, San Miguel y la Cruz y el Santísimo bajo palio.

San Julián y Santa Basilisa
Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa
Valladolid


Los años siguientes sigue el mismo recorrido que hemos visto anteriormente, las crónicas aportan algunos datos más, tal es el caso de 1906 donde se dice que entró en la Penitencial de la Santa Vera Cruz donde se cantó un motete (algo que se menciona en los años sucesivos); o bien, en 1908 que la procesión de Octava de San Miguel se suspendió a causa de la lluvia.


Al menos en 1912 ya se recoge un cambio de recorrido: Calles de San Ignacio, San Benito, Malcocinado, Conde Ansúrez (entrando en la iglesia de la Cruz), Guadamacileros, Damas, Arces, Plazuela de San Miguel, Concepción (entrando en la iglesia) y terminará en la parroquia con la visita de altares y reserva (El Norte de Castilla,  6 de junio de 1912.). El mismo que recorrerá en 1913, año este último del que conocemos también algunas de las imágenes que participaron en la procesión: Imagen de la Virgen (no se identifica advocación), San Miguel y San Antonio entre otras imágenes.


Para conocer cómo eran los cultos el día de la Octava de San Miguel (viernes, día siguiente del Corpus Christi), se transcribe el anuncio publicado en el Diario Regional de 10 de junio de 1914 (la Octava fue el 12 de junio): En la parroquia de San Miguel. Los cultos de la Octava. Por la Cofradía Sacramental establecida en la parroquia de San Miguel. Desde primeras horas de la mañana misas rezadas. A las 8 misa de comunión general de Regla. A las 10 la mayor con S.D.M. expuesto, y sermón que predicará el doctor don Félix González, profesor de la U.P.
Por la tarde, a las seis, después de rezar la estación y santo rosario, saldrá la procesión de Octava, recorriendo las calles de San Ignacio, San Benito (entrando en la iglesia del mismo nombre), General Almirante (entrando en la Penitencial de la Cruz), Guadamacileros, Leopoldo Cano, Arces, Plaza de San Miguel, Concepción (entrando en la iglesia del mismo nombre), plazuela de Fabioneli a entrar en la parroquia, terminándose con solemne reserva. 
Este mismo año, el recorrido anunciado en El Norte de Castilla de 10 de junio de 1914 es: Calle de San Ignacio, San Benito (haciendo estación en la Iglesia del mismo nombre), General Almirante, Zapico, Conde Ansúrez (entrando de la Penitencial de la Cruz), Guadamacileros, Leopoldo Cano, Arces, Plazuela de San Miguel, Concepción (entrando en la Iglesia del mismo nombre) y Plaza de Fabio Heli, regresando a la parroquia donde se hará la reserva solemne.

Cuando la procesión entraba en la parroquia se hacia la vista de altares.


A la procesión asistían, además de la Cofradía Sacramental, el resto de Cofradías establecidas en la Parroquia, incluso las que se encontraban en los templos del territorio parroquial (Vera Cruz, San Benito), también las catequesis y la Academia de San Carlos. Además de los titulares del templo (San Miguel Arcángel y San Julián y Santa Basilisa) se ha podido ver en las crónicas a Nuestra Señora del Rosario y San Antonio de Padua, ambas de la parroquia de San Miguel que contaban con sus propias Cofradías. Por su parte, la Penitencial de la Vera Cruz portó en ocasiones la imagen de Nuestra Señora de la Paz o puede que también el Lignum Crucis, ya que en algunas crónicas se menciona La Cruz precediendo al Santísimo Sacramento, como se ha visto en el año 1904, año en que por cierto, el Lignum Crucis participó en la Procesión del Corpus Christi. Y también, la V.O.T del Carmen, con alguna imagen de Nuestra Señora del Carmen.


En esta ocasión, 1914, aparecen las imágenes que formaron en el cortejo (Diario Regional, sábado, 13 de junio de 1914): Nuestra Señora de la Paz – que se venera en la iglesia de la Cruz-, San Miguel Arcángel, San Julián y Santa Basilisa, San Antonio, Nuestra Señora del Rosario y el Santísimo Sacramento, escoltado por la guardia civil, llevado bajo palio por el celoso y virtuoso cura ecónomo, don Daniel Llorente.
Detrás marchaban la cofradía de la Santa Vera Cruz y la Sacramental de San Miguel con mazas y cetros.


Mientras, en 1915 (Dirario Regional, sábado 5 de junio de 1915), las imágenes fueron: San Antonio de Padua, San Julián y Santa Basilisa, San Miguel Arcángel, Santísima Virgen del Rosario, La Cruz y el Santísimo Sacramento, que “era llevado bajo palio por el celoso cura ecónomo don Daniel Llorente, dándole guardia un piquete de la guardia civil”. El recorrido fue el mismo que en los años anteriores, haciendo entando en las iglesias de San Benito, Penitencial de la Cruz y Concepción donde se haría estación y se cantarían motetes.


Resulta interesante para aportar datos a la historia de esta Cofradía Sacramental el anuncio de los cultos publicado por El Norte de Castilla de 16 de junio de 1922, ya que se conoce el momento en que se la concede la celebración de esta fiesta y procesión: “Esta tarde, á las seis, rezada la estación y santo rosario, saldrá la procesión de octava, por privilegio especial concedido á esta Cofradía Sacramental de Minerva por San Pío en bula dada el 26 de abril de 1568”. Recorrido: San Ignacio, San Benito (entrando en la iglesia, recibida por los carmelitas y cofradías establecidas en la misma), Zarandona, Conde Ansurez, visita a la Penitencial de la Cruz, Guadamacileros, Arces, Plaza de San Miguel, Concepción (iglesia), Fabioneli y parroquia”.


Como ocurrió en las Procesiones de Octava de otras parroquias de Valladolid, a raíz de que en 1925 salen por última vez imágenes en la Procesión del Corpus Christi, se va extendiendo esa norma al resto de procesiones sacramentales. Así en esta época ya no hay mención a ninguna de ellas, ya sean los titulares del templo u otras imágenes que gozaban de gran devoción en el mismo.


La última crónica, antes del paréntesis de los años 30 del siglo XX, procede del Diario Regional de 21 de junio de 1930. El recorrido fue: Calles San Ignacio, San Benito, Zarandona, Conde Ansúrez, Guadamacileros, Arces, Plaza de San Miguel, Doctor Cazalla, regresando a la iglesia por la de San Ignacio.

Formaba el cortejo religioso una sección de la Guardia Civil montada, colegios particulares de niños enclavados en los límites de la parroquia, Asociaciones del Sagrado Corazón, San Antonio y Sacramental con sus respectivos estandartes y representaciones de Cofradías del San Benito el Real y la iglesia de la Cruz, en la que hizo estación la procesión.
El párroco don Agustín Mostaza, asistido de los señores Urdiales y Samaniego, llevaba el Santísimo Sacramento bajo palio, cuyas varas eran sostenidas por varios caballeros. Daban escolta al Señor cinco números de la Guardia Civil.”

Participaron también la Banda de Música del Hospicio Provincial, una sección de la Guardia Municipal y un piquete del Regimiento de Infantería de Isabel II.


Desde entonces, la función de Octava se celebraba dentro de la iglesia de San Miguel, con visita de altares y terminando con la Reserva Solemne.


La Cofradía del Santísimo Sacramento y Ánimas  (o Sacramental de Minerva y Ánimas) de la Parroquia de San Miguel ha seguido participando en las Procesiones del Corpus Christi hasta hace poco tiempo, incluso celebrando también su función de Octava, aunque ésta última por el interior del templo.



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