Son varias las obras e historiadores que han tratado sobre este templo, sin embargo y como breve introducción al mismo, se transcribe a continuación la información facilitada por D. Mariano González Moral en su trabajo publicado en 1864 y lo que sobre este edificio relata Juan Agapito y Revilla al hablar de la calle Simón Aranda:
“S. Anton, calle de su nombre, núm. 7.
Consta por instrumentos públicos que la capilla mayor de esta iglesia de órden gótico, que perteneció á los religiosos de su nombre, hospitalarios dedicados á la curación de enfermedades cutáneas, la mandaron reconstruir para enterramiento, D. Mateo y D.ª Francisca de Tasis su esposa, fundadores del mayorazgo de los Vizcondes de Valoria, por su testamento otorgado en Madrid á 13 de Marzo de 1535, y atendida la unidad del resto de la obra, se construyó al mismo tiempo el resto del templo y capilla del Santísimo Cristo de Burgos, separado de él por una gran reja de hierro del gusto y solidez de su siglo cuya obra fue costeada por los condes de Almodóvar, el patronato de la primera corresponde á la Excma. Sra. Vizcondesa de Valoria, y el de la segunda, á la ilustre familia Verdesoto.
Las obras de todo, segun inscripcion que se halla bajo la cornisa interior del templo, se concluyeron en el año 1574.
Tambien consta que ruinosa la antigua iglesia de la Piedad, celebró esta Cofradía en Octubre de 1727, una concordia con el último administrador de los religiosos D. Fr. Francisco Gonzalez y los patronos de la capilla mayor, para trasladar á ella sus imágenes y la celebración de las funciones religiosas.
Las efigies mas notables que se veneran en ella, son la del Santo titular, que tiene por peana un dragón de siete cabezas, la de la Santísima Virgen en el acto de su Soledad al pié de la Santa Cruz, el Santísimo Cristo de Burgos, y el Salvador, en el acto de ser burlado como rey de escarnio.
La Cofradía, estinguidos los hospitalarios, continúa dando culto á su Santo titular, y proporcionando la curación de algunos enfermos de que aquellos cuidaban, y para sufragar en parte sus gastos, tiene el privilegio de rifar anualmente un cerdo.
Esta iglesia sirve de ayuda de parroquia á la de S. Esteban. Cuando su Cofradía asiste á los actos públicos, se distingue por su pendon encarnado.”
El indicador de Valladolid, Mariano González Moral. 1864. Págs. 45-46.
“El segundo tramo, o sea desde la calle del Salvador a la de José Maria Lacort, fué el titulado más propiamente «calle de San Antón», obedeciendo el nombre a estar en él emplazado un antiguo hospital encomienda que recogía los pobres enfermos de cáncer y otras afecciones semejantes y cutáneas, cuya casa se titulaba de San Antonio Abad, vulgo San Antón, y la cual venía ya fundada de antes de 1397. La capilla mayor de la Iglesia nueva se reconstruyó por 1541, siendo Pedro de la Henestrosa, maestro de cantería, el constructor. Se hizo con fondos de la testamentaria de Doña Francisca de Taxis, viuda de Mateo de Taxis, correo mayor de Su Majestad. En 1572 Hernán López de Calatayud, regidor de Valladolid,-cuyas casas principales estaban en la calle de San Antón (asi se decía ya entonces) «junttas y pegadas a esta dha casa» de San Antón, en las que vivía el regidor, -hizo convenio con el comendador de la casa Fray Juan de Cervantes, para que dándole terreno adyacente a la iglesia, a la derecha, para hacer a su costa una buena capilla, que es la aun existente del Cristo, con hermosa reja, y una casa que tenia la de San Antón entre la capilla mayor y las casas principales de López de Calatayud para agrandar estas, haría este señor a su costa, de canterla, la fábrica del cuerpo de la iglesia. Este y la capilla se hicieron por traza del maestro de canterla Juan de la Vega, terminándose en 1574. La capilla del Cristo perteneció a los antecesores de la marquesa de Verdesoto y la mayor es del duque de Gor”.
Las Calles de Valladolid: Nomenclátor histórico. Juan Agapito y Revilla. Págs. 130-131.
La Orden de San Antonio Abad (Canonici Regulares Sancti Augustini Ordinis Sancti Antonii Abbatis) se fundó hacia el año 1095 para tratar a los enfermos de ergotismo conocido como fuego de San Antón. La Orden se fue extendiendo por diversos países llegando a España en el siglo XIII, estableciendo encomiendas (hospitales). Siguiendo lo escrito por Agapito y Revilla, en Valladolid se establecieron antes de 1397.
La reedificación de la Capilla Mayor
Casimiro González García Valladolid al hablar de la “Iglesia Penitencial de San Antonio Abad” (así hay que entenderla por ser la sede de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad) menciona que la capilla mayor fue reedificada por “los piadosos señores Don Mateo y Doña Francisca de Taxis”, como lugar de enterramiento, “siendo dichos señores los mismos que por testamento de 13 de Marzo de 1535 fundaron el mayorazgo de los Vizcondes de Valoria”.
La escritura de concierto está fechada el 4 de junio de 1541, se sabe que la traza de la iglesia fue firmada por Pedro de la Henestosa, por el precio de 2000 ducados, obra que tendría que estar finalizada para el día de San Miguel de 1543. Diez años más tarde, en 1553 se hace la escritura por la que Ana de Taxis encarga la realización del retablo mayor, obra de Leonardo de Carrión y Diego Rodríguez, vecinos de Medina del Campo. Por las condiciones se desprende que el retablo “a de tener de ancho veinte y un pies y si menester fuere mas / mas y de alto que sea conforme a la hordenanza…”. En la calle del medio debia tener tres historias y la custodia. Estas historias eran: “en la caxa primera…encima de la custodia a de aver una historia de noli me tanxere / que es xpo en el huerto hecho hortelano y la madalena a sus pies con sus arboles alrededor y encima deste cuerpo a de venir otro que tenga cinco pies y medio… y en esta caxa… una asuncion de nra señora con seys angeles a la rredonda y la tierra a sus pies y en la postrera caxa que hace el rretablo… a de aber una historia de la trynidad que es dios padre con el hijo crucificado en las manos y el espiritu santo sobre el titulo de la cruz y a los lados dos angeles de rodillas…Sobre los resaltos …encima de las colunas yran en los dos lados del rretablo dos figuras de san pedro y sant pablo / y entre cada una destas figuras y la caxa de la trenidad a de aver un escudo de armas…metidos en vnos festones muy bien obrados y encima desta caxa alta…un pabellón con dos angeles que le sostienen…”. El retablo llevaría también cuadro pinturas como se indica “…a de llebar quatro tableros para pincel dos tableros a cada lado…”. Entre los dos escultores se repartieron el trabajo, en el caso de Diego Rodríguez se obliga “de hazer tan solamente tres historias de ymagineria q vienen en las calles de en medio…la historia del noli me tangere…la asuncion con seys angeles…y de la trinidad…mas tengo de hacer dos figuras grandes que vienen encima de los rresaltos de las colunas grandes…” serían las tallas de San Pedro y San Pablo, “…y todo lo demas a de ser a cargo de my el dho Leonardo de carrion”. En 1557 tiene lugar la tasación del retablo llevada a cabo por Francisco de Gordón y Gaspar de Tordesillas, quienes lo tasaron el 7.414 reales, indicando a Leonardo de Carrión una serie de reformas como es el caso de nuevos brazos a la imagen de la Asunción “…que vengan las manos fronteras y no al lado como esta agora…” de los seis ángeles que la acompañan tiene que hacer cuatro “mayores como venga a la figura y caja” y volver a sentar la imagen de la Virgen y ángeles a su costa.
De la pintura del retablo se encargaron Antonio Vázquez y Gaspar de Palencia (escritura de 20 de abril de 1559). Aunque es curioso que en lugar de la Santísima Trinidad hace referencia a la representación clásica de un Calvario con Cristo crucificado, la Virgen y San Juan. De las cuatro escenas de pintura, tres de ellas están identificadas y se conservan en el Santuario de la Gran Promesa: Oración del Huerto, Descendimiento y Ascensión de Cristo a los cielos.
Reconstrucción hipotética del primitivo retablo: En el banco o predela encontramos en el centro la custodia o el lugar para el Santísimo Sacramento (como decía el contrato), flanqueado a los lados por los dos relieves con episodios de la vida de San Antonio Abad, titular del templo (la colocación en este orden se basa en que la imagen del Santo quede mirando al lugar del Santísimo Sacramento, por lo que su colocación, en principio, también es hipotética).
En la calle central se encuentran las tres historias que se mencionan igualmente en el contrato. En la primera caja, sobre la Custodia, “Noli me tangere” o aparición de Cristo como hortelano a Santa María Magdalena. Al no conocer fotografías del relieve original del retablo, se ha sustituido con otro del mismo tema y de fechas similares. Sobre éste, en la segunda caja, la Asunción y encima, en la tercera Cristo Crucificado y pintura de Dios Padre. Estas dos cajas (2ª y 3ª) con sus esculturas y el remate, son originales del retablo, aparecido en una fotografía publicada en el libro “Valladolid, recuerdos, grandezas, historia y arte”, al conservar parte de la arquitectura del retablo, se ha mantenido, por lo que la resolución y calidad de la imagen en el montaje no es muy buena.
El contrato también especificaba cuatro tablas de pincel, de las que se conocen tres en la actualidad, al no conocer la cuarta es complicado hacer una distribución de las mismas en el retablo. En cualquier caso, las tres conocidas (conservadas en la Basílica Santuario Nacional de la Gran Promesa) representan Oración del Huerto, Descendimiento y Ascensión de Cristo a los cielos. Por otra parte, a partir de estas tres pinturas conservadas parece que todas tendrían la misma medida (o muy similar) pero es difícil precisar si estarían a la misma altura que las cajas de la calle central (en una fotografía en la que se ve este retablo aún en la iglesia, ya no aparecen las pinturas).
Las imágenes de San Pedro y San Pablo, también son las originales del retablo, como se ve la fotografía del catálogo, tomada desde el interior de la Capilla de los López de Calatayud. No obstante y aunque se la menciona como sobre las columnas grandes (que probablemente enmarcarían todo el conjunto del retablo) se han puesto otras idealizadas (al no conocer las columnas originales).
Los festones entre la tercera caja y las imágenes de San Pedro y San Pablo, derivan de la unión de los fragmentes publicados en la fotografía citada anteriormente (Valladolid, recuerdos, grandezas, historia y arte).
Hacia 1760-1761, como señala D. Javier Baladrón, se realizaría un nuevo retablo mayor obra de Agustín Martín y parece ser que también unos nuevos colaterales. Mientras, el primitivo retablo mayor que realizaron Carrión y Rodríguez, con algunas modificaciones, será colocado en el cuerpo de la iglesia, frente a la Capilla de los López de Calatayud. Unos años más tarde así lo señala Rafael Floranes, a finales del siglo XVIII, cuando aún no se había trasladado la Cofradía de La Piedad, enumera los cinco retablos: “el mayor y dos colaterales, todos tres nuevos no dorados”, otro retablo “como se entra a la izquierda” y finalmente el retablo de Cristo Crucificado en la Capilla de los López de Calatayud. Y continúa diciendo que el colateral del evangelio estaba dedicado a la Virgen (sin precisar advocación), el colateral de la epístola, a San José y “el de enfrente de la capilla” (el mismo que “como se entra a la izquierda” ) es de la aparición del Señor a la Magdalena (folio 116), es decir, figuraba la representación del Noli me tangere, historia que será sustituida por el Cristo de la Humildad o del Gallo cuando recale en este templo la Cofradía de La Piedad, recordemos parte de la descripción de aquel retablo: “en la caxa primera…encima de la custodia a de aver una ystoria de noli me tanxere / que es xpo en el huerto hecho hortelano y la madalena a sus pies con sus arboles alrededor y encima deste cuerpo a de venir otro que tenga cinco pies y medio… y en esta caxa… una asunción de nra señora con seys angeles a la rredonda y la tierra a sus pies y en la postrera caxa que hace el rretablo… a de aber una historia de la trynidad que es dios padre con el hijo crucificado en las manos y el espíritu santo sobre el titulo de la cruz y a los lados dos angeles de rrodilla…” (Martí y Monsó, pág. 214). Así pues, donde se coloca el Cristo de la Humildad (del Gallo) es en el que fuera el antiguo retablo mayor ya ubicado en el lado del Evangelio, frente a la Capilla del Santísimo Cristo de Burgos y no en el retablo mayor que desde 1760-61 ocupaba el presbiterio del templo de San Antonio Abad, como en ocasiones se ha indicado. Y parece ser –como se verá más adelante- que en dicho retablo también estuvo el Cristo del Entierro (también de la Cofradía de La Piedad).
Construcción de la Capilla de los López de Calatayud y reconstrucción del cuerpo de la Iglesia:
La Capilla del Santísimo Cristo de Burgos o de los López de Calatayud se abría en el lado de la epístola, a la derecha según se entraba por la puerta principal. El día 16 de abril de 1572 se extendió el siguiente documento:
“…yo frai Juan de Zerbantes Comendador de la Casa de Sant Antton de…Valladolid…Digo que por parte de bos el señor Fernan Lopez de Calataiud vezino y rexidor de esta dha villa…me a sido dicho…que vos teniades mucha afizion a esta dha casa de señor sant Antton por estar en ella depositada la señora Doña Leonor de fuentes buestra primera muger que este en gloria, y tener buestras casas principales en que bivis junttas y pegadas a esta dha casa y queriades hazer en ella una Capilla con su Sachristia y Coro para servicio della a la mano derecha en entrando por la Puerta principal desta Casa arrimada a la Capilla maior de veintte y dos pies de Hueco y ancho sin lo que ocupasen las paredes y de largo desde la Capilla maior de la dha iglesia asta la dha calle que son zinquenta y quattro pies poco mas o menos…con su reja que salga hazia la Iglesia un pie y medio de hueco mas que el grueso del Arco donde se ha de poner la reja pa trasladar a ella los huesos de la dha señora doña Leonor de fuentes vuestra muger y para vuestro entierro y de la señora doña Elbira maldonado de labanda buestra segunda muger y de buestros hijos herederos y subzesores de buestro maiorazgo y de las otras personas que quisieredes y mas otras dos sepulturas en el Cuerpo de la dha Iglesia arrimadas a la reja y puertta de la dha capilla para enterrar en ella buestros Criados y de buestros hijos…y con que pudiesedes hazer en la dha Capilla una bentana que mirase a la dha Capilla maior para ber desde ella las misas que se dijesen en el altar maior…y me padistes os diese sitio en la dha Iglesia y corral della para hazer la dha Capilla de coro y sahcristia…y mas una casa que esta Casa tiene entre la Capilla maior de ella y las dhas buestras casas principales en la calle principal que llaman de sant Antton para incorporar en las dhas buestras casas principales... y en pago y recompensa..haciades el Cuerpo de la Iglesia de esta casa que esta por edificar de Canteria y Albañeria…en la forma siguiente: [se especifican diversas condiciones de los materiales]… un tejaroz por la parte de fuera bien agraciado de buenas molduras…en el Cuerpo de la Iglesia dos Capillas que suban al alto de la que agora esta hecha…el coro de madera muy bien labrada…-en el cual dho edificio gastariades mucha suma de maravedis con que os diese el despojo que sobrase de la dha Iglesia…pudiendo poner buestras Armas…gastariades en todo ello mas de zinco o seis mill ducados…”.
Materializado todo esto, quedó constancia en la inscripción que recorría la iglesia: “A HONRRA Y GLORIA DE DIOS PARA SV SERVICIO Y POR DEBOCION DEL GLORIOSO SANT ANTONIO REEDIFICO ESTA SU IGLESIA EL YLUSTRE SEÑOR FERNANDO LOPEZ DE CALATAIUD REGIDOR DESTA VILLA AÑO 1574” (Floranes, Inscripciones, folio, 115).
Y por debajo del coro se lee: «CANIA TE DOMINO CANIICVM NOBUM & Z MIRA BILIAL»
El autor de la traza para reedificar la iglesia fue Juan de la Vega (* Secadura, c. 1514-fallecido en Valladolid, 1585), maestro de cantería que llevaba más de treinta años siendo vecino de Valladolid.
Por diversas fuentes conocemos también la fachada del edificio. Bastante sencilla, contaba con una puerta enmarcada en un arco de medio punto. Sobre ella, en algunos dibujos (El Norte de Castilla, 17 de enero de 1926) parece intuirse una hornacina que cobijase alguna imagen y sobre ésta, un escudo, seguido de un vano circular que proporcionaría luz al coro del templo, rematado todo con una espadaña de doble vano y frontón triangular.
Estos datos, junto con algunos testimonios gráficos, permiten que nos podamos hacer una idea tan sólo aproximada del edificio del que estamos tratando, desde finales del siglo XVI hasta bien entrado el siglo XX. El final de estos siglos de historia y posterior dispersión de patrimonio, se produce el 28 de abril de 1939, derribándose el edificio, en aras a un gran proyecto de “Alcázar de Cristo Rey” que, como otros muchos en la ciudad (Catedral, soterramiento, etc.), se han quedado a medias.
Traslado de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Piedad
La Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Piedad fijó en este templo su sede, trasladando parte de su patrimonio mueble. Roberto Alonso Gómez, quien ha estudiado en detalle la historia de la Cofradía Penitencial de La Piedad, señala que en 1789 se ordena el desalojo del templo Penitencial (derribado el 31 de enero de 1791), alegando mal estado del mismo, aunque esto respondía más a intereses urbanísticos. El primer sitio donde recala la Cofradía es la Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador, el 6 de octubre de 1789, bien es cierto que de forma temporal, puesto que el 19 de marzo de 1790 se traslada definitivamente a la Iglesia de San Antonio Abad. Al año siguiente se suprime la Orden de San Antón: “En la noche del 24 de Mayo [de 1791] se suprimió la Orden de San Antón, habiendo concurrido al recogimiento de las llaves y notificación de la real orden de S. M. con aprobación del Papa, los señores obispos de esta ciudad D. Manuel Joaquín Morón y D. José Crepemar, presidente de la Chancillería, cu a operación se hizo en el mismo tiempo en todas las ciudades, villas y lugares donde tenían casas los antoneros”. (Diario de Valladolid, Ventura Pérez, pág. 536).
La titular de la Cofradía, Nuestra Señora de la Piedad, debió ser colocada en el retablo mayor de la propia penitencial que -todo o en parte- también sería trasladado a San Antón, lugar que ocupó durante algunos años, hasta que en 1802, y a causa del mal estado en el que se encontraba dicho retablo, la imagen fue trasladada a una capilla (Boletín de la Muy Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad, año 2013. Pág. 23). Este traslado del retablo de la demolida penitencial resulta más lógico que pensar que la imagen fuese colocada en el retablo mayor de San Antón, que llevaba pocos años colocado y difícilmente podría encontrarse en tan mal estado si luego existió hasta el cierre definitivo del templo, mencionado por Casimiro González García Valladolid en Valladolid sus recuerdos y grandezas, tomo I, página 709, en el paso del siglo XIX al XX, describiéndole textualmente: “En su retablo mayor, de madera sin pintar, llama la atención la imágen del Santo Titular que descansa sobre un dragón de siete cabezas […]”.
A comienzos del siglo XIX se realiza un inventario de las figuras que componen los pasos de Semana Santa, fechado en Valladolid 6 de mayo de 1803 y firmado por Diego Pérez Martínez y Leonardo Araujo. Al tratar de La Piedad, ya en San Antón, escriben: “En esta Yglesia estan S.n Juan, y la Magdalena, y en el coro esta vn S.to Cristo Crucificado, Longinos suelto echo pedazos. El caballo dizen le quemaron, ó se quemó en el yncendio de vna casa en donde le tenían, dos estatuas Grandes en actitud de meter a Jesucristo en el Sepulcro, y vna fig.a de vn soldado entero y otros echos pedazos con q.e se componian los dos pasos de la Lanzada, y sepulcro, todas de mala Escultura y enteramente destruidas” (Las Cofradías, las procesiones… Pág, 106).
En este punto haremos un inciso para tratar una peculiaridad que parece darse en este paso del Entierro de Cristo de la Cofradía de La Piedad. De los dos personajes que se encuentran en actitud de meter a Cristo en el Sepulcro, y cuyos modelos responden a los que se encuentran en el Descendimiento de la Penitencial de la Vera Cruz, se identifican como Nicodemo el personaje con barbas y turbante en quien se apoya la cabeza de Cristo, mientras José de Arimatea se presenta los pies del Señor. Lo curioso es que, lo habitual en estas escenas es la disposición inversa, es decir, José de Arimatea (por su posición social, miembro del Sanedrín, y edad) estaría a la cabeza de Cristo (de quien según la tradición era familia) y Nicodemo a los pies.
En un informe sobre el estado de los pasos firmado el 3 de mayo de 1815 por Ceferino Araujo y Pedro González, al hablar de los que se conservan en la Iglesia de la Piedad dicen: “En esta se hallan todas las Ymagenes que el estado dice, y ocupan los mis(mos) puestos, todas son de muy mala escultura, y Lonjinos y demas soldados estan tan derrotados que de algunos no existe mas que una pierna ó un brazo”. (Las Cofradías, las procesiones…Pág. 112).
Ya, en la segunda mitad del siglo XIX, en un inventario de 1865 aparece la Imagen de la Piedad, en el colateral izquierdo de la iglesia de San Antón, con mesa, altar y hornacina. (Boletín de la Muy Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad, año 2013. Pág. 23), algo que en las fotografías publicadas hasta la fecha, es difícil de corroborar.
Casimiro González García Valladolid (Valladolid, sus recuerdos y grandezas. T. I, pág. 709) en el cambio de siglo XIX al XX, la describe: “En su retablo mayor, de madera sin pintar, llama la atención la imágen del Santo Titular que descansa sobre un dragón de siete cabezas: en otros tantos retablos figuran la Virgen de la Soledad, de bastidores, lindísima, San José y el Cristo de la Caña, cuyo paso sale en la procesión del Entierro el día de Viernes Santo”. Posteriormente, completa la descripción del templo: “En su lado izquierdo, ó sea á la derecha según se entra en la iglesia, hay una espaciosa capilla también gótica, separada del templo por una gran verja de hierro de primorosa labor y exquisito gusto: dicha capilla, que tiene, asimismo su coro alto, está consagrada al Santísimo Cristo de Burgos, efigie en escultura de madera que ocupa el retablo mayor: al lado de la epístola hay otro retablito con la Virgen de la Estrella. La fábrica de tan hermosa capilla fué costeada por los Excelentísimos señores Condes de Almodovar”.
Pero, a partir de 1913, aproximadamente, la imagen del Cristo del Gallo dejó de estar en dicho retablo, al tiempo que éste era desmontado: “Esta escultura [está hablando del Cristo del Gallo] no se encuentra en el retablo que tapaba la puerta lateral de la iglesia de San Antón, juntamente con el Cristo del paso del Entierro, retablo que con dichas dos esculturas del Ecce Homo y Cristo del Entierro pretendió vender un señor hace unos doce años, alegando derechos de patronato que no podía alegar, porque, por lo menos, las dos esculturas se llevaron de la Piedad, según se expresa en el texto. Gracias a que el Sr. Arzobispo de entonces se opuso a le venta no salieron de Valladolid; pero de todos modos la cofradía no ha sabido defender sus derechos cuando esculturas y retablo se encuentran aún en la capilla del Cristo de la misma iglesia de San Antón y en la sacristía adjunta, cuyas llaves custodian personas extrañas a la cofradía, aunque tengan cierto derechos en la iglesia” (Agapito y Revilla, pág. 132).
De hecho, gracias a este mismo autor, sabemos de la existencia de dos representaciones de Cristo Yacente en la Iglesia de San Antón. Al tratar del paso del Entierro de Cristo da noticia que en San Antón se conservaban dos imágenes de Cristo Yacente, uno de la Cofradía de La Piedad y otro de la propia iglesia, más pequeño, y que se encontraba en el altar de la Soledad (1). No obstante, investigaciones más recientes han concluido que ambos Yacentes eran de la Cofradía de La Piedad, y que aquel del retablo de la Soledad era el denominado "Sepulcro Chico" de la Cofradía.
Algunas obras que se encontraban en la Iglesia de San Antonio Abad
Una vez que se accedía al templo, por la portada de los pies, se encontraba un primer tramo más pequeño que el resto, que abarcaba la puerta mencionada y un coro alto sobre la misma. Le seguía (en dirección a la capilla mayor) otro tramo, en el cual a la derecha, el lado de la epístola, se levantaba la reja monumental de acceso a la capilla del Cristo de Burgos. Esta capilla se encontraba presidida por el Cristo Crucificado obra de Esteban Jordán, que hoy se puede ver en el Santuario de la Gran Promesa. A los pies de la cruz, una urna o escaparate con una imagen del Niño Jesús de vestir. El frontal de altar estaba hecho en azulejos.
En esta misma capilla, en el muro de la izquierda (según se mira al Crucificado) se ve otra mesa de altar, cubierta con sabanilla blanca y candelabros, debe ser el retablo dedicado a Nuestra Señora de la Estrella. En la pared frontera se ve el coro alto que disponía esta capilla, bajo el cual se abriría la sacristía que recibía iluminación con al menos una ventana como se puede ver en una fotografía en El Norte de Castilla de 18 de enero de 1931.
La reja que cerraba esta capilla, al demolerse San Antón, fue trasladada al principio a la Iglesia de Santa María la Antigua y finalmente ingresó en el Museo Nacional de Escultura. (Pasos restaurados, pág. 19). Se trata de una reja renacentista (10,75 x 8,75 m.) fechada en 1574 y atribuida al maestro rejero Francisco Martínez. (Catálogo de la Exposición La Utilidad y Ornato del Museo Nacional de Escultura, 2006)
Frente a esta capilla, en lo que sería el lado del Evangelio de la nave de la iglesia, estuvo al principio la puerta de acceso que daba a la calle Santuario (antes llamada del Salvador). Esta se cegó y en algunas fotografías se puede apreciar que está asentado algunos restos del primitivo retablo mayor de la iglesia, aquel realizado en 1553 por Leonardo de Carrión y Diego Rodríguez. De hecho se reconoce el grupo de la Asunción de María, y sobre éste el Crucificado, además de la imagen de San Pablo. Este retablo se quitaría de la iglesia probablemente en la segunda década del siglo XX, ya que Casimiro González García Valladolid en su Compendio histórico descriptivo, del año 1922, dice: “El retablo de frente a ella (se refiere a la reja de la capilla del Cristo de Burgos), en el cuerpo de la iglesia, desaparecido al presente…” aunque señala que procedía del Convento de San Francisco de Valladolid, pero por algunas fotografías puede identificarse como el retablo mayor realizado por Leonardo de Carrión y Diego Rodríguez. Aquí, probablemente debajo del grupo de la Asunción, estaría colocado y recibiría culto durante algún tiempo la imagen del Cristo de la Humildad, conocido también como “Cristo del Gallo”, obra de José de Rozas, tallado en 1691 para la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad. Como se ha indicado, esta ubicación varió en algún momento y cuando Agapito y Revilla publica su libro sobre las Cofradías y procesiones señala al hablar de este Cristo de la Caña: “Esta escultura no se encuentra en el retablo que tapaba la puerta lateral de la iglesia de San Antón, juntamente con el Cristo del paso del Entierro, retablo que con dichas dos esculturas del Ecce Homo y Cristo del Entierro pretendió vender un señor hace unos doce años, por lo menos…”. Esta venta no se llevó a cabo gracias a la oposición del Arzobispo de Valladolid (Agapito y Revilla, pág. 132).
En los pilares que separan este tramo del siguiente se puede ver en diversas fotografías unas ménsulas o repisas con imágenes. En el lado de la Epístola, cercano a la reja de la que se ha hecho mención, había una imagen de San José (sobre la cual hay tres cruces, representación habitual de la duodécima estación del Vía Crucis –Jesús muere en la cruz-). Frente a ésta, en el lado del Evangelio, se ve otra imagen, pero que por las fotografías no se puede identificar a quien representa, es interesante que esta imagen cuente con un par de floreros de plata.
Tras estos pilares se accede a otro tramo. Por las fotografías se pueden ver algunas de las obras que se podían contemplar en este espacio, concretamente al lado del Evangelio, donde se puede apreciar el púlpito, bastante sencillo. Le sigue un retablo parece ser presidido por una imagen de talla, con otros floreros de plata y a uno de los lados de dicho retablo parece intuirse una pequeña imagen de vestir, tal vez un Niño Jesús. Sobre este retablo hay un gran lienzo, que parece representar el Misterio de la Asunción de María al cielo, presidido por la Santísima Trinidad, con emotivo detalle, y es que Cristo extiende la mano como para recibir a su Madre.
Sigue otro retablo que sería uno de los colaterales, se coloca en ángulo entre el muro de este tramo y el presbiterio, adaptándose al ángulo que se forma. Parece presidirlo en su hornacina principal otra escultura que no se identifica con facilidad. En el segundo cuerpo hay un relieve en el que se muestra el abrazo de dos personas, tal vez una escena de la Visitación, pero no ver los dos personajes impide una identificación correcta. Entre los dos retablos se encontraba un cuadro que no se aprecia con nitidez.
En este mismo tramo, al lado de la Epístola sería lógico pensar en la existencia de otro retablo colateral adaptado al ángulo como se ha visto en este último. Muy probablemente en este espacio se encontrase el retablo con la imagen de Nuestra Señora de la Soledad y Cristo Yacente (este Yacente sería el que menciona Agapito y Revilla como de menor tamaño y que pertenecía a la iglesia -aunque vemos que este dato habría que corregirlo-, para diferenciarlo del Yacente o imagen principal del paso del Entierro de la Cofradía de La Piedad que estaba en la Sacristía de la Capilla del Cristo). Así distingue entre ambas imágenes (Las Cofradías, las procesiones, etc) al hablar del Paso del Entierro (pág. 127): “La figura principal: Cristo en el sepulcro o al ser enterrado, quedó en la iglesia de San Antón, y allí está guardado en la sacristía del Cristo con un retablo desarmado que pretendió vender un señor que se creía le pertenecía éste.
Ese Cristo es de la Cofradía y el que era de la iglesia es otro de tamaño más pequeño existente en el altar de la Soledad, y que no armoniza con las cuatro figuras íntegras que se tienen en el Museo e historiaban en paso”.
Estos datos son interesantes ya no sólo por la identificación de la imagen principal de aquel paso de la Cofradía de la Piedad y dónde se encontraba en aquel momento. Proporciona, como ya se ha visto, el dato de la existencia de otra imagen de Cristo yacente, que se encontraba en el altar de Nuestra Señora de la Soledad.
De estos retablos que no se pueden identificar a quien se encuentran dedicados o que entra en el campo de las hipótesis, conviene recordar la descripción que hace Casimiro González García Valladolid en Valladolid sus recuerdos y grandezas, tomo I, página 709:
“En su retablo mayor, de madera sin pintar, llama la atención la imágen del Santo Titular que descansa sobre un dragón de siete cabezas: en otros tantos retablos figuran la Virgen de la Soledad, de bastidores, lindísima, San José y el Cristo de la Caña, cuyo paso sale en la procesión del Entierro el día de Viernes Santo.
En su lado izquierdo, ó sea á la derecha según se entra en la iglesia, hay una espaciosa capilla también gótica, separada del templo por una gran verja de hierro de primorosa labor y exquisito gusto: dicha capilla, que tiene, asimismo, su coro alto, está consagrada al Santísimo Cristo de Burgos, efigie en escultura de madera que ocupa el retablo mayor: al lado de la epístola hay otro retablito con la Virgen de la Estrella. La fábrica de tan hermosa capilla fué costeada por los Excelentísimos señores Condes de Almodovar”.
En esta descripción en el tránsito del siglo XIX al XX, ayuda a ubicar en aquel momento algunas de las imágenes en la iglesia y la capilla. Esto, junto con algunos datos facilitados por Agapito y Revilla (presencia de un Yacente en el retablo de la Soledad) sumando las fotos de la iglesia que se ve el lado del Evangelio, permite pensar que al lado izquierdo desde la capilla mayor (derecho desde los pies del templo, lado de la Epístola) se encontraría, como hemos visto, el retablo de Nuestra Señora de la Soledad.
Pero es realmente curioso que González García Valladolid, entre las imágenes que menciona, no señale la presencia de la imagen de Nuestra Señora de la Piedad. En cualquier caso, por los datos reunidos por el mencionado Roberto Alonso Gómez en sus investigaciones sobre la Penitencial de La Piedad (que esperemos vean un día la luz publicados en un libro), parece que al menos tres imágenes de la Virgen de dicha Cofradía llegaron a San Antón: La Piedad, la Asunción y Nuestra Señora de la Soledad.
Tema complejo resulta la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, imagen de vestir, de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad, y qué ocurriría con ella tras el cierre de San Antón. Hay quienes la identifican con la que se encuentra en la Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador o bien con la que se venera en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Las Delicias). En cuanto a la primera, la imagen que actualmente se encuentra en la Parroquial del Salvador, está constatada su presencia en dicho templo cuando aún estaba la Soledad de La Piedad en San Antón, como recoge Casimiro González García Valladolid en su Compendio histórico descriptivo (1922), quien dice que la Soledad del Salvador –junto con otras imágenes, altar, ropas y ornamentos-, procedía del convento e iglesia de los Premostratenses (pág. 46). Por otra parte, una vez cerrado San Antón, lo mismo que algunas obras pasaron a San Esteban, se ha pensado que ocurriera lo mismo con la imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Pero en San Esteban ya recibía culto otra imagen de la Soledad; el mismo autor en Valladolid sus recuerdos y grandezas (Tomo III, pág. 400) la localiza en “la segunda (está describiendo las capillas del lado del Evangelio), está destinado á la Soledad, imagen de bastidores colocada en un retablo corintio, que fue el mayor de la iglesia de los PP. Premostratenses…”. Y en el Compendio de 1922 citado aparece igualmente en la segunda capilla del lado del Evangelio, en el altar corintio que fue el mayor de la iglesia de los mostenses (pág. 40). Esta Soledad de San Esteban el Real debía gozar de veneración en Valladolid, pues era una de las imágenes visitadas por la Archicofradía de la Corte de María, en concreto, el día 3 de cada mes. Ahora bien, según testimonios de distintas personas que han podido ver en detalle algunas prendas antiguas del ajuar de la imagen de la Soledad o Nuestra Señora de los Dolores que se venera en la Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Las Delicias) y es co-titular de la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores, procedería de la Parroquia de San Esteban El Real, donde recibiría culto hasta 1940 ya que en febrero de dicho año se cierra el citado templo para las obras de ornamentación que finalizarán en 1941 con la apertura y consagración como Santuario de La Gran Promesa. En una Memoria del Santuario presentada a finales de 1941 ya no se menciona ninguna imagen de Nuestra Señora de la Soledad. La imagen llegaría a la Parroquia del Carmen hacia finales de 1942 o principios de 1943, contó con su propia Cofradía devocional, con el título de Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad, vigente hasta la fusión con la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz que tuvo lugar en 1994.
Así pues, parece que podría descartarse que la imagen venerada en Las Delicias sea la antigua Soledad de La Piedad, ignorándose el paradero de ésta desde el derribo de San Antón.
Así pues, parece que podría descartarse que la imagen venerada en Las Delicias sea la antigua Soledad de La Piedad, ignorándose el paradero de ésta desde el derribo de San Antón.
Por último, en la capilla mayor se encontraba la escultura del Santo titular, San Antonio Abad, atribuida a Felipe de Espinabete, escultor nacido en Tordesillas (Valladolid) el 1 de mayo de 1719 y fallecido en Valladolid el 29 de agosto de 1799. La escultura del Santo, dominando un dragón de siete cabezas, se encuentra en la actualidad en el antiguo Monasterio de Valbuena de Duero, sede de la Fundación Las Edades del Hombre. Estaría en un retablo realizado, según se ha señalado, en 1760, acompañado de otras imágenes, tema investigado por Javier Baladrón. En esta capilla mayor se encontraba también: “En el costado del lado del evangelio, dentro del presbiterio se halla, una lápida conmemorativa, de marmol negro, y en ella con caracteres dorados, se lee la siguiente inscripción:
†
«A la memoria del Ilmo. Sr.
DON SANTIAGO GIRALDEZ Y ARMENDARIZ
MENDOZA Y ACEDO SALGADO Y TAXIS,
Vizconde de Valoria, Conde de Lérida, etc.,
Nació el 13 de Diciembre de 1771.
Falleció el 6 de Agosto de 1835.
R.I.P.
Sus restos mortales se hallan enterrados en la
misma sepultura
Que guarda las cenizas de Doña Francisca de
Taxis»
La Romería de San Antonio Abad
Antes de tratar sobre la misma, es preciso hablar de la Cofradía de San Antonio Abad, Cofradía de carácter gremial compuesta de cocheros, caleseros (“sus cofrades son todos los que tienen coches y calesas de alquiler”) y mesoneros, erigida en la iglesia de este hospital el 11 de abril de 1723, siendo su Regla aprobada por el Provisor el 13 del mismo mes y año. Cuando se realiza el informe sobre los gremios, se punta sobre esta Cofradía “Los efectos que son muy quantiosos son casas, censos y tierras…”. Celebraban la función del Santo, cumplimiento de varias memorias, función de Ánimas, y sufragios por los que mueren.
Se convirtió en una animada romería a principios de cada año que pervivió, ya en franca decadencia, hasta el año 1931. Al menos estos dos últimos años, la prensa se hace eco de su casi extinción, así como de la desaparición de algunas tradiciones relacionadas con dicha fiesta. En 1930 se lamenta “LA ROMERÍA DE SAN ANTÓN.- ¡Otra fiesta típica que desaparece! De la vieja romería, esto es lo que queda. Paseantes que aprovechan una tarde de sol; puestos de rosquillas, cascajo y los clásicos «panecillos del santo». Pero ni una sola de las caballerías enjaezadas que sus amos llevaban por la Rondilla a tomar la cebada y dar las vueltas”. Es interesante centrarse en estos dos aspectos de las cabellerías, tomar la cebada y las vueltas; la primera hace referencia a cebada que se bendecía y la segunda a dar con los animales cierto número de vueltas, siete según la costumbre, lo que otorgaba un factor benéfico-protector para con estos animales que en muchos casos eran recurso indispensable en la economía de sus dueños.
La vinculación de este santo con los animales se ha extendido a los de compañía, mascotas y, tras el cierre de derribo de San Antón, la fiesta pasó a la Parroquia del Santísimo Salvador, donde hay otra imagen del Santo. Allí, cada 17 de enero, se celebra una Misa solemne, con protagonismo especial de los animales y tras la misma, ya en el exterior, se procede a la bendición de los mismos. Ya expresión mínima y última de aquella –en otros tiempos- gran romería de San Antón Abad en Valladolid.
NOTAS: (1).- Al hablar de la Paso del Entierro de la Cofradía de La Piedad dice: “La figura principal: Cristo en el sepulcro o al ser enterrado, quedó en la iglesia de San Antón, y allí está guardado en la sacristía del Cristo con un retablo desarmado que pretendió vender un señor que se creía le pertenecía éste. Ese Cristo es de la cofradía y el que era de la iglesia es otro de tamaño más pequeño existente en el altar de la Soledad que no armoniza con las cuatro figuras íntegras que se tienen en el Museo e historiaban el paso”. Agapito y Revilla, pág. 127. Asignaba a este paso del Entierro, además del Yacente mencionado, la Virgen, San Juan, La Magdalena, José de Arimatea y la cabeza de Nicodemus. Algunas de estas tallas en realidad pertenecerían al otro gran paso de la Cofradía de La Piedad, La Lanzada de Longinos.
BIBLIOGRAFÍA:
AGAPITO Y REVILLA, Juan: Las cofradías, las procesiones y los pasos de Semana Santa en Valladolid. Imprenta castellana. Valladolid, 1925.
AGAPITO Y REVILLA, Juan: Las Calles de Valladolid: Nomenclátor histórico. Talleres Tipográficos "Casa Martin". Valladolid, 1937.
ALONSO GÓMEZ, Roberto: "Historia de la Muy Ilustre Cofradía Penitencial de Nª Sª de la Piedad de Valladolid. Siglos XVI al XXI". Valladolid. (Pendiente de publicación).
BALADRÓN ALONSO, Javier: Monumentos desaparecidos: La Iglesia de San Antonio Abad I (enlace); Monumentos desaparecidos: La Iglesia de San Antonio Abad II (enlace); El retablo de los López de Calatayud de la desaparecida Iglesia de San Antón (enlace).
ASOCIACIÓN DE FOMENTO DEL TURISMO: Valladolid: recuerdos, grandezas, historia y arte de la vieja corte de España. Valladolid, 1939.
Boletín de la Muy Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad.
El Norte de Castilla.
GONZÁLEZ DEL MORAL, Mariano: El indicador de Valladolid. Imp. y Librería Nacional y Extranjera de Hijos de Rodríguez. Valladolid, 1864.
GONZÁLEZ GARCÍA VALLADOLID, Casimiro: Valladolid, recuerdos y grandezas (1900-1902), tomo I, Grupo Pinciano, Valladolid, 1980.
GONZÁLEZ GARCÍA VALLADOLID, Casimiro: Compendio histórico-descriptivo y guía general de Valladolid. Imp. Casa Social Católica. Valladolid, 1922.
MARTÍ Y MONSÓ, José: Estudios histórico-artísticos relativos principalmente a Valladolid, Imprenta Leonardo Miñón, Valladolid, 1901.
MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José y URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Catálogo Monumental de la provincia de Valladolid. Tomo XIV. Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid (1ª parte), Institución Cultural Simancas, Valladolid, 1985.
MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. LA UTILIDAD Y EL ORNATO. Catálogo de exposición, del 28 de julio al 10 de septiembre de 2006.
PÉREZ, Ventura: Diario de Valladolid. Imp. y Librería Nacional y Extranjera de Hijos de Rodríguez. Valladolid, 1885.