El 5 de agosto se celebra la fiesta de Santa María de las Nieves, en recuerdo del prodigio obrado en el Monte Esquilino en Roma, en el que por medio de una nevada en el mes de agosto, la Santísima Virgen designó el lugar donde habría de levantarse un santuario en su honor.
En el ático del retablo colateral del lado del evangelio en el crucero de la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol, se encuentra la imagen de Nuestra Señora de las Nieves, una antigua devoción del templo, tal vez hoy no demasiado conocida, pero que en otros tiempos gozó de gran predicamento tanto en la parroquia, barrio como en la ciudad. Si bien es cierto que, afortunadamente, sigue al culto en dicho templo, es necesario hacer notar que está desplazada de su ubicación original, que aunque era en el mismo retablo se encontraba en la hornacina central del mismo.
La Cofradía se erigió a mediados del siglo XVI, en 1551. Eugenio Larruga, a finales del siglo XVIII habla de ella en los siguientes términos:
34. Cofradía de nuestra Señora de las Nieves: se erigió en 1551, y se aprobó por el Provisor en 1568, y después por dos Reverendos Obispos, y otros Visitadores: sus cofrades son varios vecinos del barrio: los efectos son unos cortos censos, renta de casas, y tierras, que con lo que dan los cofrades con titulo de quartillos, asciende el cargo de la última cuenta á 800 reales, que se invierten en una función á nuestra Señora, otra de animas, propinas, y refrescos.
Se conserva un ejemplar de la Regla en la Universidad de Harvard (EE.UU, sería interesante intentar conseguir una copia de la misma para algún archivo de Valladolid.
Una visita al templo parroquial de San Andrés Apóstol permite ver dos representaciones de esta advocación mariana, una escultura de la que se ha hecho mención más arriba, en el colateral del evangelio (su retablos original, hoy dedicado a Nuestra Señora del Henar) y una pintura relacionada con la función de Ánimas, conservada en la capilla de San Francisco de Asís.
En cuanto a la escultura, salvo intervención posterior sobre la imagen, no parece responder al momento de creación de la Cofradía a mediados del siglo XVI, la imagen conservada parece posterior, lo que invita a pensar en la existencia de una imagen anterior o bien en la intervención de la original otorgándola la estética actual.
Por su parte, la pintura es realmente interesante en relación de esta advocación con los sufragios por las Benditas Almas del Purgatorio, las cuales aparecen entre llamas, siendo un lugar donde independientemente de la dignidad alcanzada en vida, a todos trata por igual, y podemos ver Papas, reyes, doctores, clérigos, identificados por los elementos de indumentaria que tocan sus calaveras. Aparecen también dos azadones cruzados tal vez relacionado con la obra de enterrar a los muertos. Este cuadro, a través de devoción de Nuestra Señora de las Nieves, nos muestra dos obras de misericordia, una espiritual (rogar a Dios por los vivos y por los muertos) y una corporal (enterrar a los muertos).
Nuestra Señora de las Nieves era la Patrona de la Cofradía Sacramental y de la Parroquia de San Andrés y también una de las imágenes que formaban en la Procesión de Octava de la Parroquia (ver enlace) celebrada el segundo domingo (es decir, 10 días después) del Corpus Christi cuando esta Solemnidad se celebraba en domingo.
A comienzos del siglo XX (décadas antes de la llegada de la Virgen del Henar), Casimiro González García Valladolid describe el retablo de Nuestra Señora de las Nieves: “El colateral del evangelio está dedicado á la Virgen de las Nieves, hallándose también en él las imágenes en talla, como aquella, de Santa Teresa de Jesús, San Jerónimo y San Severo”. Ésta última talla presenta ciertos inconvenientes en su identificación ya que San Severo se representaba por una imagen de mayor tamaño y fue obispo, no Papa como la imagen que se ve en el retablo, que podría ser San Gregorio, como Padre de la Iglesia formando pareja con San Jerónimo. A partir de esta descripción y con el objeto de acercarnos aunque sea virtualmente lo que se pudo ver en tiempos pasados, se ofrece este fotomontaje.
Otra posible opción sería que con el establecimiento de la Devoción de Nuestra Señora del Carmen y la entronización de su titular en el retablo en el testero de la epístola, la imagen de San Severo se colocase en la hornacina central del colateral del evangelio, subiendo a la Virgen de las Nieves y en lugar de San Gregorio estuviera la citada imagen de Santa Teresa. Así, cuando llegó la Virgen del Henar (en 1961) sustituyó a San Severo, que sería trasladado a otro templo, permaneciendo en el retablo la Virgen de las Nieves.
De la imagen de Santa Teresa no parecen conservarse noticias y para la recreación se ha utilizado una de escuela vallisoletana de la misma época.
Sería interesante poder ver esta imagen en su lugar original o al menos alguna vez apeada de su hornacina para contemplarla de cerca.
BIBLIOGRAFÍA.
GONZÁLEZ GARCÍA-VALLADOLID, Casimiro: Custodia de plata de la Iglesia Catedral. En Valladolid Recuerdos y Grandezas (1900-1902). Tomo III. Imprenta Juan Rodríguez Hernando. Valladolid, 1900-1902. Pág. 310.
LARRUGA, Eugenio: Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercio, fábricas y minas de España, con inclusión de los Reales Decretos, Órdenes, Cédulas, Aranceles y Ordenanzas expedidas para su gobierno y fomento. Tomo XXIII. Conclusión de la historia y policía de la ciudad de Valladolid, límites, división, población, producciones, ríos, ferias, contribuciones y comercio de la Provincia. Antonio Espinosa, Madrid, 1792. Pág. 101