lunes, 13 de enero de 2025

OPINIÓN: UNA PROPUESTA PARA LA PUERTA DE SANTA MARÍA.


Hace unos días veíamos noticias sobre el proyecto de obras en la Catedral que afectarán, entre otras, a la zona de la “Puerta de Santa María”. Una portada realizada tras el concurso nacional de arquitectura (de 1942) para solucionar el crucero de la Catedral y urbanización del espacio que lo rodea, alzándose con el primer premio el proyecto de los arquitectos Carlos de Miguel y Manuel Martínez Chumillas. Algo se construyó pero no tanto como se pretendía.

Casi veinte años después se concluyó la parte inferior de esta portada -en los años 1962-1964- por Anselmo Arenillas (Valladolid, 1892- Guadarrama, 1979). A los lados de la puerta se muestran dos hornacinas, hasta ahora sin imágenes. Ya se ha indicado en otras ocasiones que otras catedrales dedican alguna de sus puertas a los santos de la respectiva diócesis, y algo así se podría pensar para esta puerta, proponiéndose para ello dos santos: San Francisco de San Miguel y san simón de Rojas, es decir, un mártir y un confesor.

San Francisco de San Miguel o de La Parrilla fue el primer mártir y beato -como recuerda Roberto Blanco Andrés en la monografía sobre este santo- de la recién creada diócesis de Valladolid. Recordemos que la diócesis de Valladolid se creó en 1595 (bula Pro Excellenti de Clemente VIII), sólo dos años más tarde, el 5 de febrero de 1597, es martirizado san Francisco de San Miguel en Japón, con san Pedro Bautista y otros cristianos más hasta completar el número de los 26 protomártires de Japón. Fueron beatificados en 1627, convirtiéndose así en el primer beato (ya que aunque san Pedro Regalado vivió antes, su beatificación se produjo en 1683). Finalmente, la canonización de los mártires de Japón tuvo lugar en 1862, junto con la de san Miguel de los Santos.

San Simón de Rojas (Valladolid, 28/10/1552 – Madrid, 29/09/1624). Su casa natal ocupaba terrenos de las capillas del lado del evangelio de la Catedral, donde tiene un retablo dedicado. Esta vinculación al lugar concreto podría reforzar su elección para figurar en una de las hornacinas. Fue beatificado por Clemente XIII el 19 de mayo de 1766 y canonizado el 3 de julio de 1988 por san Juan Pablo II.

En este fotomontaje se ha elegido para la imagen de san Francisco de San Miguel una recreación siguiendo el modelo de otras esculturas de algunos protomártires de Japón (por ejemplo: san Pedro Bautista en la Parroquia de San Esteban Protomártir en San Esteban del Valle o en la parroquia que este santo tiene dedicada en Alcorcón; san Martin de la Ascensión en Vergara o san Felipe de Jesús en México) en las que los santos, en lugar de crucificados ya se muestran glorificados, aparecen en pie sosteniendo los elementos de su martirio (cruz y lanzas) y a veces también la palma propia a su condición de mártir (recordemos que con la palma aparece san Francisco de San Miguel en la corona de la coronación canónica de Nuestra Señora de San Lorenzo).

En el caso de san Simón de Rojas se parte de la imagen que preside su parroquia en el barrio de Covaresa y que anteriormente estuvo también en la Catedral.

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