Sermón de las Siete Palabras, Viernes Santo de 1975. (Fuente: Archivo Municipal de Valladolid. Signatura: F 00564-014). Se estrenan los "pasos" que representan la Segunda y Cuarta Palabra. |
Antes de tratar sobre cada uno de los “pasos” conviene esbozar, aunque sea brevemente, la historia de esta Cofradía. La idea de fundar una nueva cofradía surge en un grupo de personas al ver la Semana Santa de 1928, elevando su pretensión al entonces arzobispo de Valladolid. Mons. Remigio Gandásegui, quien la acepta, quedando constituida la Cofradía el 13 de diciembre de 1929, encomendándola alumbrar el conjunto procesional “Emissit Spiritum”, grupo que había montado en 1927 en el intento de reorganizar el “paso” de Nuestra Señora y San Juan de la Cofradía Penitencial de La Pasión, aunque con esculturas de diversa procedencia. La primera sede la Cofradía de Las Siete Palabras fue el Oratorio de San Felipe Neri.
El 8 de abril de 1930, Viernes Santo, hace su primera salida procesional en la Procesión del Santo Entierro. Luego llegarán los años de II República, cuando las Cofradías no pueden salir a la calle, en este contexto, la Cofradía de Las Siete Palabras realiza en la tarde del Viernes Santo de 1932 un acto de homenaje a Jesús Crucificado en la S.I. Catedral Metropolitana de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid, que consistió en el rezo del Via Crucis, un sermón de las Siete Palabras predicado por el Magistral de la Catedral de Zamora D. José Juliá y la intervención de la Capilla de la Catedral, la Schola Cantorum del Seminario y la Coral Vallisoletana.
El 12 de marzo de 1936 la Cofradía cambia su sede, trasladándose del Oratorio de San Felipe Neri a la Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa. Su estancia en este templo dura pocos años ya que el 20 de marzo de 1941 pasa a la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, para dar culto al Santo Cristo de las Mercedes, que será imagen central del “paso” que estrene al año siguiente, 1942, con las esculturas de Dimas y Gestas del Paso del Descendimiento (Sexta Angustia), en el Museo Nacional de Escultura, que Gregorio Fernández talló en 1616 para la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de Las Angustias. Este mismo año, 1942, este grupo presidió el Sermón de las Siete Palabras en el presbiterio de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol. Al año siguiente, el 12 de abril de 1943 tiene lugar la inauguración de la capilla del Cristo en Santiago. Este mismo año se hace el Sermón de las Siete Palabras por primera vez en la Plaza Mayor. El 7 de abril de 1944 sale por primera vez el pregonero con cortejo a caballo para dar lectura del pregón, y, por la tarde, la Cofradía acompaña por primera vez el conjunto procesional “Sed Tengo”.
En 1951 se celebra por primera vez la Procesión del Santísimo Rosario del Dolor, en la que la Cofradía de las Siete Palabras con “Emissit Spiritum” escenificará el Quinto Misterio. Con este mismo “paso” participaba también cubriendo una de las Estaciones del Via Crucis del Miércoles Santo. En 1954, en conmemoración de las Bodas de Plata de la Cofradía, se monta un nuevo conjunto “Mujer he ahí a tu hijo”. Cuatro años más tarde, en 1958, se crea la filial la Cofradía en Laguna de Duero y en 1959 se estrena “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
A mediados de los años 60, en 1965, se traslada por primera vez el Cristo de los Trabajos de Laguna a hombros hasta Valladolid rezándose un Via Crucis por el camino, esta costumbre llega hasta 1970. En 1971, al no autorizar el Gobierno Civil el traslado por carretera del Cristo de los Trabajos desde Laguna de Duero, es traído en un camión hasta la Iglesia de San Agustín (PP. Agustinos Filipinos).
Volviendo a mediados de los 60, se lleva a cabo la restauración de las tallas de Dimas y Gestas originales de Gregorio Fernández. Es posible que de estos años, concretamente de 1965, sean las fotografías conservadas en el Archivo Municipal de Valladolid (signaturas F 00564 – 011 y F 00564 – 020) en las que el Cristo de las Mercedes aparece acompañado de las figuras de Dimas y Gestas procedentes de Tordesillas. Ya será en 1966 cuando estrenen las copias de los Ladrones de Gregorio Fernández.
El Sermón de las Siete Palabras del año 1972, tiene como escenario la Plaza de Fuente Dorada, debido a las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de la Plaza Mayor. En 1975 se cumple el sueño de la Cofradía de tener un “paso” por cada una de las Palabras, estrenándose “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” y “Dios mío ¿por qué me has abandonado?”.
El 12 de febrero de 1976, S.M. Juan Carlos I acepta el nombramiento de Presidente de Honor de la Cofradía. Este mismo año, la Cofradía organiza por primera vez en la noche del Miércoles Santo la Procesión de Paz y Reconciliación con el Ecce Homo de la Iglesia de San Juan de Letrán (Reparadoras), una procesión especialmente dedicada a los jóvenes de las Cofradías, según la prensa de la época, y que en aquella ocasión visitó las Iglesias de San Andrés Apóstol, San Juan Bautista e Inmaculado Corazón de María en la Plaza Circular. Según la crónica, la procesión fue un “éxito sin precedentes”. Esta Imagen de Ecce Homo (atribuida a Alonso de Rozas, último tercio del siglo XVII y que actualmente se encuentra en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid) participó en esta Procesión hasta el año 2005, en aquella última ocasión fue hasta la Iglesia Conventual de Santa Isabel de Hungría donde se hizo un Acto de Hermanamiento con la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna.
En 1977 conmemora el 50 aniversario de la fundación con diversos actos, entre los cuales al año siguiente (1980) en el Sermón de las Siete Palabras salen los siete pasos a la Plaza Mayor.
Revista editada en Cuaresma de 1984 por la Cofradía de las Siete Palabras. Contiene historia de la Cofradía, descripción de los "pasos" y cultos. |
En 1983 se vuelve a recuperar la costumbre de traer a hombros la imagen del Santo Cristo de los Trabajos desde Laguna de Duero a Valladolid, perdiéndose nuevamente en 1990 para recuperarse en 1997. Dese este año, la imagen salía de la Iglesia de la Asunción en Laguna a las 17:30 horas y el cortejo transitaba a pie por la carretera de Madrid hasta llegar a la Iglesia de San Agustín (PP. Agustinos Filipinos) en Valladolid donde tenía lugar el recibimiento oficial de la Imagen; definitivamente esta forma de hacer el traslado se hizo por última vez en 2004. A partir del año siguiente, 2005, se hace una procesión por Laguna de Duero que concluye con la despedida de la imagen para posteriormente traerla en camión a Valladolid a los PP. Agustinos Filipinos donde comienza la procesión.
La imagen titular, el Santísimo Cristo de las Mercedes, fue sometida a un proceso de restauración en el año 1986, llevado a cano por los hermanos Solís en el Instituto Nacional de Restauración de Madrid.
En el año 2004 conmemoró el LXXV Aniversario fundacional.
En 2006 es el Santo Cristo de las Mercedes, el paso que desfila en la Procesión Paz y Reconciliación visitando la S.I.M. Catedral. A partir de 2009 se pasa a denominar Procesión del Santo Cristo de las Mercedes.
El 10 de octubre de 2008 la cofradía aprueba unos nuevos estatutos, en los cuales designa como Patrona a Nuestra Señora de la Salve (Juan de Anchieta, c. 1566). Al año siguiente, en 2009, celebra por primera vez Triduo a la Virgen de la Salve desde el 31 de enero al 2 de febrero. La imagen de Nuestra Señora de la Salve sale en procesión por primera vez el 2 de febrero de 2010.
Una climatología adversa dio al traste con una nueva disposición para el Sermón de las Siete Palabras que se presentaba como una de las novedades de la Semana Santa del año 2012. El Santo Cristo de las Mercedes sería portado en andas hasta la Plaza Mayor y colocado entre los dos Ladrones que ya estarían allí en sendas plataformas nuevas, creando el montaje habitual de la última palabra, a ambos lados de este montaje se presentarían el resto de los “pasos”.
En 2012 pone por primera vez altar para la procesión del Corpus (confluencia de Santiago y Constitución). Este año 2014, como novedad, ha estrenado nueva bandera.
Padre perdónalos porque no saben lo que hacen
“Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.”
Lucas 23:34
Procesionado desde 1959. En 1958 se había fundado una filial de la Cofradía de las Siete Palabras en Laguna de Duero.
La imagen principal es el denominado Santísimo Cristo de los Trabajos, obra de Gregorio Fernández en su primera etapa, fechado hacia 1610. No se conocen datos sobre la procedencia de la imagen, destacándose dos teorías sobre la misma: una es que fuera la imagen titular de una Cofradía formada por el gremio de Cortadores (Carniceros) de Valladolid, que según esta hipótesis, tenia su sede en la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena.
La segunda hipótesis, de Juan José Martín González, apunta a que procedería de un convento que fue ocupado y dado otro uso durante la ocupación francesa.
En este punto, me gustaría compartir una hipótesis personal sobre el origen de esta talla. Esta hipótesis aún está por desarrollar y comprobar, algo que espero hacer en un futuro, y entonces poder confirmarla o rechazarla. Si tuviera que enunciar de alguna manera esta hipótesis sería que la imagen podría proceder de la parroquia de San Ildefonso o de alguno de los templos que se encontraban en aquella colación. Aceptemos, según la primera hipótesis, que la imagen del Cristo de Los Trabajos hubiera sido la imagen titular de una cofradía gremial, en este caso de cortadores (carniceros). Valladolid contó con dos establecimientos de Carnicerías, las denominadas Antiguas Carnicerías estaban en la zona que ocupa la Plaza de la Libertad, calle Tintes y Plaza de Portugalete. Y, a comienzos del siglo XVII se levantan unas nuevas Carnicerías por la zona de la hoy nombrada calle de Miguel Iscar. Es Juan Agapito y Revilla quien ofrece datos sobre este nuevo emplazamiento, teniendo como punto principal el ramal sur del Esgueva, desde el Campillo de San Andrés hasta los accesorios de las casas de la Calle de Santiago. En la que el autor señala como margen izquierda, hacia las casas de las calles Gamazo y Muro se encontraba la Ataraza, que fuera principalmente corrales de ganado y, durante algún tiempo, matadero de cerdos. Y, frente al Matadero Público o Macelo (que estaba en la orilla derecha del Esgueva) tenían su domicilio los cortadores, acera de casas que formó calle por aquel lado, a la que se llamó “del Rastro” (denominada así oficialmente desde el 10 de abril de 1863) y que también designa el lugar donde se vende la carne al por mayor.
A partir de aquí, podríamos pensar que, como ocurre con otros gremios que contaron con Cofradía, esta asociación religiosa estuviera cerca de donde se concentraba la actividad de dicho gremio, recordemos el caso de los plateros con el Val, manteros y oficiales de lana en San Andrés, etc. Así pues, esta calle Rastro, donde vivían los cortadores, en cuyas inmediaciones estaban mataderos, carnicerías, ataraza, etc., y donde comerciaban sus productos, estaba asentada en la colación de San Ildefonso, por lo que sí que cabría la posibilidad de una Cofradía de este gremio en esta parroquia o en algún templo de su ámbito parroquial.
Por ejemplo, otros gremios relacionados con estos oficios de la carne o reses contaban con sus cofradías en este ámbito parroquial o en el límite con los de otras parroquias cercanas: los curtidores y su Cofradía de Nuestra Señora de Gracia estaba en San Ildefonso, los tablajeros (vendedores de productos alimenticios en mercados al hacerlo en tablas o también cortadores públicos de carne, de ahí que en algunos países aún se llamen así a los carniceros) y su Cofradía del Santo Sepulcro y Ánimas estaba en el Hospital de la Resurrección, o los cereros (tratantes de cera que en 1602 se quejaban que su rastro en este nuevo emplazamiento era angosto) y su Cofradía del Santísimo Sacramento en el Convento de la Trinidad Calzada.
Ahora bien, sin alejarnos de esta zona de la ciudad, la zona de San Ildefonso en dirección hacia el Campillo de San Andrés, recordemos otro nombre por el que se conoce a esta Imagen: Cristo de los Desprecios, como veremos más adelante, y traigamos nuevamente a este punto el lugar donde se encontraba la imagen antes de ser llevada a Laguna de Duero. Esta última ubicación en la ciudad, aunque por el momento se desconoce cual era exactamente, en cualquier caso, debía ser un lugar indecoroso para la talla del Señor y fue vendido a la Iglesia Parroquial de la Asunción de Laguna de Duero.
El libro de fábrica de la Asunción (iglesia parroquial de Laguna de Duero) que empieza el año 1807, dice: D. Manuel Gomez Cura y Beneficiado de esta iglesia…dio graciosamente a dha iglesia… un Divino Señor Crucificado con el titulo de los Trabajos por haverlo hallado en la ciudad de Valladolid en un quarto bien indecente, recibiendo los mayores desprecios de algunos libertinos y malos hijos de la religion catholica, es obra de particular mérito, segun la declaracion de algunos escultores inteligentes, que lo han reconocido, quienes dixeron y afirmaron, estaba trabajado por Gregorio Hernandez…- Su colocacion [en uno de los colaterales] se hizo el primer dia de Pasqua de Resurreccion dia 18 de Abril de 1813. (Martí y Monsó, José: Estudios históricos-descriptivos: relativos principalmente a Valladolid, basados en la investigación de diversos archivos. Pág. 401).
Una publicación de la Cofradía de las Siete Palabras en 1984 es un poco más precisa sobre ese lugar: “Esta Imagen, recibió los nombres de Los Trabajos o de Los Desprecios, estos nombres se deben a que durante la dominación de los franceses, y para que no se deteriorase o hiciesen mofa de él, se guardó en una casa de lenocinio [inmueble donde se ejerce la prostitución], con idea de devolverlo a la Iglesia, a la terminación de la guerra con los franceses”.
Hay que tener presente que, aunque se ejerciera la prostitución en otros puntos de la ciudad, la Mancebía estuvo en esta zona hasta 1533, año en que se las expulsa de ese edificio para crear el Hospital de la Resurrección, trasladándose la mancebía a zonas como la Puerta de San Esteban o la Ronda de San Antón, en cualquier caso en la zona sur-sudeste de la villa y posteriormente ciudad. La imagen es de gran tamaño como para hacer ese traslado a escondidas por lo que podría pensarse que esa casa de lenocinio no estuviera lejos del templo donde recibía culto la imagen.
Se menciona también la posibilidad de que procediera de algún convento que fuera ocupado o destinado a otro uso durante la ocupación francesa. De este periodo, varios conventos de esta zona de San Ildefonso, bien cambiaron de uso y tuvieron que ser desocupados por sus moradores o bien fueron destruidos.
A todo esto podemos añadir que Gregorio Fernández era parroquiano de San Ildefonso, en cuya iglesia parroquial bautizó a sus hijos y de la que, al paso de los años, fue mayordomo ¿sería lógico pensar que tuviera alguna obra suya en dicho templo? Se sabe de la existencia de una Cofradía del Santísimo Cristo las Misericordias y San Antonio Abad en San Ildefonso que se fundó el 28 de octubre de 1648 y fue aprobada por el Obispo ese mismo año, aunque sus cofrades no eran cortadores, sino labradores y parroquianos. Aunque también en esta Parroquia se menciona una imagen denominada Cristo del Consuelo (visita al templo en 1711. Urrea y Martín González, pag. 71), aunque no sé si ambas denominaciones se referirán a una única imagen.
En cualquier caso, una vez ya en la Iglesia de la Asunción de Laguna de Duero se colocó el 18 de abril de 1813, primer día de Pascua de Resurrección, como se ha dicho, en el retablo colateral del Evangelio, un retablo realizado en 1772, por Bernabé López, que llamaban retablo del Cristo de la Humildad, retirándose entonces este Crucifijo a un muro de la iglesia. (Agapito y Revilla, Juan: La obra de los maestros de la escultura vallisoletana: papeletas razonadas para un catálogo. Tomo II. Pág. 13). En el boletín de la Sociedad de Castellana de Excusiones correspondientes al mes de agosto de 1906 (Pág. 443) señala que la imagen estaba en el lado de la Epístola (crónica de la excursión realizada el 15 de julio de 1906).
Junto con la imagen del Cristo de los Trabajos se encuentran distintos personajes secundarios procedentes de diversos “pasos” procesionales que componen el historiado de la escena, que también ha sido modificado a lo largo de los años.
El primer montaje, desde 1959, incluía las tallas de Nicodemo (“Paso del Entierro de Cristo” de Antonio de Ribera y Francisco Fermín, 1642, hoy denominado “Cristo de la Cruz a María”, de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Piedad) y otros dos personajes, uno con vestimenta oriental que muestra un pergamino, atribuyéndole la función de un jurista que porta la sentencia a muerte y un sayón con una cuerda, denominado “el bizco”, estas dos últimas esculturas se adscriben al “paso” de “La Coronación de Espinas” obra del taller de Gregorio Fernández (c. 1620), encargado por la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz.
En el año 1995 se estrena el conjunto “Cristo de la Cruz a María” por lo que la imagen de Nicodemo se retira de esta Primera Palabra. La escultura del jurista o personaje de vestimenta oriental se mantiene en la actualidad. Mientras que el otro sayón, “el bizco” fue sustituido en 2005 por otro, conocido como Sayón del Casco bicorne, realizado por Andrés de Solanes para el Paso de la Oración del Huerto de la Penitencial de la Santa Vera Cruz.
"Padre perdónalos porque no saben lo que hacen" y "Hoy estarás conmigo en el Paraíso". (Fuente: Archivo Municipal de Valladolid. Signatura: F 00075-026). |
Hoy estarás conmigo en el Paraíso
Los cuatro evangelistas mencionan la crucifixión de dos ladrones o malhechores, uno a cada lado de Jesús, quienes en el momento de compartir el mismo suplicio también injuriaban a Cristo. Marcos (15, 27), Mateo (27,38 y 27,44) y Juan (19,18), dedican pocos datos a ese episodio. Será Lucas quien narre el episodio de la conversión del Buen Ladrón, al que la tradición le asigna el nombre de Dimas, y la promesa de estar a partir de ese día con Cristo en su Reino.
“Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda”.
Lucas 23,32-33
“Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Lucas 23, 39-43
La Cofradía de las Siete Palabras incluyó este “paso” junto con el que representa la cuarta palabra, “Dios mío. Dios mío ¿por que me has abandonado?”, en el año 1975, cumpliéndose así el deseo de estar representada cada Palabra por un paso.
El primer montaje de este “paso” fue el Calvario que remata el retablo de la Capilla fundada por D. Pedro González Alderete, en la Iglesia de San Antolín de Tordesillas, popularmente conocida como Capilla de los Alderete. Este retablo no había sido concertado para este lugar en su origen, sino para la capilla mayor del Convento de Santa Clara en la misma localidad. Fue a mediados del siglo XVI cuando D. Gaspar de Alderete lo adquirió para colocarlo en la capilla de su familia, donde se conserva en la actualidad. De la escultura se encargaría Juan de Juni (entre 1565 y 1572) quien realizaría los modelos que llevaría a cabo su taller, aunque parece que de su mano salió el relieve de la Virgen de la Misericordia. Otros escultores que trabajarían, a las órdenes de Juan de Juni serían Isaac de Juni y Juan de Anchieta, a quien Luis Vasallo le asigna las tallas del Calvario del remate, que son las ahora nos interesan. La policromía y dorado del retablo correspondería a Bartolomé Hernández (1580) quien se encargaría de encontrar pintores y doradores para llevarla a cabo.
Como ya quedó dicho, la Cofradía lo estrena en 1975, junto con la cuarta palabra. Este mismo año, estos dos “pasos” novedosos presidieron, a los lados de “En tus manos encomiendo mi Espíritu” el Sermón de las Siete Palabras en la Plaza Mayor.
El Calvario de la Capilla de los Alderete, Cristo, la Virgen, San Juan, Dimas y Gestas, formaron parte de las procesiones de Valladolid de 1975 a 1977, bien es cierto que los dos ladrones crucificados ya habían salido anteriormente en sustitución de los de Gregorio Fernández acompañando al Santo Cristo de las Mercedes. Hay fotografías de este montaje que podrían corresponder al año 1965, cuando se están restaurando los originales de Gregorio Fernández y la Cofradía aún no cuenta con las copias que encargó.
La prensa de 1978 (Diario Regional de 10 de febrero de 1978) se hace eco de la polémica que llevó a que dejara de salir el Calvario de los Alderete en Valladolid. Ese mismo año, la Segunda Palabra se compone por una imagen de Cristo Crucificado del Convento de San Pablo de Valladolid -el denominado Cristo de la Misericordia (Francisco Alonso de los Ríos, c. 1620)- y parece que había intención de ir acompañado de otras imágenes, aunque en fotografías de la época se le puede ver con las dos cruces vacías. Esta imagen parece que sólo salió un año pero, por desacuerdos con la comunidad de aquel convento dejó de salir. Al año siguiente, la escena sería presidida por la imagen del Santísimo Cristo de la Agonía (Juan Antonio de la Peña, 1684), de la Insigne Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno, pero por evitar su deterioro al desmontarlo de su cruz procesional para formar el “paso” se prescindió también de él. A juzgar por algunas fotografías de la procesión del Viernes Santo, parece que por estos años, al menos un Viernes Santo, la Cofradía participaría con seis pasos, pasando el montaje que originariamente comenzó como la Cuarta Palabra a ocupar el lugar de la Segunda, por lo que la Cuarta en aquella ocasión no estaría representada. Este montaje estaba formado por un Crucificado, procedente del Convento de San Juan de Jerusalén de Zamora y dos cruces vacías, y así queda representada la Segunda Palabra durante gran parte de los 80, así por ejemplo en la retransmisión de la Procesión del Viernes Santo de 1986, aún se ve el Crucificado del Museo (procedente de San Juan de Jerusalén). Finalmente ya en el vídeo “Semana Santa de Valladolid” en editado por Crespo-Color (1989), aunque las imágenes parecen grabadas en 1988, podemos ver que esta Palabra ha cambiado su imagen principal, siendo un Crucificado del siglo XVI procedente de la Iglesia de la Asunción de Laguna de Duero (¿podría ser el mencionado anteriormente como Cristo de la Humildad? Ver la colocación del Cristo de los Trabajos en la Parroquial de Laguna de Duero), y así continuará hasta el año 2011.
Segunda Palabra con el Cristo de la Misericordia, del Convento de San Pablo de Valladolid. (Fuente: Archivo Municipal de Valladolid. Signatura: F 00562-083). |
"Cristo de la Misericordia" (Atr. Francisco Alonso de los Ríos, c. 1620). Convento de San Pablo y San Gregorio (PP. Dominicos). Valladolid. |
Al año siguiente (2012) y tras el montaje que se había podido ver en la muestra de Las Edades del Hombre del Calvario formado por el Cristo del Amparo de Zaratán y la Virgen y San Juan de la Parroquial de San Andrés de Valladolid, se modifica la composición de la Segunda y Tercera Palabra, pasando el Cristo de las Batallas de la Tercera a la Segunda y dejando de formar parte en las procesiones el Crucificado procedente de la Iglesia Parroquial de la Asunción de Laguna de Duero.
Actualmente y como ha quedado dicho, la Segunda Palabra se compone con la imagen del Santo Cristo de las Batallas de la Parroquial de Santa María Magdalena. El Santo Cristo de las Batallas contó con su propia Cofradía compuesta de labradores y artesanos de la que no se sabe la fecha de su fundación, aunque consta que fue aprobada el 7 de junio de 1662 y que se acabó uniendo en 1792 a la Sacramental de la Parroquial de la Magdalena.
El Cristo de las Batallas se atribuye a Francisco de Rincón en los primeros años del siglo XVII (recordemos que este escultor muere en 1608). En la década de los años 20 de dicho siglo estrena retablo, dato que procede de una visita realizada en 1622, en la que se menciona que “Visitó el altar nuevo del Santo Christo, de bulto, que se ha colocado en el hueco y tránsito de la puerta colateral que sale el prado, a la subida del choro”. Cabe señalar que en el muro exterior del lado de la epístola de este templo, a la altura de la capilla del Cristo de las Batallas, aún se puede ver la puerta a la que hace referencia, cegada, rematada en arco de medio punto, con un escudo sobre la misma.
En ocasiones se ha afirmado que esta imagen del Cristo de las Batallas de la Parroquial de María Magdalena procede de la antigua ermita enclavada en el Cerro de San Cristóbal. Personalmente creo que es erróneo. Por un lado, esta ermita con su Cofradía del Santísimo Cristo de las Batallas, Nuestra Señora de las Maravillas y San Cristóbal, aún se mantenía en pie en la primera mitad del siglo XVIII, afirmando Manuel Canesi que en 1734 se había reparado mucho esta ermita y que en ella aún celebraba la cofradía sus festividades con gran solemnidad. En cambio, sabemos que en la década de los 20 del siglo XVII ya se había construido un retablo nuevo a la imagen del Cristo de las Batallas en la Parroquia de la Magdalena, noticias sobre la imagen, cofradía y nuevo retablos se producen a lo largo del siglo XVII y XVIII, por lo que puede pensarse en dos imágenes distintas con sus respectivas Cofradías. Pero esta Cofradía, la del Cerro San Cristóbal, aunque sí que tuvo sus inicios en una parroquia vallisoletana, no fue en la de Santa María Magdalena, ya que se había erigido en la de San Juan Bautista, en la que estuvo hasta aproximadamente 1540. Parece ser que el Cristo de las Batallas de esta ermita del cerro San Cristóbal, pasó posteriormente a la Ermita de la Vera Cruz, en La Cistérniga, derribada hace unas pocas décadas por lo que las imágenes que estaban en dicha ermita pasaron a la Iglesia Parroquial de San Ildefonso en la misma localidad. El Santísimo Cristo de las Batallas de La Cistérniga, es una obra de autor desconocido, datado en la segunda mitad del siglo XVI. Juan José Martín González en el Catálogo Monumental del Antiguo Partido Judicial de Valladolid pudo ver la ermita de la Vera Cruz y varias imágenes, entre ellas este Cristo de las Batallas y también menciona que se conservaba una imagen de la Virgen, de vestir, datada en el siglo XVIII, llamada de las Maravillas.
Al menos desde mediados de la década de los 40 del siglo XX, la Cofradía Sacramental de la Parroquial de Santa María Magdalena organizaba una procesión el Viernes de Dolores, con la que concluía el Septenario a la popular Virgencilla en la que portaba el Cristo de las Batallas y Nuestra Señora de los Dolores o la Soledad de vestir que hay en dicho templo. Esta procesión se perdería a mediados de los años 70. Como última nota señalar el paralelismo, aunque tal vez sea fruto de mera coincidencia, de esta procesión con la que desde el año 1994 se celebra el Viernes de Dolores en el Barrio de Las Delicias, organizada por la Cofradía de La Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores, que porta las imágenes del Santo Cristo de la Buena Muerte (un Crucificado) y Nuestra Señora de los Dolores (o imagen de la Soledad, de vestir) rezando el Vía Crucis.
Mujer he ahí a tu hijo
“Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”.
Juan: 19, 25-27
Se estrena en 1954 en conmemoración de las Bodas de la Plata de la Cofradía. Su primera composición, y que ha sido la habitual hasta el año 2011 incluido, fue el Santo Cristo de las Batallas (Francisco del Rincón, inicios del siglo XVII), que se venera en la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena y las esculturas de la Virgen y San Juan, obra de Gregorio Fernández, de la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol, que se ponen en relación con el Calvario que remataría el retablo mayor realizado por Gregorio Fernández en 1606 para la antigua y desaparecida Iglesia Parroquial de San Miguel de Valladolid.
En el año 2012, estrena una nueva composición, formada por la imagen del Santo Cristo del Amparo (Gregorio Fernández, 1621), procedente de la Iglesia de San Pedro de Zaratán (Valladolid), manteniendo las imágenes de la Virgen y San Juan. La unión de estas tres tallas en un Calvario no era nueva, de hecho ya se había podido ver en el año 2008 en el presbiterio de la antigua Iglesia Penitencial de La Pasión en Valladolid, en el marco de la exposición “Gregorio Fernández. La Gubia del Barroco”. Posteriormente, idéntica composición se presentó en la exposición Passio organizada por la Fundación Las Edades del Hombre en Medina del Campo y Medina de Rioseco en el año 2011, concretamente este conjunto estuvo en Medina del Campo.
Sobre la relación de este “paso” con cofradías de carácter Sacramental, Glorias o Devocionales, ver el apartado dedicado a la Segunda Palabra en la que se explica lo relacionado al Cristo de las Batallas.
Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?
“Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
Marcos 15,34:
“Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
Mateo 27:46
Cristo en este momento comienza el Salmo 22, llamado “Oración de un justo que sufre” que se divide en dos partes, la primera trata de los sufrimientos de un hombre inocente y la segunda es un acto de confianza en que Dios lo librará de esas angustias.
Esta composición se estrena también en 1975, al igual que la Segunda Palabra, cumpliéndose el deseo de la Cofradía que cada una de las Palabras estuviera representada por su “paso” correspondiente. Y como ya vimos, junto con la Segunda y Séptima Palabra presidió en aquella ocasión el Sermón de las Siete Palabras en la Plaza Mayor de Valladolid.
La primera composición fue un Cristo Crucificado datado hacia 1540, procedente del Convento de las Comendadoras de San Juan de Jerusalén en Zamora. Fue adquirido e ingresó en el Museo Nacional de Escultura en 1972, tres años antes de salir en procesión, y formaba parte con la Virgen y San Juan (de diferente cronología al Crucificado) de un Calvario que podría haberse situado en un colateral de dicho templo conventual o bien, según otra hipótesis, que el Crucificado procediese de la denominada “Capilla del Cristo” y las Virgen y San Juan de algún otro retablo de la iglesia.
Tras las vicisitudes contadas al hablar de la Segunda Palabra, esta composición de la Cuarta Palabra pasó a representar el pasaje de “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” con la imagen del Crucificado y dos cruces vacías. Mientras la Cuarta Palabra, pasó a estar formada por su Crucificado sólo, aumentando en esa soledad el dramatismo de la primera parte del Salmo. Aunque en la década de los 80 del siglo XX ya se ve esta Palabra con la imagen del Cristo Crucificado procedente del Monasterio de Nuestra Señora de La Laura (retransmisión de la Procesión General en 1986 y vídeo de Crespo-Color de 1989), es en 1990 cuando tomó la configuración definitiva que ha llegado a la actualidad.
Como se ha dicho es un Crucificado (datado en el segundo cuarto del siglo XVI) procedente del Monasterio de Nuestra Señora de La Laura, tras el cierre de este Monasterio pasó al de Santa Catalina de Siena, también de MM. Dominicas y, tras su cierre, ha pasado al Convento de Nuestra Señora Porta Coeli, de religiosas Dominicas, todos ellos en Valladolid.
Sed Tengo
Los evangelistas Mateo y Marcos recogen la acción de darle de beber vinagre tras exclamar “Dios mío, Díos mío ¿por qué me has abandonado?”.
“Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber”
Mateo 27:48
“Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle”.
Marcos 15:36
Juan, por su parte, lo sitúa después de la Tercera Palabra “Mujer, he ahí a tu hijo”, y como una frase pronunciada por Jesús, cumpliéndose las Escrituras (Salmos, Libro II. 69:21 “Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre”).
“Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca”.
Juan 19, 28-29
La Cofradía de las Siete Palabras lo incorpora a su planta procesional en 1944, hasta el año anterior había sido acompañado por la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia (desde 1935 a 1943).
En cuanto a la historia de este “paso” hay que recordar al gremio de pasamaneros que contó con su propia Cofradía, dedicada a Nuestra Señora de la Natividad.
Efectivamente, Pedro Márquez (¿sería el mismo que en 1620 figura como Alcalde la Cofradía del Nazareno?), pasamanero, en nombre de este gremio ofrece el 14 de abril de 1612 a la Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno un “paso” compuesto por un Crucificado y dos sayones, el del rótulo y el de la esponja que son los que, junto con el Crucificado, la Cofradía del Nazareno tuvo que devolver al Convento de San Agustín cuando se trasladaron en 1676 a su propia iglesia penitencial. En 1717 la Cofradía del Nazareno se pudo hacer con estos sayones al comprárselos al boticario Andrés Urbán, a quien se los había entregado el convento con motivo de una deuda. Con respecto a los otros sayones, la Cofradía habría prestado dinero al gremio de pasameneros para concluir el paso, pero por circunstancias adversas el gremio no pudo cumplirlo y la cofradía perdonó la deuda adquiriendo ciertos derechos de propiedad sobre estos sayones. El Crucificado tuvo que ser sustituido por una imagen nueva encargada por la Cofradía a Juan Antonio de la Peña en 1684, ya que la original permaneció en una capilla del Convento de San Agustín, desde el cual tras la desamortización pasó al Museo donde con el paso del tiempo volvió a su conjunto original.
Es curiosa la relación entre este gremio, la Cofradía que formaron y la Cofradía del Nazareno, tal vez en algún momento compartieran sede antes que la del nazareno hiciese su templo o sus miembros formaran parte de la Penitencial. Llama la atención que esta donación de 1612 se hace unos pocos años después de la fundación de la Cofradía del Nazareno (1596). Por otro lado, en las plantas de procesión del Nazareno figuraba el gremio de pasamaneros. Y, finalmente, la Cofradía de Nuestra Señora de la Natividad del gremio de pasamaneros se la menciona ya a comienzos el siglo XVIII como con sede en esta penitencial, donde estaba entronizada su imagen titular mariana, de la que aún se conserva su corona, y que, tal vez, fuera la que portaba la Cofradía del Nazareno en la Procesión del Corpus Christi en el primer cuarto del siglo XX.
Todo está consumado
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”.
Juan 19,30
Realizado en su origen para la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión (entonces Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Pasión), conocido con el nombre de “Paso nuevo de Nuestra Señora y San Juan”. Una obra de mediados del siglo XVII, anterior a 1661, fecha de la que se conserva una instrucción para armar el “paso” y que estaba compuesto originariamente por Cristo Crucificado, Nuestra Señora, San Juan, Santa María Magdalena y dos sayones hoy desaparecidos: el “sayón del puñal acaponado” y el “sayón de la escalera” que estarían en actitud de cortar la túnica del Reo. Sobre su autoría, se atribuye a Francisco Díez de Tudanca.
Fue el primer “paso” asignado a la Cofradía de las Siete Palabras, acompañándolo por primera vez el 18 de abril de 1930, con el nombre Emissit Spiritum. Aquel primer montaje, tras su reconstrucción en el año 1927, se componía del Santísimo Cristo de las Cinco Llagas (Manuel Álvarez, entre 1548 y 1562), de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo, la Virgen, San Juan, Magdalena, y dos sayones procedentes de otros conjuntos procesionales, un sayón con martillo y clavo (del paso del Azotamiento de La Pasión), y sayón con turbante y lanza (de la Oración del Huerto, de Andrés Solanes, aunque anteriormente se había pensado procedente de la Flagelación de la Vera Cruz). Es curioso que en la publicación referida en otras ocasiones en esta entrada, sobre la historia y pasos de la Cofradía de Las Siete Palabras (Cuaresma, 1984) los sayones los atribuye a Andrés Solanes y, al menos en uno de los casos (sayón de turbante y lanza) es acertada, además de ser bastante reciente su adscripción a este escultor y su identificación como perteneciente al “paso” de La Oración del Huerto que talló para la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz. Este montaje llegó hasta el año 1993, año en que tras su reconocimiento como la histórica Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión se traslada a la actual sede, la Iglesia del Real Monasterio de San Quirce y Santa Julita. A partir de 1994 el Santo Cristo de las Cinco Llagas será portado en procesión por la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo. En cambio, se restituye la imagen original del Crucificado de este “paso” el hoy conocido como Santo Cristo del Calvario y que hasta entonces había formado parte del “paso” de la Elevación de la Cruz, conjunto en que a su vez fue sustituido por la imagen original que se encontraba en la clausura del Monasterio de San Quirce y Santa Julita. Con esta composición original conservada salió desde 1994 a 2002. También en estas fechas (1994) se eliminan de la escena los dos sayones al no corresponder al conjunto. Por no poder disponer de la imagen del Santo Cristo del Calvario, la Cofradía de Las Siete Palabras busca otra imagen para completar este “paso” y desde 2003 es el Cristo de la Dolorosa de Bercero el que forma este conjunto con las imágenes de la Virgen, San Juan y Magdalena.
Este “paso” además de participar en la General del Viernes Santo y en el Sermón de las Siete Palabras en el mediodía de la misma jornada, participa también en la Procesión del Santísimo Rosario del Dolor, el Lunes Santo, desde la creación de esta procesión en 1951. Por otro lado, era uno de los “pasos” que durante muchos años representó Estación en el Via Crucis del Miércoles Santo organizado por la Insigne Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
En tus manos encomiendo mi espíritu
“Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró”.
Lucas 23,46.
Nuevamente Cristo hace referencia a un Salmo (Salmos, Libro I, 31,5).
Se trata del segundo “paso” que estrenó la Cofradía de las Siete Palabras. En 1941 la Cofradía cambia su sede pasando de la Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa (donde había llegado en 1936) a la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol. Al año siguiente, 1942, consigue permiso para formar un nuevo “paso” formado por el Santísimo Cristo de las Mercedes (o de La Luz o de Santiago) de su nueva sede, con los Ladrones, Dimas y Gestas, tallados en 1616 por Gregorio Fernández para el “paso” “El Descendimiento” (La Piedad o Sexta Angustia) de la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, conservados, junto con la Piedad en el Museo Nacional de Escultura. Este nuevo conjunto procesional recibió el nombre “Inter scelestos Innocens” (El Justo entre los ladrones). Ese mismo año, 1942, este conjunto montado en el presbiterio de Santiago preside el Sermón de las Siete Palabras y sale por primera vez en la Procesión General de la tarde-noche del Viernes Santo. Ya será al año siguiente, en 1943, cuando el Sermón de haga en la Plaza Mayor ante este “paso” procesional. Este año, concretamente el 12 de abril de 1943, se bendice la nueva capilla del Santo Cristo de las Mercedes en la Parroquial de Santiago. Es interesante la descripción que aparece en el Diario Regional al día siguiente, segundo día del septenario en honor de este Crucificado, (13 de abril de 1943, pág. 4): “Anoche a las 8, se bendijo la capilla costeada por los cofrades de la Cofradía de las Siete Palabras. Bendecida por el Sr. Magistral de la SIM de Valladolid [Eduardo Sánchez]. La nueva capilla de sobria traza y líneas clásicas, con la imagen del Crucificado sobre un fondo de damasco rojo, enmarcado por arco romano, pilastras acanaladas y escalinatas de mármol, ha sido proyectada y dirigida por el arquitecto Feduchy [¿Luis Martínez-Feduchi Ruiz?], que ha compuesto una pieza arquitectónica perfectamente armonizada con el espíritu severo de la Cofradía que la ha construido”.
Casimiro González García Valladolid, en Valladolid sus recuerdos y sus grandezas (Tomo I, Pág. 769), describe esta imagen aún en su retablo (hoy ocupado por una imagen moderna de Nuestra Señora del Sagrado Corazón) a principios del siglo XX. Al tratar de las capillas del lado del Evangelio en la Parroquial de Santiago Apóstol, escribe: “la tercera está consagrada al Santísimo Cristo de la Luz: tiene un bonito altar de orden corintio, formado por dos columnas que sostienen la cornisa sobre la cual se alza un ático cortado en el centro para dar lugar á un frente con un lienzo pintado al óleo representando á la Virgen con Jesús muerto en el regazo: en medio del cuadro del primer cuerpo se halla una Verónica. El Santísimo Cristo de la Luz es de talla en madera pintada, de tamaño natural; tiene la cabeza inclinada al lado derecho, y su dibujo, anatomía y colorido, revelan ser obra de un buen artista, cuyo nombre se ignora, así como el origen de la advocación del Santísimo Cristo: la cabeza es de un perfil, sentimiento y naturalidad irreprochables”.
Los Ladrones originales formaron en el “paso” hasta mediados de la década de los 60 del siglo XX, siendo restaurados en el año 1965. Tal vez de este año corresponda la fotografía de este “paso” formado por el Cristo de las Mercedes con las imágenes de Dimas y Gestas del Calvario de los Alderete de Tordesillas. El tiempo de la restauración de los originales, se encargan dos copias por parte de la Cofradía de Las Siete Palabras, que serán estrenadas en 1966 y, previas obras de adecuación, colocadas en la capilla del Santo Cristo de las Mercedes según salen en el “paso”.
Sobre el Santo Cristo de las Mercedes se han formulado varias teorías en cuanto a la atribución a algún escultor. Se ha relacionado con Francisco de la Maza, Milán Vilmercati (escultor del círculo de los Leoni) o ya en la actualidad se asigna a Pompeo Leoni, realizado hacia 1560.
Consta la existencia en la Parroquia de una Cofradía del Santo Cristo de la Misericordia, aprobada por los provisores en sede vacante el 1 de octubre de 1627, estando compuesta por cofrades de varios oficios. Tal vez no fuera precisamente a la imagen que actualmente conocemos por Cristo de las Mercedes, ya que algunas hipótesis consideran que en origen la imagen estuvo en el Convento de San Francisco y posteriormente pasó a Santiago. En cualquier caso, se trata de una imagen con profunda devoción entre los parroquianos y hay constancia en la década de los años 20 del siglo XX de rezarle el Miserere cada segundo viernes de mes (salvo en casos puntuales, ej, junio de 1924 que coincidieron con los cultos a San Antonio de Padua en Santiago).
Sobre su participación en Semana Santa ya se ha hablado de la procesión titular el Miércoles Santo, portado a hombros, y los actos del Viernes Santo, Sermón de las Siete Palabras y Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor. Ante esta Imagen, los viernes de Cuaresma la Cofradía hace el Ejercicio de las Siete Palabras. Celebran un Quinario en su honor que culmina con un Devoto Besapie. El Santo Cristo de las Mercedes cuenta con su propio himno estrenado en el año 2010.
Será una de las obras que procedentes de Valladolid forme parte de la muestra Eucharistia, organizada por la Fundación Las Edades del Hombre en Aranda de Duero (Burgos) en 2014.
*Nota.- Mi agradecimiento el Archivo Municipal de Valladolid por permitir el uso de las fotografías que aparecen en esta entrada procedente de sus fondos.
*Nota.- Mi agradecimiento el Archivo Municipal de Valladolid por permitir el uso de las fotografías que aparecen en esta entrada procedente de sus fondos.