martes, 23 de febrero de 2016

Sexta Angustia (1991), Azotamiento de Cristo (1992) y Caída y Despojo de Cristo (1993), exposiciones temporales de “pasos” procesionales en el Museo Nacional de Escultura.




El 23 de enero de 2016 se cumplen 25 años del inicio de la exposición temporal “La Sexta Angustia” en el Museo Nacional de Escultura, con la colaboración de la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de Las Angustias. Aquella fue la primera exposición de un ciclo –breve- de exposiciones que, en ocasiones enmarcadas en otras efemérides o acontecimientos como presentación de nuevas imágenes, ofrecieron la posibilidad de reconstruir, efímeramente, los montajes originales de algunos “pasos” procesionales históricos.

Montajes originales y efemérides no fueron las únicas notas características de estas exposiciones, ya que el público que acudía a ellas no sólo veía esos conjuntos de la manera más cercana a cómo los habían ideado sus respectivos autores: además –y frente a otras exposiciones anteriores y posteriores en las que tendían a exponerse como conjuntos ordenados- se mostraban montados en andas, con otros enseres (faroles, faldas, flores…).

Esta forma de exponer fue breve, como se ha dicho anteriormente, sólo tres ediciones, que fueron posibles gracias al Museo Nacional de Escultura, por entonces dirigido por D. Luis Luna Moreno, y a la colaboración de: Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de Las Angustias (1991), Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna (1992) y, con el nombre actual, la Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura (1993). Junto a éstas, también fue necesario contar con la cooperación de la Insigne Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la Antigua Devoción de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros y la Parroquia de San Lorenzo Mártir.

Poco a poco, a partir de diversas publicaciones y con las fotografías que ponen a disposición las Cofradías en sus webs y redes sociales (entre otros medios) se pueden encontrar testimonios gráficos de estas exposiciones…pero es una pena que no se editaran postales, por ejemplo, para completar las colecciones que existían por entonces, y sobre todo, para que esos montajes no cayeran en el olvido y futuras generaciones pudieran conocerlos…con buena voluntad, nunca es tarde. Aunque, claro está, siempre sería mejor que ocurriera como en el caso del Azotamiento de Cristo, que estos “pasos” salieran completos a las calles.

LA SEXTA ANGUSTIA. GREGORIO FERNÁNDEZ.
La primera de estas exposiciones estuvo abierta desde el 23 de febrero al 7 de abril de 1991 (aquel año, la Semana Santa fue del 24 de marzo –Domingo de Ramos- al 31 del mismo mes –Domingo Pascua de Resurrección-), exponiéndose el monumental “paso” del Descendimiento de Angustias, llamado también Paso de La Piedad y, a partir de esta exposición, como La Sexta Angustia.
En 2016 se cumple el cuarto centenario de la realización de este conjunto procesional, que fue entregado a la Penitencial de Las Angustias el 22 de marzo de 1617 –año éste último en que consta que fue policromado por Marcelo Martínez-, siendo colocado en la capilla del lado del Evangelio, más cercana al presbiterio (hoy dedicada al Cristo del Jubileo y Nuestra Señora de la Soledad). Unos años más tarde, en 1710 las imágenes de San Juan y Santa María Magdalena son trasladadas a la capilla de Nuestra Señora de las Angustias y colocadas en sendas hornacinas próximas a la embocadura del camarín de Nuestra Señora, donde se pueden ver en la actualidad.
En esta Penitencial estuvo recibiendo culto hasta el año 1842, en que por oficio de la Comisión Provincial de Arbitrios de Amortización de la Provincia de Valladolid, fechado el 25 de abril de 1842, la Piedad y los dos ladrones son trasladados al recién creado Museo Provincial de Bellas Artes (instalado entonces en el Colegio de Santa Cruz). Durante su estancia en el mismo hay fotografías que muestran a Judas (Oración del Huerto) y Verónica (Camino del Calvario) sustituyendo a San Juan y María Magdalena.
En 1922 salió a la calle, sin la presencia de la cruz desnuda, alumbrado por la Cofradía de Nuestra Señora de La Piedad, escena que se repitió en 1924 y 1925, al año siguiente, en 1926 se excluyen de la escena las tallas de los dos ladrones. Posteriormente, La Piedad de Angustias dejará de salir en procesión, siendo sustituida por La Quinta Angustia (Gregorio Fernández, c. 1625) que recibe culto en la Parroquial de San Martín y San Benito El Viejo, a la que acompañarán las efigies de San Juan y Santa María Magdalena durante años. Tallas éstas últimas que más tarde constituirán un “paso” propio en la Procesión de La Soledad, de la Penitencial de Las Angustias…tras varios años sin salir, se recuperó su función procesional y, en la actualidad siguen procesionando acompañadas de las copias de los dos ladrones encargadas por la Cofradía de las Siete Palabras.
En 1986 se expone, como conjunto ordenado el “paso” completo, con presencia de la cruz desnuda, en la sala dedicada a Gregorio Fernández dentro de la exposición conmemorativa del CCCL aniversario de su fallecimiento.
Y, unos años más tarde, en 1991, tiene lugar una nueva exposición. Junto a posibles hipótesis sobre la colocación de las imágenes, para dar forma al montaje que se presentaba se tuvo en cuenta las dimensiones de la puerta de la Penitencial de las Angustias, las dimensiones antiguas conocidas de otros pasos y las referencias documentales del archivo de la Cofradía. Nuestra Señora, cercada su cabeza por un resplandor, con su Hijo en brazos, se presentaban como centro formal y conceptual de la escena, al pie de la cruz desnuda, en la parte delantera del “paso” y enfrentados, los dos ladrones, San Dimas inclinando su cabeza haca el grupo central; Gestas, con su grotesco aspecto, mirando hacia fuera del “paso”. María Magdalena, entre la Piedad y San Dimas, se asomaba a contemplar la escena, enjugándose las lágrimas y sosteniendo el pomo de perfume para embalsamar a Cristo. Finalmente, San Juan, un poco más atrás de la cruz, sostenía en sus manos uno de los extremos del sudario. Se completaba el montaje con un bodegón formado por parte del sudario que bajaba desde la Cruz, una jarra y una jofaina de plata, la corona de espinas, los tres clavos y unas tenazas.


EL AZOTAMIENTO DE CRISTO
En los meses de octubre y noviembre de 1992 se expuso el montaje original del paso “El Azotamiento de Cristo” que en su origen fue encargado por la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Pasión (Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo), en este caso se reincorporaba al conjunto la “figura que tira de la guedeja a Cristo, o el sayón que va asido a los cabellos del Señor”, al tiempo que lo azota, explicando con esta actitud la inclinación de la cabeza del Señor.
Se ofrecía las trascripción de dos “Instrucciones” para el montaje del “paso”, una de 1661 y otra anterior (a la que se denominaba como Instrucción antigua). Se publicaban otros datos como la documentación aportada por María Antonia Fernández del Hoyo sobre el contrato de policromía de este “paso”, firmada por el pintor Pedro de Antecha, en la que figuraban como testigos los escultores Francisco de Tudanca y Antonio de Ribera, suponiendo a partir de ello que estos serían los autores de las tallas.



Como en otros casos, los sayones llegaron al Museo en 1842, mientras que la talla de Cristo continuó en la Penitencial de La Pasión hasta el cierre de aquel templo. En la reorganización de las procesiones en los años 20 del siglo XX se probaron diversos montajes para los dos “pasos” del mismo tema –la Flagelación o Azotamiento- existentes en Valladolid. Finalmente, este de La Pasión quedó configurado en gran parte con las tallas originales, salvo uno de los sayones (el que estaba a la izquierda del Señor, hacia donde mueve su cabeza) que se colocó un sayón procedente del “paso” de la Flagelación de la Vera Cruz. Por su parte, el sayón que tiraba del pelo y azotaba -original de este grupo-, formó en otros “pasos”, como en El Despojo (en actitud de arrancar la túnica a Cristo) o bien en el Emissit Spiritum que fue asignado a la Cofradía de las Siete Palabras, de este “paso” se separó definitivamente a partir de esta exposición de 1992, en que se eliminaron los sayones del grupo acompañado por la Cofradía de las Siete Palabras y el sayón se reintegró al “paso” del Azotamiento.
En estos años, en los que la Comisaría del Santísimo Cristo del Perdón era reconocida como heredera y continuadora de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Pasión, trasladará su sede de la Parroquial de Santa María Magdalena a la Conventual de San Quirce y Santa Julita, donde fue reagrupando parte de su patrimonio disperso, encontrándose entre ellos la imagen titular de este “paso”, hoy denominada “Nuestro Padre Jesús Flagelado” comenzando a ser portada en su procesión del Jueves Santo, dejando así de participar el “paso” del Azotamiento en la Procesión entonces denominada de Nuestra Señora de la Amargura.


CAÍDA Y DESPOJO DE CRISTO
Última exposición de este ciclo, desarrollada del 20 de febrero al 4 de abril de 1993, conmemorando el L Aniversario fundacional de la Cofradía del Santo Cristo del Despojo (hoy Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura).
En aquella ocasión, dos “pasos” se mostraron con el montaje original (Camino del Calvario y El Despojo), las dos tallas que habitualmente los completan fueron expuestas separadas (Jesús de la Caída y Ecce Homo) y se presentó la nueva imagen titular de la Cofradía, el Santísimo Cristo Despojado, tallado por José Antonio Hernández Navarro.



Camino del Calvario.- La imagen central era la de Jesús con la cruz a cuestas que por entonces aún se conservaba en el Santuario de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros y actualmente se venera en la Conventual de San Quirce y Santa Julita (Cofradía Penitencial de La Sagrada Pasión, que encargó el “paso” en 1614), quien era auxiliado por Simón Cirineo a cargar la cruz, delante de Él, la Verónica con un lienzo para enjugar su rostro y, completando la escena, dos sayones, el de la trompeta y el de la cuerda. Este “paso” figuró también en la exposición “Pasos Restaurados” (año 2000) y ha sido objeto de investigación más recientemente, sobre todo en cuanto a la posible posición de los sayones, por parte de D. Luis Vasallo Toranzo (2007).
Desde 1958 es alumbrado por la Cofradía Penitencial del Stmo. Cristo Despojado, antes lo fue por la Cofradía Penitencial y Sacramental de La Sagrada Cena.

Paso del Despojo (Preparativos para la crucifixión).- Conjunto procesional encargado originariamente por la Insigne Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Para la exposición se unieron los tres sayones (Juan de Ávila, 1678-1680) con el Cristo del Despojo de Claudio Cortijo (1801).
Consta la existencia de un  “paso” anterior que en 1629 sirvió de modelo a otro realizado para Medina del Campo. Este “paso” quedaría en poder de los agustinos del Convento de San Agustín por lo que la Cofradía optó por la construcción de un nuevo conjunto procesional en 1678, para lo que presentó un modelo Juan Antonio de la Peña (quien años más tarde realizaría para esta Cofradía el Santísimo Cristo de la Agonía), aunque finalmente el nuevo “paso” fue tallado por Juan de Ávila que lo concluyó para la Semana Santa de 1680. Los sayones se conservan, mientras que la imagen de Cristo tallada por Juan de Ávila y que puede que siguiese el modelo de la del “paso” ya existente en 1629, desapareció en un incendio del templo penitencial en 1799. Tras este suceso, Claudio Cortijo talló una nueva imagen, el Santo Cristo del Despojo (1801) que se venera en la Penitencial de Jesús. Así pudo verse el “paso” por las calles en los años 40 del siglo XX, hasta que en 1949 se separa la imagen de Cristo para conformar el que sería el “paso” titular de la Cofradía del Despojo.

Jesús de la Caída.- Con este nombre se presentaba la imagen, atribuida a Pedro de la Cuadra (1600-1620) que habitualmente completa el paso “Camino del Calvario”; sería la primitiva titular de la Insigne Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno  y que quedó en poder de los frailes agustinos del Convento de San Agustín, cuando la Cofradía se trasladó a su nueva sede en 1676. Tras la exclaustración definitiva ingresó en el Museo Provincial de Bellas Artes donde completaría el “paso” procesional “Camino del Calvario”. Entre los años 1991 y 2004 salió separado del grupo, portado a hombros, para encontrarse con Nuestra Señora de Las Angustias el Martes Santo.

Ecce Homo.- Completa el “paso” Preparativos para la crucifixión. Una imagen que iconográficamente no corresponde al momento representado, ya que Ecce Homo son las palabras que pronunció Poncio Pilato cuando presentó a Cristo, flagelado, coronado de espinas, con el manto púrpura, en el episodio que sería su sentencia a muerte (de hecho, sería una imagen interesante para una representación procesional de La Sentencia).
La imagen de Cristo, tallada en 1641 gracias a las limosnas del hermano Andrés de San Nicolás, procede del Convento de San Nicolás de Tolentino, agustinos recoletos, de Valladolid. Ingresó en el museo tras la desamortización y allí completará el “paso”.
Sigue el modelo creado por Gregorio Fernández en el Ecce Homo para la Parroquial de San Nicolás, hoy en el Museo Diocesano. Al igual que otros como el de Francisco Alonso de los Ríos (c. 1626, en el Museo de San Joaquín y Santa Ana de Valladolid), Andrés Solanes (1634, hoy en la Iglesia de Santa María en Villabrágima) o el que salió en el primer montaje de las Lágrimas de San Pedro y posteriormente portado a hombros por la Cofradía de las Siete Palabras y que actualmente se encuentra en el Museo Diocesano y Catedralicio, procedente en origen del Convento de San José (mercedarios descalzos), pasó a San Juan de Letrán y de allí a su ubicación actual, siendo su atribución aún discutida, ya sea Francisco Alonso de los Ríos o bien Alonso de Rozas.

Cristo Despojado.- Ante la imposibilidad de seguir procesionando el Cristo del Despojo de Claudio Cortijo, la Cofradía del Despojado opta por la realización de su propia imagen titular, en un momento en que coincidía con la celebración de su cincuenta aniversario fundacional; esta nueva imagen fue tallada por el imaginero murciano José Antonio Hernández Navarro (quien ya cuenta con otras tres tallas en Valladolid).
El 20 de enero de 1993 la nueva imagen era presentada en las dependencias del Museo Nacional de Escultura; un mes después se abría la exposición de la que estamos hablando –Caída y Despojo de Cristo- que se prolongó hasta el 4 de abril, en la que fue una de las obras destacadas. En ese periodo, la imagen fue bendecida por el entonces Arzobispo de Valladolid, Monseñor D. José Delicado Baeza, en la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol, sede canónica de la Cofradía, el 20 de marzo. 
Realizó su primera salida procesional en la noche del Jueves Santo, en su procesión titular.


No hubo más exposiciones relacionadas con la Semana Santa hasta la que con el título “Pasos Restaurados” (del 2 de marzo al 9 de abril de 2000) mostraba veinticinco obras que habían sido restauradas, en un esfuerzo que ponía de manifiesto la preocupación del Museo Nacional de Escultura por colección tan singular que, con cuatro siglos de existencia, las vicisitudes por las que han pasado, a día de hoy, siguen cumpliendo la función para la que fueron creadas, su participación en las procesiones de Valladolid, narrando la historia de la Redención de una manera entendible para todos, directa y con buena carga sentimental.

A ésta le seguiría otra muestra temporal «Restauración de escultura procesional: Semana Santa en el Museo» (del 31 de marzo a 15 de abril de 2004, Capilla de San Gregorio) mostrando las tallas de Judas Iscariote y el “sayón de casco de loba” (o sayón de la linterna), a las que se unió otro Sayón que había sido identificado como perteneciente a este "paso" (sayón de casco bicorne). Al año siguiente, de marzo a noviembre de 2005, una nueva exposición “Las Funciones del Museo: Restauración: Los sayones del paso la Coronación de Espinas”, en la Capilla de San Gregorio.

Finalmente indicar que otras ocasiones en las que se han podido ver montajes originales de los “pasos” en estrecha colaboración entre el Museo Nacional de Escultura y las Cofradías vallisoletanas, ha sido en el montaje que se instala en la S.I. M. Catedral con motivo del Pregón de Semana Santa.

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