domingo, 15 de enero de 2023

IGLESIA PARROQUIAL DE SAN AGUSTÍN. IGLESIA DEL DULCÍSIMO NOMBRE DE JESÚS (AGUSTINOS FILIPINOS)

Antes de comenzar o de entrar de lleno en esta entrada me gustaría reflexionar sobre la dificultad de tratar el tema de las parroquias y, curiosamente, más en las de contemporáneas, no tanto en cuanto a la documentación referente a su creación, pues ello se puede consultar, por ejemplo, en el Boletín Oficial de la Archidiócesis (en este punto, agradezco enormemente al Arzobispado y su personal la posibilidad de haber podido consultar dicho Boletín, un agradecimiento extensible al Museo Diocesano en las diversas consultas) o en cuanto al proyecto arquitectónico de su construcción, que amablemente han facilitado su consulta en el Archivo Municipal de Valladolid (por lo que estoy francamente agradecido), pero, el problema llega a la hora de tratar de los bienes muebles –esculturas, pinturas, etc., sobre todo las de reciente factura- que albergan estas nuevas iglesias y lo poco, salvo excepciones, que se ha tratado sobre ello, siendo difícil y frustrante enfrentarse a ello, y no es por falta de solicitudes de información por diversos medios, más bien por falta de respuestas a las mismas. Por suerte, con la iniciativa de parroquias y el trabajo de distintas personas, poco a poco puede encontrarse publicaciones en diversos soportes sobre algunas parroquias, siendo de justicia mencionar el trabajo de Marín González y Urrea Fernández en el Catálogo Monumental y otras monografías como:

  • Historia de la Virgen Santísima de San Lorenzo. Patrona de Valladolid”, de David Sánchez del Caño.
  • El Santuario de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros”, de Vidal González (si bien no es parroquia, se incluye en esta relación como ejemplo de templo que ha sido objeto de un estudio publicado).
  • Breve historia del templo y tesoro artístico de la Parroquia de El Salvador, de Valladolid”, de Gerardo Perdiguero.
  • San Vicente de Paúl. Una nueva parroquia en Valladolid”, de Mateo Martínez y Jesús Mateo Fernández.
  • Pequeña Historia de la Parroquia de San Simón de Rojas”, de Enrique García Martín.
  • Barrio y Parroquia de San Nicolás”, de Mariano San José Díez
  • Iglesia de Ntra. Sra. de Prado: un templo moderno para los tiempos actuales”, de Rodrigo R. Franco.
  • La Iglesia de Santiago Apóstol. Una parroquia histórica en la trayectoria de una ciudad”, de Javier Burrieza Sánchez.

También libros sobre las Cofradías ha permitido tratar sobre sus templos.

O bien por medio de guías como la de la Parroquia de San Miguel y San Julián, pero también páginas webs y redes sociales, cuando las parroquias se deciden a hacer uso de estos medios y los mantienen actualizados, como es el caso de la que vamos a ver en esta entrada, la de San Agustín.



IGLESIA PARROQUIAL DE SAN AGUSTIN.

El día 15 de enero de 2023, Mons. Luis Argüello, Arzobispo de Valladolid, presidía una Misa Solemne en la Parroquia de San Agustín con motivo de su aniversario. Esta fecha, coincidía con el tercer domingo de enero, cuando en aquel templo se celebra la fiesta del Santo Niño de Cebú, cuya imagen está presente en varios lugares del edificio, ya sea en el Museo Oriental o bien en la propia iglesia, en el retablo mayor y coronando la fachada de la misma.


Esta parroquia está erigida en la iglesia del Real Colegio de Agustinos Filipinos, institución fundada con autorización por Breve de Clemente XII el 10 de marzo de 1736 y patrocinado por el rey Felipe V por Real Cédula del 31 de julio de 1743. La construcción del edificio, de estilo neoclásico y diseñado por el arquitecto Ventura Rodríguez, se inició en 1759.


La obra de la iglesia, que formaba parte de los planos originales, e inspirada en San Francisco El Grande de Madrid, comenzó el 22 de noviembre de 1849, siendo dirigida por arquitecto Blas Crespo y después el renombrado arquitecto Fr. Miguel Chano, benedictino de la abadía de Sahagún. Continuó la edificación hasta el 1 de diciembre de 1860, quedando la iglesia elevada a 20 pies de altura, y la fachada hasta cerrar el óvalo o lucera, que tiene sobre su puerta principal. La Revolución de 1868 con la guerra civil que sobrevino, en cuyo tiempo se destinó parte del Colegio a hospital de heridos, fue una de las causas de la prolongada suspensión de las obras. Posteriormente, el 21 de abril de 1883, se reanudaron los trabajos, bajo la dirección del arquitecto Jerónimo Ortiz de Urbina, ayudado por su hijo Antonio, y se logró entonces elevar la iglesia hasta la cornisa interior o arranque de la cúpula, y terminar los dos coros, alto y bajo, la sacristía y el frontispicio triangular de la fachada, quedando sólo, al exterior, por construir, las dos torres y la cúpula.





El impulso definitivo llega con la Congregación Intermedia de 1924, siendo provincial el P. Francisco Álvarez. En el capítulo provincial de 1926 se ratificó lo ejecutado hasta entonces y comenzaron los trabajos para culminar tanto la fachada con las torres como la parte interior.

El templo fue bendecido por el provincial fray Gaudencio Castrillo el 4 de mayo de 1930, y consagrado por el Arzobispo de Valladolid, Mons. Remigio Gandásegui, el 12 de junio siguiente, dedicándolo al “Dulcísimo Nombre de Jesús”. Por Decreto de Mons. José García Goldáraz, fechado el 12 de mayo de 1967, es erigida la Parroquia de San Agustín, aunque habrá que esperar hasta el 2 de enero de 1972 cuando se fecha el Auto de Erección de la misma (al tiempo que el de la Parroquia de la Sagrada Familia), señalando que entraría en funcionamiento el 2 de febrero de 1972, desmembrando su territorio de la Parroquia de San Ildefonso. Finalmente, el 23 de abril de 1972, Domingo del Buen Pastor, tiene lugar la inauguración de la Parroquia, en una celebración presidida por el Arzobispo, Mons. Félix Romero Menjíbar, acompañado, según la crónica, del Vicario Provincial de la Provincia Agustiniana de Filipinas, religiosos de la Orden, los párrocos de San Ildefonso y de La Inmaculada y miembros de la Comunidad de PP. Agustinos Recoletos de Valladolid.

Como se ha señalado anteriormente, rematando la fachada se encuentra imagen del Santo Niño de Cebú, obra del escultor Pedro Verdugo.




EL INTERIOR DE LA IGLESIA

Lo primero que nos puede llamar la atención es la pintura en el techo del cancel, representando a la Virgen de la Consolación entregando la correa a San Agustín y Santa Mónica, según una tradición del siglo XIII o XIV. Esta pintura está firmada por Mariano García Maestro en 1928, pintor que realizó otras pinturas en este mismo templo.



En el presbiterio se presenta el retablo mayor de inspiración neoclásica y con influencias de varios estilos, de madera imitando mármoles y oro. Consta de predela, en cuyos extremos de abren puertas que comunican a la sacristía; cuerpo principal, con tres calles, la central con un Cristo crucificado y sobre él un relieve de Nuestra Señora del Buen Consejo y en las laterales con imágenes del Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. El remate presenta sucesivamente, en el centro, las imágenes del Santo Niño de Cebú y San Agustín (titular de la parroquia). La mesa de altar y el tabernáculo son de mármol de diversos matices.




La obra de carpintería del altar mayor es del vallisoletano Loba, según las trazas proporcionadas por José María Basterra, de quien son también los de los altares laterales. Fueron ejecutados en los talleres de escultura religiosa de Juan Mollá (Barcelona) los altares laterales, viacrucis, púlpito, cancela, urna para los restos del Beato Alonso de Orozco y confesionarios. El púlpito y los confesionarios están labrados en madera de cedro. De cedro es también y construida en los mismos talleres, la caja del órgano monumental, obra Pablo Xuclá (1928). Las estatuas de los altares en las cuatro capillas son del escultor Martín Casals. Los retablos de las capillas laterales estás dedicados a: Nuestra Señora de la Consolación y Correa, Santa Rita de Casia, San Nicolás de Tolentino y San Alonso de Orozco, todas ellas encargadas el 2 de febrero de 1928.

Capillas del lado del Evangelio (desde la entrada al presbiterio):

Hornacina con la Sagrada Familia.- Grupo de pequeño tamaño, siguiendo modelos de talleres de Olot.


Capilla de San Nicolás de Tolentino.- Considerado Protector de las Almas del Purgatorio que figuran ante él y sobre las que derrama el contenido del cáliz que porta (portaba) en su mano derecha (un elemento- el cáliz- que debería volver a la mano del santo; puede hacer referencia a las denominadas "Misas Tolentinas", un septenario de Misas por las Almas del Purgatorio para que puedan salir de aquel estado), mientras en la izquierda probablemente podría sujetar una correa propia del hábito, como se ve en estampas que representan esta misma imagen.



Capilla de Nuestra Señora de la Consolación y Correa.- Patrona de la Orden de San Agustín, cuya fiesta se celebra el 4 de septiembre. Constó con una Cofradía en su honor. En el pavimento de la misma está la sepultara de Gregorio Tomás Suárez Fernández, OSA (La Cortina, Asturias, 30/03/1915 – Salamanca, 23/04/1949) en proceso de beatificación.






Capillas del lado de la epístola (desde la entrada al presbiterio)

Hornacina de Santa Mónica.- Imagen que representa a la madre de San Agustín de Hipona, realizada por el imaginero afincado en Madrid Antonio José Martínez Rodríguez (Beas de Segura, Jaén, 1971). Fue bendecida el día 27 de agosto de 2021, en una Solemne Misa presidida por Mons. Julián García Centeno O.S.A., Obispo emérito de Iquitos (Perú) (ver enlace).


Capilla de San Alonso de Orozco.- En el muro izquierdo hay una hornacina con la antigua urna sepulcral que contenía sus restos mortales y un relicario. Los restos mortales de este santo estuvieron en Valladolid desde 1881 hasta 1978 en que fueron trasladados al convento San Alonso de Orozco de Madrid (La Granja, 9). En 1929 y 1930 su imagen y reliquia, acompañada de los PP. Agustinos, formó parte de la Procesión de San Pedro Regalado, Patrono de Valladolid, en el día de su solemnidad (13 de mayo).





Hornacina del Beato Anselmo Polanco.- Imagen realizada por el imaginero vallisoletano Miguel Ángel Tapia Palomo en 1996-1997. Tallada en madera de pino de Soria, policromada con temple al huevo y las carnaduras con pintura al óleo. El beato viste hábito agustino y porta en la mano izquierda el báculo símbolo del obispado de Teruel. En la peana una palma simboliza que fue mártir y un relicario con una falange de un dedo de dicho beato.


En la tribuna sobre la puerta en este lado, una curioso grupo escultórico de un ángel en actitud de dar la comunión a un fraile de la Orden, tal vez, el Beato Federico de Ratisbona.



Capilla de Santa Rita de Casia.- Cuenta con Cofradía en su honor que celebra sus cultos en el mes de mayo, como preparación a la fiesta de Santa Rita.




El pavimento está formado por maderas expresamente traídas de Filipinas con este fin; la clase de madera predominante es la de molave, menos en las entradas, gradas y presbiterio, que son de tíndalo, ipil y narra combinadas. De las mismas maderas preciosas, con predominio de la narra, son las puertas de las tres entradas y las de los pasillos del coro bajo, labradas todas ellas en los talleres del industrial vallisoletano Delibes.

La cúpula está dividida en ocho segmentos, cuyos nervios se corresponden con los pilares. En cuatro segmentos están pintadas las imágenes de Nuestra Señora del Buen Consejo, San José, San Juan de Sahagún y Santa Clara de Montefalco y los cuatro Evangelistas.

Sobre los arcos torales, hay cuatro cartelas, con caracteres dorados, en las que se leen inscripciones latinas al Nombre de Jesús, titular de la Iglesia.

ELEGISTI DOMUM ISTAM AD INVOCANDUM NOMEN TUUM (1 Mac 7, 37): "Tú, Señor, has escogido esta casa para que se invocase en ella tu nombre". 

AFFERTE DOMINO GLORIAM NOMINI EJUS (Salmo 96 [95], 8): "Venid a tributar al Señor la gloria debida a su nombre". 

IN NOMINE JESU OMNE GENUFLECTATUR (Flp 2, 10): "Al nombre de Jesús toda rodilla se doble".

SIT NOMEN DOMINI BENEDICTUM: "¡Bendito sea el nombre del Señor!".

Sobre las capillas hay unos óvalos en los que están pintados los bustos de cuatro beatos agustinos.

En las pilastras están pintadas las efigies de Santa Mónica (madre de San Agustín), San Posidio, Santa Juliana de Cornelión, San Máximo, el Beato Fulgencio de Ruspe y San Alipio

En la cúpula se abren cuatro amplios ventanales por los que se precipita claridad en el interior del sagrado recinto tamizada por artísticas vidrieras, obra de Mauméjean Hermanos, representando: “Alegoría del Águila de los Doctore”; “Mártires agustinos del Japón”; “Santo Tomás de Villanueva”, obispo agustino; y los “Primeros misioneros agustinos arribando a las Islas Filipinas”. Las vidrieras de las capillas, obra de la misma casa, representan emblemas eucarísticos. En la lucera circular, u ojo de buey de la fachada, encontramos el escudo de la Orden de San Agustín


COFRADÍAS

Ese templo ha sido y sigue siendo en la actualidad, sede de diversas Cofradías, entre las que podemos citar:

Cofradía de Nuestra Señora de la Consolación y Correa de San Agustín y Santa Mónica, fundada hacia 1936 (desconozco la fecha exacta de su fundación, sin respuesta a las consultas), inactiva.

Pía Unión de Nuestra Señora del Buen Consejo (desconozco la fecha exacta de su fundación y si puede ser la misma o tener relación con la que existió en el Convento de Sancti Spiritus), inactiva.

V.O.T de San Agustín.

Pía Unión de Santa Rita de Casia y Santa Clara de Montefalco (Cofradía de Santa Rita de Casia), fundada en 1944. Activa en la actualidad.

Además, entre 2012 y febrero de 2017 fue sede de la Cofradía del Discípulo Amado, actualmente denominada Hermandad del Santísimo Cristo Jesús de Medinaceli, Nuestra Señora de la Divina Misericordia y Discípulo Amado (aprobación de estatutos de 2021). Una vez realizada su imagen titular, Cristo de Medinaceli (Juan Antonio Blanco, 2012), recibió culto en la misma hornacina donde en la actualidad se encuentra Santa Mónica (y algún tiempo Nuestro Padre Jesús Cautivo de España, de Francisco Romero Zafra, 2004).


Fuentes: Página web de la Parroquia y prensa local.

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