sábado, 19 de enero de 2013

La Custodia Procesional del Convento de Nuestra Señora del Carmen de Valladolid, obra de Juan de Arfe y Villafañe


La Custodia procesional de la S.I. Catedral de Valladolid, realizada entre 1587 y 1590, de la que ya se ha tratado en otra ocasión, no fue la única de estas características (de asiento y procesional) que Juan de Arfe y Villafañe realizó para Valladolid. Dos años después, en 1592, y residiendo en Burgos, ya fuera porque se había alargado la realización de la Custodia procesional para aquella ciudad o porque tuviera nuevas obras, se le encarga la realización de una Custodia para el Convento del Carmen de Valladolid. 


Al residir en Burgos, Juan de Arfe otorgó poder a favor del escultor Esteban Jordán, por medio de un documento fechado en Burgos el 5 de marzo de 1592, para que dicho escultor pudiera actuar en su nombre ante el prior y Convento de Nuestra Señora del Carmen para fijar las condiciones y precio de este trabajo. En este documento se indica que el prior ya tenía en su poder las trazas de la Custodia: “[…] sobre Razon de hazer e que hare una Custodia de plata blanca de hasta treinta marcos de peso poco mas o menos para el dicho monasterio conforme a la traça que tiene el prior y conbento […]”.


La escritura de concierto entre el Convento de Nuestra Señora del Carmen de Valladolid con Juan de Arfe se firma el 13 de marzo de 1592, actuando, como se ha dicho, Esteban Jordán en nombre de Arfe. En esta escritura se vuelve a mencionar la traza de la obra, firmada por el Padre Vicario del Convento y Esteban Jordán, así como otros detalles de la pieza “[…] la qual dha custodia a de pesar hasta treinta marcos y en ella a de poner el dho Ju.º de arfee seis figuras redondas y a nra s.ª y seis ystorias de medio rreliebe las quales dhas figuras e historias seran las que se le ordenasen por p.te del dho conv.to o por el prior y para ella a de poner el dho Ju.º de arfee las plata neces.ª hasta los dhos treinta marcos […]”. Tras hablar de los distintos pagos que se darían al platero, se señala que la fecha de entrega de la obra sería el día de San Miguel del mismo año (29 de septiembre de 1592).


Ambos documentos fueron publicados por José Martí y Monsó en su obra Estudios histórico-artísticos: relativos principalmente a Valladolid, basados en la investigación de diversos archivos. No obstante, pensaba que dicha Custodia había desparecido. 


José Manuel Cruz Valdovinos, en su trabajo “La Custodia de Juan de Arfe del Museo de Santa Cruz de Toledo”, identificó esta Custodia del convento vallisoletano con la que se conserva desde 1961 en el Museo de Santa Cruz en Toledo. 


María Antonia Fernández del Hoyo en “Patrimonio perdido conventos desaparecidos de Valladolid”, ya varias veces citado y fuente imprescindible para conocer el patrimonio de esta ciudad, y del que esperemos algún día se publique el dedicado a los monasterios y conventos de religiosas, habla también de esta Custodia procesional (pág. 375). 


La Custodia es de tres cuerpos, tiene una altura de 1’12 m. Parte de una base hexagonal con pináculos y bolas doradas. Sobre esta, otra peana. A continuación el primer cuerpo con seis columnas jónicas, en cuyo interior se encuentra el viril u ostensorio en plata dorada, con las esculturas de San Pedro y San Pablo y otras pequeñas figuras representando a las Virtudes. El segundo cuerpo es de columnas dóricas y arcos de medio punto, en cuyo interior se encuentra la representación de la Asunción de María al cielo. En el tercer cuerpo, las columnas carecen de capitel y en su interior muestran la efigie de Jesús Resucitado. Se remata el conjunto con cúpula y cruz. 


Presenta dos marcas punzones, uno con las iniciales del Juan de Arfe, su autor y otro con las de Alonso Gutiérrez, marcador de Valladolid. 


De lo que ya no se pueden ofrecer datos, hasta el momento, es del día en que se utilizaba para llevar el Santísimo Sacramento en procesión (probablemente sería dentro de la Octava del Corpus como autorizaba la Constitución X de Gregorio XIII, de 11 de mayo de 1573), la forma en que era trasladada, si en andas o en un carro triunfante, si la procesión se hacía por las inmediaciones del convento o era una procesión claustral (según la citada Constitución podría celebrarse fuera de sus claustros), y cual era la participación de la Cofradía Sacramental que estaba erigida en este convento, aparte de la propia comunidad de religiosos.


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