jueves, 17 de febrero de 2022

NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD, EN LA PARROQUIA DEL SANTÍSIMO SALVADOR ¿DE LA COFRADÍA DE LA PIEDAD O POSIBLE COPIA DE “LA SOLEDAD” DE DICHA COFRADÍA?

"Nuestra Señora de la Soledad".
Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador.
Valladolid.

Recreación virtual hipotética del "paso" de "Nuestra Señora de la Soledad" de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Piedad, incluyendo la imagen de la Soledad que se propone, conservada en la Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador, Valladolid.

La ubicación de gran parte del patrimonio artístico que se pudiera conservar actualmente de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Piedad, es uno de los temas que por complejo resulta igualmente apasionante. La desaparición de algunas tallas de su historiado, la dispersión de patrimonio por el cierre y derribo de sucesivas sedes, la adopción de una nueva titular en la figura de la Quinta Angustia (Gregorio Fernández, c. 1625), los posibles prejuicios (creo que bastante injustificados) hacia las imágenes de vestir e incluso la confusión en ciertos momentos (siglo XX) sobre existencia, continuidad, etc., de la Cofradía, son factores que no ayudaron en absoluto a mantener reunido el patrimonio que pudo conservar en su poder.

Antes de continuar y para finalizar esta introducción sí quisiera dejar claros dos puntos por no sacar conclusiones precipitadas y erróneas y también para evitar herir sensibilidades:

En primer lugar no entraré en el tema de la antigüedad y continuidad de la Cofradía. Todo lo más lo relativo al segundo tema, la continuidad, para enmarcar el discurrir de la historia de la imagen de la Virgen de la Soledad en la Cofradía.

En segundo lugar, debo reconocer que de momento me tengo que mover en el campo de las hipótesis, aún pendientes por confirmar o ratificar determinados puntos (difícil, por no tener respuesta a la solicitud de acceso a determinados archivos), pero que en cualquier caso puede ser un punto de arranque a futuras investigaciones.


“NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD” EN LA COFRADÍA PENITENCIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD.

La documentación más antigua que parece conservarse de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Piedad se remonta a las últimas décadas del siglo XVI, sobre todo a raíz de dos fechas, 1578 y 1587. La primera nos remite al 22 de agosto de 1578:

Seguía en antigüedad la cofradía de la Piedad. El día 22 de agosto de 1578, «estando juntos el comendador, frailes y convento del monasterio de nuestra señora de la Merced», y hallándose presente el Ilustrísimo y Reverendísimo señor fray Francisco, generalísimo de la Orden, hizo éste saber que «los diputados, mayordomos e cofrades de la cofradía de nuestra señora de la Piedad, que agora nuevamente se ha hecho y fundado en esta dicha villa de Valladolid, pretenden ser hermanos de dicha orden de Nuestra Señora de la Merced e yncorporarse con la dicha orden e con este dicho monasterio de nuestra señora de la Merced y tener en el dicho monasterio su capilla donde poder enterrar sus difuntos e sala y aposento donde poder hacer sus capítulos particulares y generales e a donde poder tener sus ynsignias.” (“Las primeras Cofradías de Disciplina” en Miscelánea vallisoletana, tomo II, octava serie, página 534. Ed. Miñón, Valladolid, 1955).

Y, la segunda fecha, 1587, al inicio del primer libro del archivo de la Cofradía conservado hasta la fecha (A.- Libro de cuentas. Desde 26 de Mayo de 1587 a 6 de diciembre de 1609).

A finales del siglo XVI la Cofradía ya portaba distintos “pasos” en sus procesiones de Semana Santa, como un Cristo de la Humildad, unos primitivos pasos de La Lanzada de Longinos y del Entierro y, ocupando lugar destacado, tanto en el cortejo procesional como en la vida devocional de la Cofradía, la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, de la que pocos datos se conocen y se ha pretendido identificar con la citada en el siguiente asiento:

GOMEZ OSSORIO, Pedro;
En 1600 se le terminó de pagar el coste de la hechura de la imagen de Nuestra Señora (fol. 98, libro A). Fuente: Obras y artistas que se citan en los libros de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad de Valladolid (Alarcos Llorach y Cobos Rubio, BSAA Tomo 7, 1940-1941, págs. 197-204).


A propósito de este apunte hay que hacer constar varias cosas: a diferencia de lo  que ocurre con el resto de artistas de aquel artículo, no se menciona la disciplina artística en la que trabajaba el dicho Pedro Gómez Ossorio (escultor, pintor, entallador, etc.), aunque por decir “el coste de la hechura de la imagen…” puede hacer pensar en escultor, del que –por el momento- no se tiene más datos. Y, en segundo lugar, el asiento recogido sólo dice “hechura de la imagen de Nuestra Señora” sin especificar advocación alguna.

El 24 de noviembre de 1617 se produce la unión, ordenada por Francisco Sobrino Morillas, obispo de Valladolid, entre las Penitenciales de Angustias y Piedad, con el nombre de “Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, Piedad y sus Angustias”, vigente hasta 1630 (aunque con intentos de separación desde 1622). En este periodo 1617-1630, en los cortejos procesionales de Semana Santa se incluyen “pasos” de ambas Cofradías.

Llegamos al año 1630, separación entre ambas Cofradías y recuperación de su autonomía, pero de la que parece que salió bastante mal parada la Cofradía de La Piedad, al menos en cuanto a patrimonio procesional. Vamos a tomar como referencia la obra de Juan Agapito y Revilla que pudo consultar los libros de la Cofradía:

Del cabildo general de 12 Mayo 1630.
«En este cabildo se propusso que con la vnion que desta confradia se abia echo con la confradia de las angustias se auian consumido y acauado los pasos que la dha confradia tenia antes de la dha vnion por aberlos Bendido y desecho la dha confradia de las angustias Y que para poder açer las procesiones de penitençia abia necesidad forçossa de açer vn passo Para cuyo Remedio era menester el favor de los confrades y de sus limosnas, por estar la dha confradia sin dineros, Pues no tenia Renta de çensos ni otra açienda mas que los buenos confrades della». (pág. 127).

A finales de ese mismo año de 1630, en un cabildo general de 13 de diciembre «se propuso....por el señor tomas de prado.... como se yba açercando la cuaresma Y que esta confradia no tenia pasos para açer su proçesion de penitencia el biernes santo a causa de que la confradia de las angustias los abia desecho durante la vnion que estaba echa desta confradia con la dha confradia de las angustias doce años y cinco meses= Y que era fuerça el sacarlos en su procesión como siempre lo a echo» (pág 129).

Junto a este “paso” que se pretende hacer, en 1631 se encuentra una mención a otro “paso” de la Cofradía.

RAPOSSO , José; entallador
Hizo en 1631 una cruz para el paso de la Soledad (fol.25, libro D).

Es curioso el cambio que se produce en cuestión de poco tiempo viendo que a finales de 1630 la Cofradía manifiesta no tener “pasos” para hacer su procesión del Viernes Santo y que al año siguiente se consigne el pago de una cruz para el paso de la Soledad… ¿Pudo ser, tal vez al igual que una primitiva imagen del Cristo de la Humildad, uno de los “pasos” vendidos y los primeros en recuperar –compra- tras la separación?¿Pudo ser la compra de otras imágenes existentes pero que no necesariamente tuvieran que ver con la Cofradía?¿En ese momento, finales de 1630-1631, se hace una nueva imagen de la Virgen de la Soledad? En cualquier caso, vemos nuevamente la importancia de esta imagen de la Soledad en la Cofradía al ser el primer “paso” que parece recuperar. Tal vez, en caso de hacer una nueva efigie, las características propias de una imagen de bastidor hicieron que pudieran disponer de ella en poco tiempo y no consignar autor.

Entre este momento y mediados del siglo XVII, la Cofradía se hace con su patrimonio propio para las procesiones de Semana Santa, además de otras imágenes para sus devociones, coincidiendo también con la apertura de su templo penitencial en 1662, figurando entre ellas una imagen con la advocación de Nuestra Señora de la Piedad (dejando a un lado su posible iconografía). Es un periodo de auge de esta Cofradía, al igual que para el resto de Penitenciales que se prolonga más o menos hasta comienzos de la década de los años 40 del siglo XVIII. De este momento, es la descripción que proporciona Manuel Canesi en su Historia de Valladolid (Tomo II, libro 3, Cap. 2. Pág. 25). “7ª. La séptima sale el viernes Santo a las 5 de la tarde de la ermita de la Piedad y baja a la Fuente Dorada, y por las demás calles ya dichas, hasta llegar a la santa iglesia catedral y de allí entra en su casa. Esta procesión salía antiguamente del convento de mercenarios calzados componese de gente de todos ejercicios y artes y muchas de distinción; y el último claro que es de Nuestra Señora de la Soledad es muy lucido, y alumbran en él más de 300 personas de devoción y van muchas de disciplina como en las demás y algunas de penitencia aspadas, y otros armados y cierra el párroco y capellanes de la parroquial del Salvador por ser de su territorio, y la sala del crimen y corregidor o su teniente en la conformidad que las ya dichas y los pasos que lleva son estos: Cristo con la túnica encarnada sentado y detrás de la cruz y los atributos de su pasión, repartidos en ella de talla. Longinos a caballo dando la lanzada a Cristo ya crucificado y su Madre santísima y S. Juan a su vista. La cruz sola en que murió Cristo. José Abarimatía y Nicodemus con Cristo difunto en los brazos cuando le bajaron de la cruz, la que está a su vista, y la Magdalena y otra figura abriendo el sepulcro. Nuestra Señora de la Soledad a vista de la cruz, desconsolada por la injusta muerte de su hijo amado”.

Así pues los “pasos” eran cinco:

  1. Cristo de la Humildad.
  2. Lanzada de Longinos.
  3. La Cruz.
  4. Entierro de Cristo.
  5. Nuestra Señora de la Soledad.

Por esos años, comenzaría un periodo de crisis en las Cofradías; en el caso de la Cofradía de La Piedad, desaparece un “paso”, el de la Cruz. Habrá años en los que no pudiendo salir las procesiones, ni siquiera se arman los “pasos”, pero determinados hechos nos dan nueva idea de la importancia de las imágenes de la Virgen de la Soledad y del Cristo de la Humildad en la Cofradía:

Procesiones de Semana Santa.
Año de 1742 no salieron las procesiones de la Piedad y las Angustias en la Semana Santa, ni se armaron sus pasos; solo pusieron á Nuestra Señora de la Soledad y al Cristo de la Humildad en andas, pero asi se quedó; […]
” (Ventura Pérez, Diario de Valladolid, pág. 196).

1743 En este año tampoco salieron las procesiones de Semana Santa, de Piedad ni Angustias.

En el año 1759 se funda un Rosario en honor a Nuestra Señora de la Soledad de la Penitencial de La Piedad.

Rosario en la Piedad.
Dicho dia 6 de Mayo de dicho año salió de la iglesia de la Piedad rosario general en que sacaron a Nuestra Señora de la Soledad, la que sale en la procesion del viernes santo, habiendo precedido el dia antes salve solemne por la noche y fiesta con S. M. patente y sermón; y dicho dia dió principio la hermandad del Rosario que fundaron. (V. Pérez, pág. 322-323).

1762.- En éste mismo día, mes y año minoraron los pasos de la  Piedad, reduciendo el de Longinos y quitando del todo el del Sepulcro (V. Pérez, pág. 350).

Y en la Semana Santa de 1771.

Procesiones de Semana Santa.
En este año de 1771 no salió la procesión de la Cruz, y la de la Piedad salió solo con el claro de devoción y estuvo muy buena porque salió el paso de Longinos, el Cristo de la Humildad y Nuestra Señora de la Soledad. Todos los devotos cogieron los estandartes y los cocheros cogieron la cruz y a casa; cogieron su estandarte y de regocijo y alegría tuvieron su refresco por haber sacado á la Virgen y haberla dejado toda la cera que llevaban los alumbrantes, que fué mucha, y esto se dispuso desde las once del dia hasta las cuatro de la tarde. (V. Pérez, págs. 448-449).

En su templo penitencial, se exponían al culto las imágenes principales en retablos, quedando el historiado guardado en salas y casas hasta el montaje anual de los “pasos”. Una de las descripciones, aunque breve, más concisa de los retablos de la Penitencial es la proporcionada por Rafael Floranes en sus “Inscripciones de Valladolid”, a finales del siglo XVIII, poco antes de la desaparición del templo:

Retablo mayor.- “Su advocación de la Asumpcion es bien formado y dorado”.
Colateral del evangelio.- De San José.
Colateral de la epístola.- De San Antonio de Padua.

Capillas del lado de la Epístola:
1ª.- Nuestra Señora de la Soledad con su retablo dorado.
2ª.- El Ssmo. Cristo del Perdón “el que sale en el paso de Lonjinos”.

Capillas del Evangelio:
1ª. Del Cristo de la Humildad, y su retablo dorado, lo mismo que el de Ntra. Sra. de la Soledad.
2ª. Cristo del Sepulcro, que sale en su paso.


Y señala finalmente: “De aquí salen el Biernes Santo por la tarde los pasos siguientes:
1º. El cavallo de Lonjinos.
2º. El Christo del Sepulcro.
3º. El Christo de la Umildad.
4º. Nra. Señora dela Soledad”.

Lamentablemente, parece que no se conservan otros testimonios gráficos de esta imagen de la Virgen de la Soledad, como cuadros, grabados (o sus planchas), estampas, etc., al contrario de lo que ocurre con otras imágenes devocionales de Valladolid, lo cual no facilita en absoluto el trabajo de su posible identificación.

Cerrado su templo penitencial, la Cofradía se ve obligada a buscar nueva sede, recalando primero, de forma temporal en la Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador (6 de octubre de 1789) y, posteriormente, desde el 19 de marzo de 1790, en la Iglesia de San Antonio Abad.

Junto a los inventarios conservados en los que se cita diversos elementos de ajuar para la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, también están las breves palabras que dedica en el tránsito del siglo XIX al XX Casimiro González García-Valladolid (Tomo I, pág. 709) a esta Iglesia de San Antón: “En su retablo mayor, de madera sin pintar, llama la atención la imagen del Santo Titular que descansa sobre un dragón de siete cabezas: en otros tantos retablos figuran la Virgen de la Soledad, de bastidores, lindísima, San José y el Cristo de la Caña, cuyo paso sale en la procesión del Entierro el día de Viernes Santo.
En su lado izquierdo, ó sea á la derecha según se entra en la iglesia, hay una espaciosa capilla también gótica, separada del templo por una gran verja de hierro de primorosa labor y exquisito gusto: dicha capilla, que tiene, asimismo, su coro alto, está consagrada al Santísimo Cristo de Burgos, efigie en escultura de madera que ocupa el retablo mayor: al lado de la epístola hay otro retablito con la Virgen de la Estrella”.

Esta obra de González García-Valladolid es realmente interesante por cuanto proporciona información de la estancia de la imagen en los primeros años del siglo XX (que curiosamente serían los últimos de existencia de dicho templo) además de rasgos sobre la imagen, que era de bastidor. En esta obra de “Valladolid sus recuerdos y grandezas” podemos encontrar referencias a gran cantidad de imágenes que en otros tiempos estaban en los templos y de las que hoy sólo queda este recuerdo; esta desaparición de imágenes parece que se dio mucho en imágenes de vestir tal vez por prejuicios existentes contra este tipo de imágenes, consideradas como de poco valor artístico, una idea que incluso a día de hoy aún está vigente en ciertos ámbitos. Entre estas imágenes hay varias de la Virgen de la Soledad que hoy han desaparecido de los templos, por diversos motivos. Y junto a ello hemos de tener presente la supresión, demolición o cambio de función de templos, algunos de ellos coinciden en pocos metros y como es el caso que nos ocupa, podría haber llevado a plantearse, adoptar y transmitir en el tiempo (llegando incluso hasta hoy) ciertas ideas preconcebidas que sería necesario investigar en profundidad antes de seguir divulgándolas. Así, tomando como base la misma obra de González García-Valladolid tengamos en cuenta cuatro muy próximos:

  1. Iglesia Parroquial de San Esteban El Real.
  2. Iglesia o Ermita de San Antonio Abad.
  3. Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador.
  4. Oratorio de San Felipe Neri.

En las descripciones que el autor hace de estos templos se da la coincidencia que hay representaciones de la Virgen de la Soledad en todos ellos: ya hemos visto el caso de San Antonio Abad –vulgo- San Antón, ahora bien, en cuanto a los otros templos dice:

Parroquia del Santísimo Salvador. Recuerdos y Grandezas, tomo I, al hablar de la capilla de San Juan Bautista señala: “Frente al rico altar gótico hay otro con una imagen de la Virgen de la Soledad, procedente de la destruida iglesia de los premostratenses, y al lado otro con un Crucifijo” (págs. 157-158). Y por entonces, de la última capilla del lado del evangelio se dice “La quinta y última capilla es la de la Sacramental que también contiene un lindo retablito moderno. Está dedicada á San Bernabé Apóstol y la restauró á su costa el año 1870 el Notario de esta Ciudad D. Bernabé Rioja” (pág. 157). Es de hacer notar que aquí, al contrario de lo que hace el autor con la casi totalidad de imágenes de vestir, no detalla que sea una imagen de bastidor, de vestir, o utilizando otras expresiones similares para indicar esta característica, como hemos visto en la existente en San Antón o ahora veremos en la venerada por aquel tiempo en San Esteban El Real. Esto mismo ocurre en 1906 con otro autor:“[…]San Juan Bautista, con hermoso retablo en el que hay pintadas la Adoración de los pastores y de los Reyes, y junto á este altar se venera á la Virgen de la Soledad” (Pérez Rubín, pág. 21). Curiosamente ni este autor, ni unos años antes Casimiro González García Valladolid dan detalles sobre esta representación de la Virgen de la Soledad, a diferencia de lo que hacen en la mayoría de las ocasiones que tratan de estas imágenes en las que especifican si son de vestir o no.

En 1922, el mismo Casimiro González García Valladolid, en su Compendio dice: “Los altares del Santo Cristo y las imágenes de éste, de la Soledad y de la Purísima; una rica casulla de tisú de plata, oro y seda, llamada de los Calzones, porque está hecha con el traje de un inquisidor; una mitra, báculo y cáligas del Abad de los frailes premostratenses; una capa pluvial de seda bordada con oro, un escudo de capa y algunas otras ropas, proceden del citado convento e iglesia de los Mostenses; y la imagen de San Antonio de Padua y su retablo, de la derribada iglesia de nuestra señora del Val” (pág. 46).

Oratorio de San Felipe Neri. Recuerdos y Grandezas, Tomo I, pág. 311-313. Al describir la iglesia dice: “El retablo mayor carece en absoluto de mérito: en los nichos que presenta tiene las estatuas del Titular y de San Pedro y San Pablo, y termina con un gran Crucifijo, con la Virgen y San Juan á los pies: los colaterales están consagrados el del evangelio á San Juan Bautista y el de la epístola á San Francisco de Sales, cuyas esculturas de tamaño natural se hallan en el arco de los respectivos retablos. Mejores que lo anterior son los altares é imágenes de las capillas: las tres del lado izquierdo están dedicadas á la Magdalena, la Purísima y San Joaquín, y las del derecho á San Antonio, la Soledad y San José. En el crucero se ha colocado un sencillo retablo de orden corintio de madera pintada imitación de mármol, cuyo nicho ocupa una preciosa imagen, escultura moderna, de la Virgen de Sión, titular de la Archicofradía de Madres Cristianas, canónicamente erigida en este Oratorio hace unos cuantos años”. Se ha transcrito la descripción entera puesto que permite conocer cómo era el templo en esa época, recordemos que estamos hablando hacia 1900-1902, en cualquier caso, paso del siglo XIX al XX y, junto a las imágenes que se llevaron a otros templos (San Juan Bautista y María Magdalena están en la Catedral, San Francisco de Sales en la Iglesia de los Sagrados Corazones de Rvdas. MM. Salesas y San Joaquín en el Museo de San Joaquín y Santa Ana), permite conocer otras imágenes como un San Antonio que sería distinto al actual pues el que está ahora en San Felipe Neri procede del Rosarillo, y una Soledad (no dice si pintura, escultura, talla o de vestir) que se encontraría ubicada en el retablo de la capilla del Cristo del Olvido. A ello se suma aquella imagen de Nuestra Señora de Sión, actualmente no está en el templo y desconozco su paradero, de la Archicofradía de las Madres Cristianas, que luego se establecerían en la Iglesia de los Jesuitas. Posteriormente, en el Catálogo Monumental (tomo XIV, pág. 297), cuando San Feipe Neri ya era Parroquia Castrense y se había cambiado la titularidad de algunos retablos (sería interesante conocer la procedencia de algunas de estas imágenes), al hablar de las capillas del lado de la epístola, se recoge: “SEGUNDA CAPILLA.- Retablo de Francisco Villota. En la hornacina central, escultura de San Fernando, emplazado hace unos años. Antiguamente hubo una Virgen de la Soledad, de vestir. En el banco, Cristo yacente, de madera”. Por entonces, el Cristo del Olvido estaba en la tercera capilla de este mismo lado de la epístola. Como se ha apuntado en otro caso, si esta imagen de San Felipe Neri se hubiese llevado a la vecina Parroquia del Salvador ¿se habría puesto en un retablo, presidiendo una capilla, sustituyendo a otra imagen? Hay que considerar nuevamente que nos estamos moviendo en unos años en los que muchas imágenes de vestir de quitaron de templos por los prejuicios hacia aquel tipo de imágenes. Para que la imagen de la Soledad llegase a presidir el retablo de una capilla en El Salvador debía tener cierta relevancia y/o una Cofradía/Hermandad que lo respaldase, por lo que nuevamente se podría apuntar al tema  de la Cofradía de La Piedad.

Parroquia de San Esteban El Real, Recuerdos y Grandezas, tomo III, al tratar de San Esteban El Real dice: “La primera capilla del Evangelio tiene un retablo muy lindo consagrado al Purísimo Corazón de María; en ella siendo esta iglesia la del Colegio de PP. Jesuítas de San Ambrosio, tuvieron lugar las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús al R. P. Bernardo Francisco de Hoyos y el milagro de su bifurcación, según resulta probado en su proceso de beatificación, y según tradicionalmente se cree, las apariciones del Purísimo Corazón de María al R. P. Capdavelar, compañero y amigo íntimo del P. Hoyos: la segunda, está destinado á la Soledad, imagen de bastidores colocada en un retablo corintio, que fué el mayor de la iglesia de los PP. Premostratenes; y la tercera es el bautisterio” (pág. 400).


Reconozco que este “lío” de Soledades ha sido motivo de muchas ideas, hipótesis y charlas con otros historiadores del arte, conversaciones con cofrades de La Piedad, consultas de libros y crónicas que me ha llevado a cambiar de opinión en diversas ocasiones en favor de unas imágenes u otras. Por ejemplo, en un primer momento (tiempo atrás) pensé en la posibilidad de esta Soledad en El Salvador como la procedente de La Piedad (en una entrada anterior, del año 2016, aunque no la ponía directamente en relación con esta Cofradía sí que indicaba a modo de hipótesis “¿pudo tener un fin procesional y estaría mirando a la cruz que tendría enfrente?” ver enlace), pero las referencias de autores como los citados González García Valladolid y Pérez Rubín, a la existencia de una imagen de la Soledad en el Salvador antes del cierre de San Antón parecía descartarlo aunque, leyendo detenidamente lo que dicen, es curioso lo apuntado, la sola mención de la imagen sin entrar en detalles a si era talla, era de vestir, u otros rasgos identificativos. También es curioso, como luego se desarrollará, la ubicación de la imagen de la Virgen de la Soledad, sustituyendo a otros titulares de la capilla donde está en la actualidad.

Ahora bien, junto a lo visto hasta este momento, creo que hay que tener en cuenta otros factores:

1.- Valladolid modelo para “pasos” de otras localidades (lo que podría paliar en cierto modo la ausencia de pinturas, grabados, etc., de la imagen como se ha apuntado anteriormente). Partiendo de la descripción que hace Canesi “Nuestra Señora de la Soledad a vista de la cruz” uniendo la característica de imagen de vestir, podemos pensar que su modelo sería como el que hubo en Medina de Rioseco (conocida por fotografías) y el existente en Sahagún (León), ejemplos en los que las imágenes de la Virgen de la Soledad, están con las manos separadas y la cabeza hacia arriba, mirada a lo alto, hacia la cruz, que estaría frente a la Virgen. El mismo modelo se repite, por ejemplo, en la Virgen de la Soledad y la Cruz de Cuenca (imagen más reciente que copia una anterior). 

Antiguo "paso" de "La Soledad" de Medina de Rioseco.


2.-Relacionado con el punto anterior, la singularidad de esta imagen conservada en El Salvador. La forma habitual que presentan las imágenes de la Soledad en Valladolid, siempre puede haber excepciones, es con las manos juntas y los dedos entrelazados que remite a una acción de recogimiento y oración, la cabeza ligeramente inclinada y mirando hacia abajo (siguiendo el prototipo de Gaspar Becerra), una actitud introspectiva como meditando por todo lo ocurrido y cierta esperanza en la promesa de resurrección, y aún se reforzaría más esa posición con la presencia de Cristo Yacente bajo la imagen. Esta imagen es distinta, y vemos como entronca con otros “pasos” del mismo tema en distintas localidades.

3.-Superación de ideas preconcebidas y transmitidas hasta la actualidad. En corto espacio de tiempo, dos de los tres templos citados o bien desaparecerán (San Antón) o bien cambiarán de función (supresión de la Parroquia de San Esteban El Real para convertirse en Santuario de La Gran Promesa), en este caso realizándose obras de amueblamiento y dispersión de parte de los bienes que existían con anterioridad. Se viene asumiendo que todos los bienes de San Antón, tras su cierre y demolición (1939) pasaron a San Esteban, cosa que no es cierta, por ejemplo: algunos bienes, sí, efectivamente fueron comprados para colocarse en el Santuario de la Gran Promesa (ejemplo, retablo del Cristo de Burgos, de la antigua Capilla de los López de Calatayud); otros se depositaron en la Iglesia Parroquial de La Antigua (entonces aún cerrada al culto) como es el caso de la reja de la mencionada Capilla de los López de Calatayud; otros bienes pasaron al Museo Nacional de Escultura (restos del antiguo retablo mayor de San Antón obra de Diego Rodríguez y Leonardo de Carrión, mediados del siglo XVI) y Cristo Yacente del “paso” del Entierro; algunos bienes fueron a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Delicias, Valladolid) como ha documentado Jesús Urrea, en una relación en la que no se cita ninguna imagen de la Virgen, y el mismo autor cita otros bienes a Villamarciel; el titular del templo, San Antonio Abad, de Felipe Espinabete, siglo XVIII, se encuentra en el Monasterio de Valbuena, sede de Las Edades del Hombre y, por ciertas fotografías antiguas, parece que algún retablo acabó también en la antigua Iglesia Parroquial de San Ildefonso, de Valladolid. En este punto sería interesante saber si el retablo en el que estaba la Virgen de la Soledad (con el Sepulcro Chico, también de la Cofradía de La Piedad) allí en San Antón, era el que tenía la citada imagen de la Virgen en la Iglesia Penitencial de La Piedad que también se hubiera trasladado o, aunque no lo fuese, dónde pudo haber ido el retablo que la albergaba tras el cierre y demolición de San Antón, ya que tal vez las dimensiones del mismo o de la hornacina donde pudiera estar la imagen darían más pistas… Pero, junto a los bienes muebles, categoría en la que se puede encuadrar lo visto hasta ahora, también estaba el patrimonio documental, libros del archivo de la Cofradía Penitencial de La Piedad que acabaron en la Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador, tal vez por ser el templo en cuyo territorio parroquial se encontraba.

La comparación de los “pasos” conservados de Nuestra Señora de la Soledad con las diversas imágenes que de este tema hay en Valladolid, nos remite pronto a la Virgen de la Soledad que se venera en la Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador. Bueno, por mejor decir, que se conserva en dicho templo, porque en los últimos años, en muy pocas ocasiones se la ha podido ver con claridad, estando la capilla en la que se encuentra ocupada todo el año con el Nacimiento o bien con dioramas sobre la Semana Santa. La verdad es que, como sugerencia, esta Parroquia podría o debería reflexionar sobre la reubicación de ciertas obras y el uso que se da a los espacios. Así, por ejemplo, sería interesante que la Capilla donde está la Soledad (primera, al lado de la puerta, lado del evangelio) recuperase su titularidad de Santa Ana y las otras imágenes que había en el retablo cuando era la Capilla de la Sacramental (Santa Lucía y Santa Apolonia). La capilla frontera, hoy dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, que recuperase su advocación del Buen Suceso, etc. O bien que de mantener el uso actual de la capilla, al menos se desmonte parte del fondo para permitir contemplar el retablo con sus imágenes y el acceso al mismo para permitir labores de conservación, entre otras.






Lo cierto es que la ubicación de esta imagen de vestir presidiendo un retablo también resulta curiosa. Cierta importancia debió tener en su lugar de origen para que al llegar a otro templo, fuese colocada en este retablo. Porque parece un poco raro que se trate de la imagen de la Soledad que se mencionaba en la Capilla de San Juan Bautista (¿por qué después de años en un lugar secundario, aunque dentro del importante ámbito de esa capilla de San Juan Bautista, iba a pasar a presidir una capilla?). Si el retablo de la Capilla de la Sacramental estuvo dedicado a Santa Ana primero, luego a San Bernabé …¿Por qué después de varios años se cambió por una imagen de la Virgen de la Soledad, de vestir, con los prejuicios que tenían? A este respecto, veamos, por ejemplo, algunas críticas de autores hacia imágenes de vestir (concretamente de La Soledad):

LA SOLEDAD. Imagen sin mérito artístico, imagen para vestir suntuosos mantos y lucir valiosas joyas. (GARCÍA CHICO, Esteban: Semana Santa en Medina de Rioseco. Guía de la Semana Santa. Marzo, 1926).

La Soledad.
Cuando la cofradía de Jesús sacaba, independientemente de las demás, su procesión, en Viernes Santo por la mañana, salía como remate de ella una Virgen de la Soledad del tipo que tanto se ha generalizado por todas partes. Es imagen de bastidores, y, por tanto, lo único que tiene de talla, la cabeza y manos, no ofrecen nada de particular. (Agapito y Revilla, Las Cofradías, 1926, pág. 84).

La Soledad.
La Virgen de la Soledad que se saca en esa procesión de San Pablo, es imagen de bastidor, y con ello está dicho su poca valía y ningún mérito. Es un contraste ver esas imágenes de vestir en Valladolid, donde tantas y tan hermosas esculturas se contemplan repartidas por iglesias y Museo. (Ídem, pág. 86).

¿Se podría tratar de una imagen que llegaba de nuevas al templo? En este sentido  creo que es necesario volver a retomar la idea que una vez cerrado San Antón (o previamente, con vistas a su cierre), los libros de la Cofradía de La Piedad se depositaron primero en la vecina  Parroquial de San Esteban El Real y de allí -seguramente a raíz del cierre y extinción de la Parroquia de San Esteban para convertirse en el Santuario de la Gran Promesa- pasaron a la Parroquia del Santísimo Salvador, donde los pudieron consultar Juan José Martín González y Jesús Urrea Fernández como se desprende del Catálogo Monumental (Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid. Parte I. Pág. 43). “COFRADÍA DE LA PIEDAD. Se conservan en el archivo de la parroquia diversos libros de esta cofradía penitencial. Lo más importante es el acuerdo de unión de la Cofradía de la Soledad y Angustias, con la de la Piedad. La primera tenía su sede propia en la calle de las Angustias. La otra estaba instalada en el convento de la Merced. La unión se efectúa en 1617, pero se disuelve en 1622. En 1622 se celebraba una concordia entre la Cofradía de la Piedad, ya separada, y la parroquia de El Salvador, para colocar el Santísimo Sacramento en este templo. Hay una detallada escritura de este acontecimiento”. 

Pero…¿Únicamente irían los libros?¿Podría haber llegado alguna imagen de la Cofradía? Pues entra dentro de lo posible. Hay que tener presente la importancia del patrimonio documental y más en este caso de la Cofradía de La Piedad que durante años trató de demostrar la pervivencia de la antigua Cofradía histórica y solicitar la unificación con la organizada en la Casa Social Católica, lo cual nos indica el gran valor que debían tener esos libros en aquel momento y tal vez, en atención a la idea de perdurar la histórica Cofradía, esos libros fuesen acompañados por determinadas imágenes, en especial las de mayor devoción y que aún podían conservar los pocos cofrades existentes de la histórica Cofradía. De la existencia de las dos Cofradías tenemos un testimonio en el Diario Regional 22/04/1943, pág. 5, donde se señala que aún existen las dos Cofradías de La Piedad,  y que siguen interesados en la fusión que se conseguiría por bula especial. De la antigua sólo quedaba el cofrade D. Francisco Descalzo. En esta fusión de ambas Cofradías para asegurar la pervivencia y los beneficios espirituales se venía trabajando desde hacía tiempo, tal vez también para subsanar lo que se podría considerar un error al haber creado una nueva cuando aún existía la histórica. Algunas guías oficiales de la época ya las unificaba de alguna manera, pero parece que no llegó decreto u otro acto que así lo certificase. En cualquier caso, aquel único cofrade se convertía en depositario de toda la identidad y memoria de la Cofradía histórica que buscó la continuidad con la asimilación en la creada en el siglo XX.

Teniendo en cuenta las medidas conocidas de otras imágenes en este templo de El Salvador (en este caso San Antonio de Padua: 1,28 m., Catálogo Monumental, Parroquias, El Salvador, pág. 37) próximas a los lucillos en la capilla de los Reyes, se puede pensar en que la altura de la Virgen de la Soledad (sin corona, ni ningún tipo de elemento similar) ronda el 1,30 m. Tal vez nos puede resultar una altura un poco baja para una imagen procesional, pero también habría que tener presente que, como en otros ejemplos conservados y a los que ya se ha hecho mención (Medina de Rioseco, Sahagún) simularía estar arrodillada ante la cruz. Por otro lado, esta altura (1,30 m. aproximadamente) si efectivamente fuese la Soledad de la Piedad, estaría muy cercana a la de la imagen que tenía en el retablo frontero, el Cristo de la Humildad, obra de José de Rozas, 1691 (altura 1,32 m.; Catálogo Monumental, pág. 325). Lo cierto es que sería interesante el efecto que podría producir contemplar en su momento, en aquel templo penitencial desaparecido, una imagen frente a la otra. Y, por otro lado, hablando del Cristo de la Humildad, también sería interesante saber dónde pudo estar exactamente desde la demolición de San Antón hasta su vuelta al culto en el ya Santuario de La Gran Promesa, pues en la descripción de este templo que se publica en una Memoria “presentada al terminar el año 1941” (págs. 19-23), no aparece la citada imagen, pero años más tarde, en una fotografía de la Capilla de Cristo Rey que se puede fechar entre abril de 1950 y noviembre de 1953, sí que aparece, junto al actual paso procesional de Cristo Rey (Félix Granda, 1950) las imágenes del Santísimo Cristo del Perdón (Bernardo del Rincón, 1656, Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo) y el Santo Cristo de la Humildad (vulgo "del Gallo", José de Rozas, 1691, Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Piedad) ¿Podría haber estado en la sacristía, -aunque no se la cita en ninguna de las sacristías-, u otras dependencias de La Gran Promesa o San Ambrosio?¿Podría haber estado temporalmente en otra iglesia, por ejemplo, la del Salvador a la que se llevaron los libros de la Cofradía?

Nuestra Señora de la Soledad durante su estancia en la Capilla de los Reyes o Epifanía.
Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador. Valladolid.

Comparación del lucillo donde estuvo la Virgen de la Soledad y la imagen de San Antonio de Padua, del que se conocen las medidas.

También se podría sumar que, aunque hay otras imágenes de San Antón en Valladolid, la costumbre popular de su celebración –de la que se hizo cargo la Cofradía de La Piedad a su llegada a San Antón en 1791, con la primera referencia en este sentido al año 1792- con la Misa y bendición de animales se trasladó igualmente a la vecina y citada Parroquial de El Salvador, donde se mantiene en la actualidad.

Y no deja de ser curioso también, y puede ser muestra de su arraigo devocional, que esta imagen de la Virgen de la Soledad hoy en El Salvador, posee - como se ha podido ver las pocas veces que se la puede contemplar en condiciones- más de un manto y saya entre su ajuar (sería interesante ver si hay alguna etiqueta o inscripción en ellos que indique su procedencia) y hace tiempo se la pudo ver con un corazón de plata en el pecho (también estaría bien saber si posee otros elementos como coronas, rosarios, etc.), a diferencia de lo que ocurrió con otras imágenes de la Soledad de vestir que se llevaron a otros templos y que, permítase la expresión, únicamente “iban con lo puesto” y así se mantuvieron durante décadas hasta que, por diversos motivos (ejemplo, salida en procesión) han comenzado a ampliar su ajuar con nuevos y diversos elementos como sayas, mantos, tocas, coronas, etc. Las fotografías de la imagen que acompañan en esta entrada tienen bastante tiempo, unas son de 2011 (en el retablo de su capilla) y otras de 2012 (en uno de los lucillos de la Capilla de Los Reyes). Dejando a un lado, la calidad de las fotografías, cabe tener presente la diferencia de vestimentas en la imagen. En este caso habría que llamar la atención sobre los mantos y la diferente longitud de los mismos, uno de ellos, el de las fotos de 2011, en el retablo, es más largo, tal vez en exceso para una hornacina de retablo y puede que este manto fuera el que sacaba en las procesiones. El otro manto, más corto, no pasa de la base de la imagen, podría ser un manto para retablo.

Fotografías de la imagen de Nuestra Señora de La Soledad en 2011.




Fotografías de la imagen de Nuestra Señora de La Soledad en 2012.



La imagen de Nuestra Señora de la Soledad, hoy en El Salvador, reúne algunas de estas características que muy seguramente tendría la Virgen de la Soledad de la Cofradía de La Piedad, de vestir, y la dirección de la mirada a la cruz. Sería interesante, independientemente de profundizar en la investigación sobre el origen de la imagen, que se la buscase otra ubicación donde se la pudiese contemplar y que se colocase una cruz -acorde a sus dimensiones- frente a ella.

En cuanto a la cruz que acompañase a la Virgen de la Soledad, me parece también interesante esta fotografía del interior de San Antón (obtenida en internet). En primer término, lo que sería la pared exterior de la Capilla de los López de Calatayud, que ya se correspondería con el crucero de San Antón y según parece, en el lado donde estaría el altar de la Soledad, se ve esta cruz en la pared (que comparada con la cruz en las andas del Cristo del Gallo que se ven al fondo de la iglesia, parecen tener una altura similar, lo que reforzaría la posibilidad que Cristo de la Humildad –del Gallo- y Virgen de la Soledad tuvieran una altura cercana, uno sentado mientas que la Virgen de rodillas ante la cruz). La cruz a la que se hace referencia presenta en la parte inferior un acabado diferente al resto del stipes o madero vertical de la cruz, posiblemente se debiera a una adaptación para ser insertado en unas andas procesionales. Es más que probable que la cruz del paso de la Soledad rematara sus extremos con las cantoneras de plata (3) que se citan en un inventario de la Cofradía fechado el 22 de noviembre de 1926.

Interior de la Iglesia de San Antonio Abad, Valladolid.
En el crucero se ve la cruz que podría haber acompañado a La Soledad.
Bajo el coro, las andas procesionales del Cristo de la Humildad (o del Gallo).
Fuente: Internet.

Con todos estos precedentes y con el fin de ofrecer una visión hipotética de aquel “paso” del que estamos tratando, se presenta el siguiente fotomontaje para el que se ha tomado como base el “paso” de La Soledad de Sahagún (León), fotografía de la página de Facebook del Museo de Semana Santa de Sahagún (en dicha página se puede encontrar fotografía de este “paso”, entre otras muchas). Se ha colocado la imagen de la Virgen de la Soledad conservada en la Iglesia Parroquial del Santísimo Salvador y que se propone como posible imagen de la Soledad de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Piedad, quedando “a vista de la cruz”, como señalaba Canesi. La imposibilidad de ver esta imagen hace que nos tengamos que mover con fotografías que tienen bastantes años, la que se ha utilizado se puede ver en esta entrada (la fotografía de la Virgen es de 2012), y para el fotomontaje se ha modificado un poco. Se ha alargado el manto para caer sobre el tablero o andas, como podría dar idea uno de los mantos conservados, de mayor largura; se ha puesto en el pecho un corazón con siete espadas (ese elemento sí que lo tiene la imagen como atestiguan algunas fotografías) y finalmente, una corona tipo diadema. Se ha mantenido la posición de la cruz y las características del sudario que, de llevarlo, seguramente respondería o bien a estas características, no excesivamente grande para no ocultar o interferir en la visión de la imagen de la Virgen, o bien en tejidos prácticamente transparentes (como puede ser el caso de la Soledad de Cuenca). La cruz puede que fuese lisa, sencilla, como se ha dicho, podría ser la que se ve en la fotografía de la Iglesia de San Antonio Abad. Se completa con unos faroles cerrados, en lugar de guardabrisas u otro tipo de farol abierto, en atención a la climatología que habitualmente tenemos en Valladolid en Semana Santa.

Recreación virtual hipotética del "paso" de "Nuestra Señora de la Soledad" de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de La Piedad, Valladolid.

Pero no todo está tan claro, además de los datos que habría que corroborar, que no son pocos. A ello se suma la catalogación de la imagen que parece remitirse al siglo XVIII, lo que –de ser correcto- plantearía dudas sobra su identificación. Claro que, en  algunas ocasiones también se ha apuntado que la Cofradía de La Piedad encargaría una nueva imagen de la Virgen de la Soledad dando para ello, fechas diversas, o finales del siglo XVII o bien ya en el siglo XVIII, dato que habría que tomar con cautela. Junto a un examen más riguroso de la parte escultórica de la imagen para intentar acotar su datación habría que tener presente también que este tipo de imágenes se veían sometidas a intervenciones debido a los desperfectos que se acababan ocasionando en las labores de cambios de ropas y empleo de elementos como alfileres, etc., además del propio transcurso del tiempo, funciones y manipulación de la imagen, e incluso posibles reformas como se dieron con otras imágenes de vestir del siglo XVII que en el siglo XVIII se intervinieron para, por ejemplo, colocar ojos de cristal.

La composición de la Virgen Dolorosa arrodillada ante la cruz con el sudario (una vez descendido el cuerpo de Cristo) también tuvo representaciones en pintura; en el caso de Valladolid merece mención el cuadro conservado en la Iglesia Parroquial de San Lorenzo Mártir, datado en el siglo XVII, integrado en una serie de pinturas con episodios de la vida de Cristo y María, su Madre.


En cualquier caso, a modo de conclusión, lo planteado en esta entrada no deja de ser una hipótesis, pero que con los argumentos expuestos justifica el título dado a la misma que, o bien sí que puede ser la imagen de la Virgen de la Soledad de la Cofradía de La Piedad o, en su defecto, es deudora de aquella.


BIBLIOGRAFIA

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